La ansiedad es un estado psicofisiológico que la mayoría de las personas, hemos experimentado en algún momento u otro de nuestra vida. Sin embargo, no todos en el mismo grado, ni durante el mismo periodo de tiempo. Es decir, no es lo mismo padecer ansiedad en un momento puntual, que padecerla durante días, semanas o meses.
Los efectos de la ansiedad en la salud variarán de un caso a otro, siendo diferentes los efectos a corto plazo que a largo plazo. En este artículo te explicamos cuáles son estos efectos justo en el momento de experimentar ansiedad, y cuáles son cuando sufrimos ansiedad durante mucho tiempo.
Como veremos, la ansiedad no tiene una sola “diana” fisiológica, y por ello te lo explicamos haciendo alusión a cada uno de nuestros órganos.
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Efectos de la ansiedad en la salud a corto plazo
Antes de explicar los efectos de la ansiedad en la salud, vamos a recordar brevemente en qué consiste la ansiedad.
La ansiedad implica una serie de alteraciones en el organismo, a diferentes niveles: conductual, fisiológico, emocional… Se trata de un estado anormal de sobreexcitación, nerviosismo y tensión, en el que nos encontramos cuando nuestros recursos resultan insuficientes para hacer frente a las demandas o exigencias del entorno.
Aunque existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad, la ansiedad en sí tiene unos síntomas bastante comunes. Por ello, hoy vamos a hablar de la ansiedad en general, y de los efectos de la ansiedad sobre la salud, ya que nuestro cuerpo “habla”, y debemos escucharlo y cuidarlo para no enfermar a largo plazo.
Concretamente, ahora vamos a conocer estos efectos en momentos iniciales de ansiedad, cuando nuestro cuerpo empieza a experimentarla:
1. Reacciones cutáneas
Los efectos de la ansiedad en la salud afectan a nuestra piel. La ansiedad hace que sintamos estrés, y el estrés aumenta nuestro flujo sanguíneo. Esto favorece que, en cuanto al tono de la piel (rostro), algunas personas se pongan pálidas, y otras se pongan rojas. Todo esto es debido a que, al experimentar ansiedad, nuestro sistema nervioso simpático envía más sangre de lo habitual a los diferentes músculos.
Además, esta respuesta de nuestro organismo, podría acelerar el envejecimiento prematuro de la piel. Otro efecto derivado de la ansiedad, en este sentido, es un aumento de la histamina (sustancia inflamatoria), que puede aumentar la probabilidad de sufrir inflamaciones.
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2. Actividad del bazo
El bazo es un órgano que pertenece al sistema linfático; es considerado el “centro de actividad” del sistema inmune, y facilita la destrucción de los glóbulos rojos y las plaquetas.
Cuando sentimos ansiedad, el bazo libera más glóbulos rojos y blancos, a fin de que nuestro cuerpo obtenga más oxígeno (durante un episodio ansioso). Además, nuestro flujo sanguíneo aumenta entre un 300 y un 400%.
3. Tensión muscular
Los efectos de la ansiedad en la salud también afecta a nuestros músculos. Así, cuando estamos ansiosos/as, nuestro músculos se contraen. Esto es lo que llamamos tensión muscular. Si la ansiedad se alarga en el tiempo (o incluso si no lo hace), podemos sufrir dolores musculares originados por dicha tensión, así como migrañas, dolores cervicales, rigidez en diferentes zonas del cuerpo, etc.
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4. Problemas de garganta
Otro de los efectos de la ansiedad en la salud son los problemas de garganta. Cuando sentimos ansiedad, nuestros fluidos corporales se dispersan por todo el cuerpo. Esto provoca cierta tensión y rigidez, lo que conlleva un resecamiento de la garganta, así como dificultades para tragar. También puede aparecer una voz ronca.
Alteraciones en la salud a largo plazo
Hemos hablado de los efectos de la ansiedad en la salud cuando sufrimos ansiedad prácticamente en el momento, pero… ¿qué ocurre cuando la ansiedad se prolonga durante un periodo continuado? Que se originan otros problemas de salud más graves. Vamos a conocer dichos problemas a través de cada uno de nuestros órganos:
1. Estómago
A nivel estomacal, cuando sufrimos ansiedad a lo largo de un período más largo de tiempo, aparece una propensión a sufrir úlceras de estómago. La úlcera consiste en una lesión profunda de la mucosa del estómago (o del duodeno), originada por diferentes factores (agresivos y defensivos) de la mucosa.
Por otro lado, a nivel estomacal también aparecen problemas digestivos derivados de la ansiedad, así como cambios en nuestro metabolismo. Esto se debe a que, cuando experimentamos ansiedad a lo largo de cierto tiempo, nuestro cuerpo no puede regular bien la digestión, lo que deriva en efectos a largo plazo en los intestinos.
Nuestro cuerpo, además, no puede absorber bien los nutrientes, lo cual origina diferentes alteraciones, tales como: diarrea, ardores, sensación de “hinchazón”, etc. En casos extremos, se puede llegar incluso a perder el control de los esfínteres.
2. Corazón
Otro de los efectos de la ansiedad en la salud es una mayor propensión a sufrir enfermedades cardiovasculares. Las enfermedades cardiovasculares afectan a las arterias coronarias, que se relacionan con el corazón o con los vasos sanguíneos.
Este mayor riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares es debido a que nuestro ritmo cardíaco está en aumento continuamente, y además la presión sanguínea también está elevada y sobre-producimos cortisol (“la hormona del estrés”).
Otros efectos que pueden aparecer en el corazón (o relacionados) son: arritmias, hipertensión, derrames, ataques cardíacos… Como vemos, son síntomas muy graves.
3. Pulmones
¿Qué efecto tiene la ansiedad en los pulmones? Lo que ocurre es que nuestras funciones espiratorias (que nos permiten respirar con normalidad) se vuelven más débiles. Así, pueden aparecer dificultades respiratorias, problemas de asma (que se exacerban en personas asmáticas), etc.
Concretamente, las personas asmáticas tienen más probabilidad de experimentar un ataque de pánico, según una investigación (2005) realizada en la Universidad de Sao Paulo.
4. Sistema inmunitario
Recordemos que el sistema inmunitario es el que nos protege de agentes nocivos; concretamente nos evita posibles infecciones o enfermedades. Así, otro de los efectos de la ansiedad en la salud tiene que ver con el sistema inmunitario.
Cuando sufrimos ansiedad, este se debilita, y por ello somos mucho más propensos/as a sufrir determinadas enfermedades, porque nuestro organismo está “de bajón” en este sentido. Las enfermedades más comunes ante las que estamos más expuestas cuando sufrimos ansiedad a largo plazo son: resfriados (catarros), infecciones e inflamaciones.
5. Cerebro
Otro de los efectos de la ansiedad en la salud afecta al cerebro o al funcionamiento de este; así, aparecen cambios en él, y también podemos sufrir problemas de sueño, por ejemplo (insomnio, sueño no reparador, etc.).
Por otro lado, nuestro sistema nervioso (SN) se “satura”, y no puede funcionar con normalidad. Todo esto es debido, principalmente, a que la ansiedad causa síntomas también psicológicos (es decir, también respondemos psicológicamente a la ansiedad).
Otros problemas asociados al funcionamiento mental, originados por la ansiedad, son: dificultades de memoria a corto y largo plazo, problemas de atención o concentración, etc. Por otro lado, también podemos padecer otros síntomas que afectan a nuestro funcionamiento diario, como por ejemplo: fatiga, desgaste físico y emocional, etc.
Referencias bibliográficas:
- Amigo, I. (2012). Manual de Psicología de la Salud. Madrid: Pirámide.
- Amigo, I., Fernández, C. y Pérez, M. (2009). Manual de Psicología de la Salud. Madrid: Pirámide.
- Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen II. Madrid: McGraw-Hill. (Temas 1 y 12).
- Brannon, L. y Feist, J. (2001). Psicología de la Salud. Parainfo: Madrid.
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