La obesidad es una enfermedad crónica con una elevada prevalencia a nivel mundial que, generalmente, viene asociada con multitud de complicaciones para la salud.
Los datos científicos evidencian que este fenómeno parece ir en aumento en los últimos años, por lo que se ha convertido en un problema de salud pública, especialmente en los países desarrollados.
Sobrepeso: una realidad preocupante...
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015) afirma que en el mundo hay 1.900 millones personas adultas que tienen sobrepeso, de las cuales, más de 600 millones sufren obesidad. En España, la obesidad también se ha convertido en un problema serio, y así lo confirman los datos del estudio ENRICA, que concluyen que el 39% de la población española tiene sobrepeso y el 22.9% obesidad.
Debido a la complejidad de este fenómeno, el tratamiento más efectivo para combatir esta afección se compone de tres pilares básicos: la nutrición, los aspectos psicológicos y el ejercicio físico.
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Causas de la obesidad
La obesidad es un fenómeno multicausal y, por tanto, las causas obedecen a varios factores: los de origen genético y endocrino, que suponen un 30%, y los de origen ambiental, que representan el 70%.
En estos últimos se incluyen la ingesta excesiva de comida, especialmente productos poco saludables, la falta de ejercicio físico y, en general, un estilo de vida sedentario.
Obesidad y problemas serios para la salud
La obesidad trae consigo problemas serios para la salud de las personas afectadas con esta condición. Tal y como concluyen Miguel Soca y Niño Peña en una investigación realizada en 2009: “La obesidad puede provocar conjunto de anormalidades metabólicas, llamadas síndrome metabólico (SM): una serie de trastornos caracterizados por intolerancia a la glucosa, diabetes, alteraciones de los lípidos en la sangre e incremento de tensión arterial”.
Asimismo, la obesidad afecta negativamente a la esperanza y la calidad de vida, así como a la estética corporal que, en consecuencia, puede causar problemas sociales y psicológicos para el individuo con esta condición.
Diagnóstico de la obesidad
La obesidad se diagnostica, más que por el peso, por el porcentaje de grasa corporal del individuo. De manera general, en el hombre adulto, aproximadamente el 12-20% de su peso corporal está compuesto por grasa. En el caso de la mujer, el porcentaje es un poco más alto, el 20-30 %, fundamentalmente debido a hormonas como el estrógeno.
En la actualidad, son distintos los métodos que existen para cuantificar el porcentaje de grasa corporal. La biompedancia, la ingeniería de rayos X o la densitometría son algunos ejemplos. Sin embargo, uno de los métodos más utilizados es el Índice de Masa Corporal (IMC), obtenido por la relación entre el peso expresado en kilogramos y la altura en metros al cuadrado (IMC: Peso/talla2). Con el resultado de este índice se define con sobrepeso a individuos con IMC igual o superior a 25 Kg/m2 y obesos a aquellos que tienen IMC igual o superior a 30 Kg/m2.
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Calculando el porcentaje grasa corporal
El IMC es una medida fácil de obtener, con una correlación alta con la composición corporal, y es útil como valor de diagnóstico. Además, cuanto mayor IMC tiene un individuo, mayor posibilidad de desarrollar morbilidades asociadas al exceso de grasa. No obstante, el IMC tiene sus limitaciones y ha sido criticado al no permitir diferenciar entre el porcentaje de masa grasa y muscular.
Si se considera el porcentaje de masa grasa, la obesidad corresponde a un porcentaje graso mayor de 25% en hombres y 30% en mujeres. Para estimar el porcentaje de grasa corporal, los pliegues cutáneos son una opción muy válida. Con este método es necesario hacer el sumatorio de cuatro pliegues: el bicipital, tricipital, subescapular y suprailíaco
Por último, otra de las medidas empleadas para el diagnóstico de la obesidad es el índice cintura cadera (ICC), una herramienta antropométrica específica para medir los niveles de grasa intra-abdominal. Esta fórmula permite dividir el perímetro de la cintura entre el de la cadera (ICC: perímetro cintura en centímetros/perímetro cadera en centímetros). La OMS establece unos niveles normales para el índice cintura cadera aproximado de 0,8 en mujeres y 1 en hombres.
Tipos de obesidad
La obesidad puede clasificarse de distintas maneras en función del criterio que se establezca. Una de las clasificaciones más empleadas es en función de la distribución de la grasa corporal, en la que existen tres categorías. Según el Consenso SEEDO (2007), son las siguientes:
1. Obesidad de distribución homogénea
El exceso de grasa no predomina en ninguna zona del cuerpo, por eso recibe el nombre de obesidad de distribución homogénea.
2. Obesidad ginoide o periférica (en forma de pera)
La grasa se localiza básicamente en la cadera y en los muslos. Este tipo de distribución se relaciona principalmente con problemas de retorno venoso en las extremidades inferiores (varices) y con artrosis de rodilla. Las mujeres son más propensas a padecer este tipo de obesidad.
3. Obesidad androide, central o abdominal (en forma de manzana)
El exceso de grasa se ubica en la zona en la cara, el tórax y el abdomen. Se asocia a un mayor riesgo de dislipemia, diabetes, enfermedad cardiovascular y de mortalidad. Este tipo de obesidad es más habitual en hombres que en mujeres.
Otras clasificaciones de la obesidad
Además de la anterior clasificación, existen otras como las siguientes:
Tipos de obesidad según grado de riesgo
Según el consenso de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO 2007), la obesidad también puede clasificarse de la siguiente manera teniendo en cuento el IMC:
- Peso insuficiente: El peso está por debajo de la normalidad. El IMC es inferior a 18.5 kg/m2. No se considera sobrepeso.
- Normopeso: Es el peso normal de una persona respecto a su estatura. El IMC es el ideal: 18.5-24.9 kg/m2. No se considera sobrepeso.
- Sobrepeso: El sobrepeso ocurre cuando la persona pesa más de lo que debería pesar según su estatura. IMC 25-26.9 kg/m2.
- Sobrepeso II: La persona tiene un peso superior al que debería tener para su estatura pero sin ser obesidad. IMC 27.29.9 kg/m2.
- Obesidad tipo I: Primer grado de obesidad. IMC 30-34.9 kg/m2.
- Obesidad tipo II: Segundo grado de obesidad IMC 35- 39.9 kg/m2.
- Obesidad tipo III: Este tipo de obesidad recibe también el nombre de obesidad mórbida. IMC 40-49.9 kg/m2.
- Obesidad tipo IV: Este tipo de obesidad también es conocida como obesidad extrema. IMC superior a 50 kg/m2.
Tipos de obesidad según la causa
Dependiendo de la fuente causante de la obesidad, ésta puede ser:
- Obesidad genética: el individuo ha recibido la herencia genética o predisposición para tener obesidad.
- Obesidad dietética: caracterizada por un estilo de vida sedentario y una ingesta de alimentos poco saludable.
- Obesidad por desajuste: La persona nunca se siente saciada por un desajuste en el sistema de regulación del hambre.
- Obesidad por defecto termogénico: El organismo al no quema las calorías eficientemente.
- Obesidad de tipo nervioso: Es la obesidad causada por problemas psicológicos como la ansiedad, el estrés y la depresión.
- Obesidad por enfermedades endocrinas: Es la obesidad provocada por enfermedades de tipo hormonal, por ejemplo, hipertiroidismo.
- Obesidad cromosómica: Este tipo de obesidad se asocia a defectos cromosómicos.
Referencia bibliográficas:
- Rodríguez Artalejo F. (2011) Epidemiología de la obesidad en España: Estudio ENRICA. V Convención NAOS. Madrid: Centro de Investigación Biomédica en red Epidemiología y Salud Pública.