Si crees que las exigencias más grandes y las evaluaciones más duras vienen de ti mismo, este post puede ayudarte a hacerle frente a la autocrítica.
Muchas veces parece que el peor enemigo está dentro de nosotros mismos. En lugar de alentarnos en el camino hacia nuestras metas y aprender de nuestros errores, perdemos tiempo exigiéndonos alcanzar la perfección y criticándonos negativamente. Estos hábitos perjudican nuestro rendimiento y la imagen personal que tenemos de nosotros mismos.
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¿Qué entendemos por autocrítica y por qué es perjudicial?
La autocrítica suele ser un tipo de crítica patológica, es decir, es una valoración negativa que una persona hace de sí misma o de sus acciones y que no le ayuda a dar lo mejor de sí misma. Se le suele decir crítica patológica ya que se escapa del control de la persona y acaba perjudicando su rendimiento y autoestima.
La autocrítica suele tener la forma de comentarios negativos, que se focalizan en los errores cometidos o en las metas no alcanzadas. Y sobre todo, es una crítica que no es constructiva porque no nos orienta a cómo utilizar nuestras fortalezas para mejorar nuestras debilidades.
La voz negativa que nos recuerda lo que hacemos mal
Dicho de otro modo, la autocrítica es esa voz negativa que nos remarca nuestros fallos o nuestra falta de perfección. Nos indica aquello que va mal, nos compara con los demás, con sus logros y sus capacidades, y fija estándares de perfección imposibles. Por ello, es necesario saber afrontar la autocrítica de manera objetiva y adaptativa.
Hacerle frente a la autocrítica es una tarea que suele ser difícil, ya que somos nosotros mismos los que nos estamos dando estos mensajes, y hemos dotado de un gran poder a nuestros pensamientos. Como es nuestra voz la que nos hace estas críticas, es difícil no hacerle caso y seguir adelante en el camino hacia nuestras metas.
Entonces, ¿cómo puedes hacerle frente a la autocrítica?
A continuación te explico alguna de las claves para gestionar la autocrítica y sacarle partido, evitando ser demasiado exigentes con nosotros mismos. ¿Estás preparado?
1. Conócete para domesticar tu voz interior
El primer paso para afrontar la autocrítica de manera adecuada es conocerla. Tienes que analizar sobre qué temas concretos versan tus críticas y qué pensamientos están asociados a éstas. Se trata de que identifiques qué mensajes te das a ti mismo, en qué situación, qué sientes y que piensas. Puedes llevar un registro escrito para poder analizar posteriormente las críticas a ti mismo en detalle y con tranquilidad, cuando tengas un momento.
2. Descubre las emociones que te hace aflorar tu voz crítica
Una vez que has identificado qué forma tiene tu autocrítica, y qué emociones y pensamientos van asociados a la misma; tienes que desenmascarar el propósito de estas críticas. ¿Qué intentan mostrarte tus emociones? ¿Qué miedo es el que mueve estas críticas? Conocer qué hay detrás de la autocrítica te facilitará el atacar la fuente de la misma.
3. ¿Motivación o preocupación?
Todo lo que hacemos o pensamos tiene una función, aunque no sea evidente, siempre existe un motivo en lo que hacemos y pensamos. El ser humano es un animal que orienta su conducta a metas, por ello, es importante que identifiques la función de la autocrítica. Por ejemplo, puede tratarse de que utilices la autocrítica para motivarte; por ejemplo, al exigirte a ti mismo para rendir más y mejor. Lo que ocurre es que muchas veces la autocrítica y las exigencias personales acaban siendo el centro de nuestra atención y perdemos de vista la meta que perseguíamos.
4. Huye del perfeccionismo
Solo nos importa hacerlo mejor y alcanzar la perfección; esto genera niveles de estrés y ansiedad que acaban perjudicando nuestro rendimiento. Con lo cual, nos criticamos y nos exigimos para hacerlo mejor, y acabamos perjudicando nuestro rendimiento con las exigencias. Si en tu caso, crees que la autocrítica busca motivarte, puedes poner en marcha estrategias para motivarte de manera positiva y así disminuir tu nivel de exigencia.
Solo nos importa hacerlo mejor y alcanzar la perfección; esto genera niveles de estrés y ansiedad que acaban perjudicando nuestro rendimiento. Con lo cual, nos criticamos y nos exigimos para hacerlo mejor, y acabamos perjudicando nuestro rendimiento con las exigencias. Si en tu caso, crees que la autocrítica busca motivarte, puedes poner en marcha estrategias para motivarte de manera positiva y así disminuir tu nivel de exigencia.
5. Mentalizarte para el fracaso: una arma de doble filo
Por otra parte, la autocrítica puede dar la falsa percepción de prepararnos ante un posible fracaso. Si creemos que no lo estamos haciendo bien y nos damos a nosotros mismos este mensaje, parecería que si fracasamos ya nos lo esperábamos. Esto es una ilusión. Si fracasamos nos afectará incluso más, debido a que la autocrítica prolonga el tiempo que estamos recibiendo mensajes negativos y éstos acaban validándose con nuestra experiencia.
6. Solución: relativiza y cuestiona tus pensamientos
Para poder hacerle frente a la autocrítica de manera eficaz es necesario que logremos distanciarnos de nuestros pensamientos y entenderlos como contenidos mentales, y no, como verdades absolutas. Distanciarse de los pensamientos es una capacidad que se alcanza mediante la práctica y la modificación de ciertos hábitos mentales. Puedes practicar el distanciarte de tus pensamientos y observarlos como contenidos de tu mente si te propones adquirir el hábito de cuestionarte por qué piensas algo y qué evidencias tienes para estar seguro o dudar de aquello que piensas. También puede ser útil que observes tus pensamientos como mensajes que te da tu mente y que conforme los tengas los dejes ir, sin hacer nada con ellos.
7. Solución: ¿estás reproduciendo los miedos e inseguridades de otras personas?
Otra manera de hacerle frente a la autocrítica es analizar si este patrón de comportamiento lo hemos copiado de personas que teníamos o tenemos en nuestro entorno. Esto es sumamente importante de cara a tomar las riendas de nuestra mente. Para ello, puedes preguntarte a ti mismo: ¿Esta manera de criticarme la he copiado de alguien? ¿Es resultado de mi voluntad personal o he aprendido que es la mejor manera de mejorar mi rendimiento? ¿Quiero realmente ser de esta manera?
Vence tus miedos y persigue tus sueños
Tienes que ser consciente de que toda la información que encuentres sobre ti mismo, los miedos que guían tus exigencias y tu autocrítica tiene que servirte para actuar de manera diferente.
Distanciarte de tus pensamientos y valorar la función de las críticas que te haces a ti mismo, ha de orientarte a atacar la fuente de tus miedos. Hacerle frente a la autocrítica implica una modificación de nuestros hábitos, por ello, necesitamos tiempo para poner en práctica una manera diferente de enfrentarnos a nosotros mismos. Si sigues estos pasos, estarás más cerca de vencer estas inseguridades y poder afrontar con éxito los retos que te propongas.