Los investigadores, con el conocimiento actual, han conseguido calcular que el cuerpo humano alberga unos 30 billones de células. Sin duda, cada tejido tiene sus particularidades y, por ejemplo, el 84% de este volumen celular en nuestra especie corresponde a los glóbulos rojos, que transportan el oxígeno en sangre. Sí, por muy extraño que parezca, muchos expertos consideran la sangre como un tipo de tejido conectivo de naturaleza fluida.
Los seres humanos somos un 50% proteínas, pues éstas suponen la mitad de nuestro tejido en seco y, como podrás imaginar, el sistema biológico que nos compone no se puede concebir sin el tejido como nivel de organización básico más allá de la célula. Todo se trata de perspectiva pero, en resumen, sin organización tisular no somos nada.
Toda esta introducción viene a subrayar la diversidad e importancia de los tejidos en nuestro cuerpo. Todos conocemos lo que es el tejido nervioso o muscular debido a su clara funcionalidad, pero, ¿qué te viene a la cabeza si te nombramos el término “mesotelio”? Si la respuesta es nada, no te preocupes, pues aquí te contamos todo lo que debes saber sobre él.
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¿Qué es el mesotelio?
Empezamos de forma directa. Desde un punto de vista fisiológico, el mesotelio se define como un tipo de epitelio simple escamoso que descansa en una lámina basal sostenida por tejido conectivo. Diseccionamos cada uno de estos términos:
- Epitelio: un tejido constituido por células íntimamente unidas (de forma plana o prismática), que recubre la superficie externa del cuerpo y de ciertos órganos.
- Epitelio simple: ahondando una categoría más, el epitelio simple es aquél que está constituido por una sola capa de células en contacto mediante complejos de unión.
- Epitelio escamoso (estratificado): compuesto por una capa de células aplanadas (escamosas) sobre una membrana basal.
Así queda más claro, ¿verdad? Estamos hablando de un tipo de tejido realmente simple: una sola capa de células de forma aplanada. Para localizar este curioso tejido, debemos recalcar que se trata de la capa más externa del peritoneo, pero, ¿qué es esto?
El peritoneo es la capa serosa que reviste el interior de la cavidad abdominal, es decir, el “espacio hueco” en el que se encuentran alojados todos nuestros órganos. Este está compuesto por dos capas y, entre ellas, existe un espacio (cavidad peritoneal) que contiene unos 50 mililitros de líquido lubricante que les permite deslizarse entre sí. Se trata de la membrana serosa más extensa del organismo pues, además de revestir la cavidad peritoneal, también abriga a nuestros intestinos. Se calcula que, por este motivo, ocupa del 40-50% de la superficie cutánea total.
La célula mesotelial
Ya hemos descrito la forma general del mesotelio y su localización, razón por la cual solo nos queda prestar especial atención a su unidad funcional básica, la célula mesotelial, para completar el panorama de este singular tejido. Vamos a ello.
La célula mesotelial es de tipo epitelial plano, de origen mesenquimal (conjuntivo laxo de origen embrionario) que tapiza las cavidades serosas. Estas células forman una monocapa con aspecto de mosaico poligonal en el que afloran ciertas microvellosidades. Las proteínas y fluidos serosos que se atrapan entre estas microvellosidades proporcionan una superficie de baja fricción, que supone una excelente zona de contacto entre órganos. Por otro lado, estas células descansan sobre una membrana basal (MB) que ofrece poca resistencia al paso de las moléculas de menos de 30.000 daltons.
Por último, cabe destacar que las células mesoteliales son muy reactivas. Esto quiere decir que cambian de aspecto fácilmente. Por ejemplo, cuando se encuentran en reposo se observan en grupos de diferente volumen bien organizados, con un ratio núcleo:citoplasma elevado. Por otro lado, a medida que se activan van aumentando de tamaño, formando protrusiones citoplasmáticas irregulares y una mayor vacuolización. Por desgracia, esta plasticidad puede suponer un problema: toca hablar de cáncer en futuras líneas.
Funciones del mesotelio
El principal propósito de las células mesoteliales (y por ende del mesotelio) es crear una capa de fluido lubricante que se libera entre capas de revestimiento, produciendo una superficie deslizante y no adhesiva.
Además de esto, el mesotelio también supone el transporte y movimiento de partículas y células entre cavidades, entre las que se encuentran los leucocitos, implicados en la respuesta inmune como mediadores inflamatorios. En resumidas cuentas, se trata de un tejido de “paso” que permite el deslizamiento entre órganos y el transporte de diversas sustancias y cuerpos celulares esenciales para el bienestar fisiológico del organismo.
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Mesotelioma, un cáncer en el mesotelio
Como prácticamente todas las células del cuerpo que crecen y se recambian, el mesotelio es un candidato potencial a presentar eventos de cáncer. Al fin y al cabo, el cáncer no es más que una mutación en una célula que hace que esta se divida de forma descontrolada y no responda a los periodos normales de apoptosis (muerte celular), dando lugar al temido tumor maligno.
El mesotelioma se puede dividir en diversas categorías según el lugar afectado. Entre ellos, encontramos los siguientes.
1. Mesotelioma pleural
Afecta el tejido que rodea a los pulmones, es decir, se desarrolla en la cavidad torácica. Puede causar dolor en el pecho, tos dolorosa, dificultad para respirar, bultos inusuales debajo de la piel del pecho y pérdida de peso sin causa aparente, entre otras muchas otras cosas.
2. Mesotelioma peritoneal
Como su propio nombre indica, afecta al tejido del abdomen (peritoneo). Provoca hinchazón abdominal, dolor en el abdomen, náuseas y pérdida de peso sin causa aparente. Por desgracia, ambos tipos de mesotelioma son extremadamente agresivos y conllevan una tasa de letalidad nada desdeñable.
3. Otros tipos de mesotelioma
Existen más tipos de mesotelioma dependiendo del tejido al que afecten pues, por ejemplo, el mesotelioma pericardial crece en el tejido que rodea al corazón, causando problemas respiratorios y opresión. Por otro lado, el mesotelioma de la túnica vaginal afecta al revestimiento de los testículos. Básicamente, cualquier revestimiento mesotelial es susceptible a la aparición de un tumor maligno, aunque no todos los tumores mesoteliales se traducen automáticamente en un cáncer.
Distribución y epidemiología de los mesoteliomas
El mesotelioma aparece en 1-2 pacientes por cada millón de personas al año de forma aproximada. Por desgracia, las personas que trabajan en el sector obras (especialmente si están en contacto con asbesto) tienen una probabilidad de presentarlo hasta 40 veces mayor. Este tipo de cáncer tan agresivo mata a unas 5.000 personas al año en Europa y 3.000 en EE.UU al año.
El paciente típico con mesotelioma es un hombre de 60 años de edad que ha estado trabajando en este tipo de industria durante al menos 30 años. Resulta chocante conocer que, en la mayoría de los casos, suelen pasar de 20 a 40 años tras la exposición a asbesto (en vinilos, coches y materiales de construcción) hasta que se desarrolla el cáncer.
Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado que todos los países del mundo dejen de utilizar este material en el ámbito de la construcción. Por desgracia, en el año 2010 esta organización estimó que, a pesar de las prohibiciones a nivel global, 125 millones de personas por todo el globo siguen en contacto estrecho con asbesto. Además del mesotelioma, este material también provoca asbestosis (lesiones cicatriciales en pulmón y pleura) y cáncer de pulmón, además de posibles metástasis derivadas de estos tipos de tumores malignos.
Resumen
Como has podido ver, el mesotelio es una estructura muy simple que presenta muchos secretos por desengranar. Para entendernos (y en un apunte final más familiar), podemos decir que se trata de una capa simple que permite el deslizamiento entre órganos y el transporte de sustancias, desde proteínas a cuerpos inmunes especializados, pasando por otros muchos tipos celulares más.
Los mesoteliomas son un tipo de tumor maligno muy poco común en la población general pero, por desgracia, se presentan casi únicamente en las personas que han trabajado en obras en contacto con asbesto. Si tienes un historial obrero/ de trabajo físico y notas bultos extraños en cualquier parte blanda de tu cuerpo, hinchazón abdominal y toses continuas, acude con presteza al médico.
Referencias bibliográficas:
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- Las células mesoteliales...El gran reto de la citología, onkos.es. Recogido a 26 de diciembre en https://www.onkos.es/blog/las-celulas-mesoteliales-el-gran-reto-de-la-citologia
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- OMS alerta sobre exposición al asbesto de 125 millones de personas, Noticias ONU. Recogido a 26 de diciembre a https://news.un.org/es/story/2010/08/1197561
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