¿Por qué se emborrachan los Animales?

Existen muchos casos documentados de animales desinhibidos bajo el consumo de alcohol. ¿Por qué?

¿Por qué se emborrachan los Animales?

No son pocas las personas que consideran a los animales como sus mejores amigos. Desde gatos y perros domésticos hasta el amor por animales exóticos y el interés por las especies marinas más desconocidas. A lo largo de la historia humana, animales y personas hemos convivido en los mismos espacios y, en muchas ocasiones, también han sido utilizados para el disfrute y consumo humano. Esto ha relegado a los animales siempre a papeles secundarios y subyugados a la especie humana.

Sin embargo, los avances científicos están permitiendo acercarnos más a los animales y darnos a conocer y comprender el entramado de su mente. Y es que los animales deben dejar de entenderse puramente desde la mirada humana; tienen características propias que los diferencian de nosotros de maneras interesantes y que debemos conocer.

Un patrón de conducta animal que ha despertado creciente interés en los últimos años es la borrachera presentada por animales. Aunque parezca impensable para la mente humana, los animales también se emborrachan, principalmente con frutas fermentadas con alto contenido etílico. Pero, ¿estos consumos son siempre por accidente o hay alguna intencionalidad?

En este artículo, vamos a buscar los motivos por los que los animales consumen estos alimentos con alto contenido etílico y, en última instancia, se emborrachan. ¿Existen similitudes entre la borrachera animal y la borrachera humana?

Contextualizando sobre el consumo de alcohol

Antes de adentrarnos en el intrigante y desconocido mundo de la embriaguez animal, vamos a hacer un pequeño apunte sobre el contexto histórico y social del consumo de alcohol en las sociedades humanas contemporáneas. A lo largo de los siglos, el alcohol ha ido tomando papeles significativos en diversas culturas, siendo tanto fuente de celebración como de preocupación.

El alcohol sirve como una herramienta social en algunos contextos, sobre todo durante la juventud en la que el alcohol se introduce en nuestras realidades como parte de las relaciones sociales. Esto también lleva a problemas cuando no se entiende el alcohol como puramente algo social o recreativo, y se normaliza su consumo en todos los contextos o ambientes. Sobre todo, esto puede llevar a un consumo de alcohol emocional, para evadirse de las realidades. En última instancia, tener patrones desadaptativos de consumo de alcohol puede llevar a problemas de adicción y alcoholismo. Por ello, el alcohol ha sido un tema de preocupación, considerado incluso un problema de salud pública. Las edades de primeros consumos de alcohol son cada vez más bajas, y los problemas que esta desinhibición puede causar son más peligrosos. Mientras que los humanos hemos desarrollado estas relaciones complejas con las bebidas alcohólicas, ¿podría este fenómeno extenderse más allá de nuestras propias experiencias, e incluso, de nuestra especie?

La sorprendente realidad es que, en la naturaleza, existen casos documentados de animales que muestran comportamientos derivados del consumo de alcohol y de la “borrachera”. Estas realidades desafían nuestras nociones preconcebidas y nos lleva a preguntarnos si el alcoholismo su característica desinhibición son peculiaridades exclusivas de las sociedades humanas o si, de hecho, es una conducta que se manifiesta en diversas formas a lo largo del reino animal.

La embriaguez en la naturaleza

Una vez tenemos en mente el comportamiento derivado del consumo de alcohol en humanos, es momento de adentrarnos en el curioso tema de la embriaguez en el reino animal. A lo largo de los años, diferentes estudios han revelado casos asombrosos de animales que muestran interés por fuentes naturales de alcohol.

Uno de los ejemplos clave son las frutas fermentadas que caen al suelo y se convierten en pequeños festines etílicos para ciertos habitantes de los bosques. Haciendo una revisión por la literatura científica relativa a este tema, existen también casos documentados de algunos primates, como chimpancés, que han sido observados consumiendo estas frutas fermentadas con un entusiasmo que rivaliza con el disfrute humano.

Hace unos años, en Gilbert, un pequeño pueblo de Minnesota, la policía fue alertada por muchos vecinos del comportamiento de muchos pájaros que chocaban contra ventanas y coches y actuaban de forma confusa. Muchos de estos pájaros murieron por estos colapsos, y los científicos que estudiaron este caso certificaron que el hígado de estas aves tenía niveles intoxicantes de etanol. La explicación fue de nuevo el consumo de frutos fermentadas derivadas de diferentes árboles frutales.

Este tipo de comportamientos, aunque sorprendentes, plantean preguntas más profundas sobre la coevolución de las plantas y los animales. ¿Es una mera casualidad que algunas frutas y flores produzcan sustancias embriagadoras, o hay una estrategia evolutiva en juego? La respuesta podría yacer en la relación simbiótica entre plantas y animales, donde la embriaguez inadvertida podría proporcionar beneficios mutuos, ya sea en términos de dispersión de semillas o polinización.

Al explorar estos casos, nos adentramos en un intrigante microcosmos en el que las fronteras entre el reino animal y vegetal se desdibujan, revelando una red interconectada de adaptaciones evolutivas que nos desafían a reconsiderar nuestra percepción de la embriaguez en la naturaleza.

¿Por qué se emborrachan los animales?

Mientras nos sumergimos en la asombrosa diversidad de casos de embriaguez animal, aparece la pregunta central en torno a la que gira este artículo: ¿cuál podría ser el propósito evolutivo detrás de este peculiar comportamiento? La respuesta nos lleva a explorar hipótesis intrigantes que buscan descifrar el enigma de por qué los animales buscan activamente fuentes de alcohol en la naturaleza.

Una de las teorías propuestas sugiere que el consumo ocasional de sustancias embriagadoras que son fuente de etanol podría conferir ventajas en términos de supervivencia y reproducción. Para algunas especies, la tolerancia al alcohol podría representar una habilidad evolutiva que les permite aprovechar recursos alimenticios de manera más eficiente. ¿Podría ser que aquellos animales capaces de consumir alimentos fermentados tengan una ventaja competitiva en la lucha por la supervivencia?

Otra perspectiva fascinante considera el consumo de estos componentes con etanol como un medio para fortalecer vínculos sociales. Al igual que los humanos han utilizado el alcohol en contextos sociales, ciertos animales podrían emplear la embriaguez como una forma de mejorar la cohesión grupal o resolver conflictos dentro de su comunidad. Observaciones de primates que comparten experiencias embriagadoras sugieren que la ingesta de alcohol podría desempeñar un papel en la dinámica social de estas especies, de manera curiosamente similar a la que tenemos los humanos.

A medida que exploramos estas teorías, surgen más preguntas que respuestas. ¿La embriaguez en animales es simplemente un subproducto de la exposición ocasional a sustancias fermentadas, o hay una estrategia evolutiva más profunda en juego? Las respuestas a estas preguntas pueden revelar no solo la fascinante diversidad del reino animal, sino también conexiones inesperadas entre el comportamiento animal y los misterios de la evolución.

Lo que está claro es que la realidad de la embriaguez animal sigue siendo un fenómeno altamente desconocido y sobre el cual la ciencia no ha llegado todavía a una conclusión concreta. Para llegar a esta, es necesario que la investigación científica preste más atención a este fenómeno y busque confirmar las hipótesis comentadas anteriormente.

Impacto en el comportamiento y salud animal

A medida que exploramos los misterios del consumo de alcohol en el reino animal, surge una importante intersección entre el comportamiento animal y la influencia de las sustancias alcohólicas en su salud y las complicaciones que esto puede derivar en sus conductas. Diferentes estudios ponen de manifiesto que la embriaguez puede desencadenar una serie de efectos notables en el comportamiento de los animales, proporcionando una visión única de cómo estas criaturas interactúan con su entorno y entre ellas.

En el caso de los elefantes africanos, la ingesta de frutas fermentadas no solo despierta su curiosidad alimentaria e incluso gastronómica, sino que también induce cambios en su comportamiento social. Observaciones han recogido información que certifica que estos majestuosos animales, después de disfrutar de ricas fuentes de alcohol natural, pueden volverse más juguetones o incluso más tolerantes entre ellos, sugiriendo que la embriaguez no solo afecta la fisiología, sino también la dinámica social.

Sin embargo, no todo es juego y diversión. La embriaguez en animales también plantea preocupaciones sobre su impacto en la salud a largo plazo. Al igual que los humanos, los animales pueden experimentar efectos adversos, y la exposición constante a sustancias embriagadoras podría tener consecuencias negativas para su bienestar. Estudios han documentado cambios en la locomoción, la coordinación y la capacidad de respuesta en animales bajo la influencia del alcohol, lo que suscita interrogantes sobre la sostenibilidad de este comportamiento en el tiempo.

El análisis de estos efectos nos lleva a considerar las complejidades de la relación entre los animales y el alcohol en la naturaleza. ¿Es la embriaguez una adaptación temporal que proporciona beneficios sociales o alimenticios, o existen riesgos significativos que podrían afectar la salud a largo plazo de estas criaturas?

Conclusiones

En conclusión, la embriaguez en el reino animal revela una fascinante intersección entre la biología y el comportamiento. Desde primates disfrutando de frutas fermentadas hasta pájaros embriagados por el néctar, este fenómeno desafía nuestras percepciones. Las teorías evolutivas sugieren que la embriaguez puede conferir ventajas sociales o alimenticias, pero también plantea preocupaciones sobre la salud a largo plazo. A medida que exploramos estas complejidades, recordamos que la naturaleza continúa sorprendiéndonos, ofreciendo perspectivas únicas que nos invitan a reconsiderar la diversidad de la vida en nuestro fascinante planeta.

  • Vengeliene, V., Celerier, E., Chaskiel, L., Penzo, F., & Spanagel, R. (2009). Research focus on compulsive behaviour in animals: Compulsive alcohol drinking in rodents. Addiction biology, 14(4), 384-396.

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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