Una de las principales características de los humanos como animales mamíferos es el desarrollo de las glándulas mamarias, cuya única función es la de proporcionar alimento a las crías; de ahí que, al menos en la especie humana, los bebés sean también llamados lactantes.
Sin embargo, una serie de alteraciones en la producción de las hormonas encargadas de la segregación de la leche puede provocar un fenómeno conocido como galactorrea, el cual se produce habitualmente en mujeres pero también se puede dar de forma puntual en hombres.
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Definición de galactorrea
La galactorrea hace referencia a la segregación de leche a través de la glándula mamaria una vez transcurrido el período puerperal, es decir pasadas entre seis y ocho semanas tras el parto. Además, esta debe permanecer durante al menos seis meses. Aunque, es cierto que en ciertas mujeres que han pasado por varios partos se puede dar este fenómenos sin estos signifique que exista una enfermedad subyacente.
La galactorrea no puede considerarse una enfermedad como tal, sino una señal de que la persona puede estar sufriendo alguna otra afección, produciéndose habitualmente la secreción a través de ambas mamas.
Este fenómeno se da particularmente en mujeres de entre 20 y 35 años de edad con gestaciones anteriores. No obstante, existen casos de galactorrea en presentes en otras edades, en niños e incluso en hombres.
Por norma general, entre un 20% y un 25% de las mujeres con ciclos menstruales y niveles hormonales normales, experimentan un fenómeno de galactorrea en algún instante a lo largo de su vida.
Síntomas de la galactorrea
A pesar de que la galactorrea sea considerada un signo dentro de una alteración más grande, esta puede venir acompañada de otros síntomas asociados. Estos síntomas pueden resultar muy variados en cuanto a tipo, frecuencia de aparición, etc, dependiendo de las causas de la propia galactorrea.
Las muestras de síntomas más habituales son:
- Variaciones durante la menstruación: ciclos irregulares o falta de ciclo menstrual
- Sensibilidad ante los cambios de temperatura
- Incremento de la sed y de la ganas de orinar
- Cefaleas
- Problemas en la visión tales como visión imprecisa o borrosa, visión doble o falta de visión
- Problemas de erección, disfunción eréctil y falta de deseo sexual en hombres
- Acné y aparición de vello corporal
Causas
Fuera de circunstancias patológicas, la fabricación de la leche en las mamas es originada por varias hormonas y de ellas la prolactina es la que tiene un papel más relevante. Esta hormona se forma en un glándula llamada hipófisis, la cual se sitúa en la base del cráneo. Además, también interviene la actuación de otra hormona llamada lactógeno placentario.
La causa de la aparición de la galactorrea es por un desequilibrio en la producción de estas dos hormonas. Esta alteración puede tener numerosas causas, aunque la verdad es que en la mitad de los casos la causa queda sin determinar. Los motivos más habituales por lo que aparece este fenómeno son:
- Aparición de tumores en la hipófisis.
- Efecto secundario del consumo de algunos fármacos. Estos fármacos suelen pertenecer a los grupos de antipsicóticos, antidepresivos, antihipertensivos, fármacos opiáceos, antivomitivos y anovulatorios.
- Afecciones endocrinas que alteran la producción de hormonas, como el hipotiroidismo primario.
- Estimulación excesiva del pezón.
- Estrés físico y psicológico.
- Enfermedad renal crónica.
- Cirrósis hepática.
- Infecciones locales en la mama.
- Alteraciones hipotalámicas que alteran la correcta regulación de la liberación de hormonas.
- Lesiones torácicas o cirugías.
- Otras afecciones como ovarios poliquísticos, hipertiroidismo, lesiones medulares, etc.
Diagnóstico
El primer paso en el diagnóstico de la galactorrea es descartar que dicha secreción no sea de otra clase más que láctea. El motivo es que cualquier otro tipo de secreción, con huellas de sangre, purulentas o de tono verdoso son signo de otras enfermedades importante como el cáncer de mama, por lo que es de vital importancia acudir a un centro de salud en cuanto se detecte la secreción.
El correcto diagnóstico de la galactorrea debe incluir la elaboración de una historia clínica lo más minuciosa posible, la cual incluya la historia menstrual de la paciente, en el caso de que sea mujer, para descartar la posibilidad de que se deba a un embarazo. Además, de investigar sobre la esterilidad, impotencia o variaciones en el apetito sexual.
Asimismo, se debe realizar una exploración física en busca de signos que delaten cualquier otra enfermedad como el hipotiroidismo y solicitar un historial de fármacos para descartar esta posible causa.
A continuación, es necesario realizar un análisis sanguíneo para comprobar los niveles de hormonas tiroideas y de prolactina en sangre. Según el clínico especialista considere necesario, se pueden llevar a cabo otras pruebas como análisis de orina o placas de tórax y abdomen.
Si se llegan a excluir todas las causas anteriores, es muy probable que se trate de un prolactinoma. El prolactinoma es un tumor benigno que se aloja en la hipófisis, y aunque es mucho más probable que se dé en mujeres, cuando se presenta en hombres lo hace de forma más perniciosa.
Si la galactorrea se manifiesta junto con concentraciones muy altas de prolactina en sangre, algún tipo de disfunción sexual, infertilidad o hipogonadismo es lógico suponer que se trate de un prolactinoma; por lo que el especialista deberá realizar una resonancia magnética cerebral para confirmar la existencia de un tumor.
Tratamiento
La intervención a seguir en los casos de pacientes que presenten galactorrea dependerá de las causas de esta. En el caso de que esta se dé de manera aislada y sin altos niveles de prolactina en sangre, lo más común es que desaparezca de manera natural, no siendo necesario ningún tipo de tratamiento.
La excepción serían los casos en los que la secreción suponga una gran molestia, en cuyo caso el protocolo manda administrar agonistas dopaminérgicos, los cuales aumentan el nivel de dopamina en sangre, hormona que inhibe la formación de prolactina.
Asimismo, cuando este fenómeno sí esté asociado a cualquier otra enfermedad, los síntomas remitirán al tratar la afección principal. En el caso de que la galactorrea sea producida por los efectos de un fármaco, la supresión de este o una rebaja en la dosis deberá ser suficiente para que remitan los síntomas.
En personas en las que la resonancia magnética no detecte la presencia de un prolactinoma, es necesario que se sometan a revisiones periódicas para descartar la aparición y crecimiento de un tumor de la hipófisis.
Por último, en casos de prolactinoma se lleva a cabo una cirugía para extraer el tumor,junto con la administración de fármacos específicos y radioterapia.