El antropólogo estadounidense John Tooby fue quien propuso la idea de que el concepto llamado como “instintos coalicionales” debería tener una mayor reconocimiento dentro de la psicología y de la comunidad científica debido a que considera que tienen una gran influencia en la sociedad y en las creencias de las personas.
Los instintos coalicionales son considerados por muchos científicos evolucionistas como una característica inherente a la naturaleza humana que influye considerablemente en el comportamiento de las personas dentro de su entorno social.
En el presente correo explicaremos en qué consiste el concepto de instintos coalicionales, así como la manera en la que pueden influir en la vida de las personas.
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¿Qué son los instintos coalicionales?
A pesar de que no hay una definición consensuada para este concepto, está bastante aceptada la definición que dice que los instintos coalicionales son un repertorio de instintos innatos y universales que influyen en la manera de comportarse los seres humanos en contextos sociales.
Estos instintos mueven a las personas a la búsqueda de formar un grupo, pertenecer a una asociación, defender unos valores, oponerse o resistirse a realizar determinadas cosas, atacar en determinados contextos; en definitiva, a formar diversas coaliciones en diferentes contextos que mueven a una persona a actuar de distintas maneras en función de haber sido movida por un tipo de coalición u otra.
Cada coalición se compone por un grupo de personas que se ven a sí mismos y/o son vistos por los demás por compartir una identidad particular que todos ellos tienen en común.
Esta manera de ver a los demás es característico de los seres humanos, ya que a lo largo de la evolución se fue adquiriendo la capacidad de unirse en coaliciones sabiendo que dos personas pueden vencer a una, tres pueden vencer a dos y así sucesivamente, pasando de dominar los machos alfa a un grupo de coalición donde los miembros unen sus fuerzas para responder a los peligros y a las amenazas externas al grupo, ya que si alguien se quedaba solo estaba a merced de los demás y su vida peligraba, por lo que los instintos coalicionales motivaban a todos los seres humanos a pertenecer a algún grupo para tener protección.
Así se ha podido demostrar que formar coaliciones ha servido de gran ayuda para resolver determinados desafíos en grupo, porque no podrían ser solucionados de forma individual, tiene grandes ventajas.
Es por ello que descendemos de aquellos que supieron utilizar correctamente sus instintos coalicionales para unir sus fuerzas y sobrevivir, de manera que hemos heredado dichos instintos. Por ello mismo, en nuestros días seguimos a nuestros instintos coalicionales para formar parte de diversos tipos de coaliciones (en el trabajo, en la familia, diferentes grupos sociales, asociaciones, equipos deportivos, e incluso por nacionalidades, entre otros).
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Instintos coalicionales como necesidad de pertenecer a un grupo
Los instintos coalicionales generan la necesidad en los seres humanos de pertenecer a una coalición, y en algunos casos, esa necesidad de formar parte de una coalición podría, entre otras cosas, la razón por la cual algunos grupos tengan una serie de creencias extrañas y desconectadas con la realidad (por ejemplo, en las sectas).
Estos instintos incluso podrían ser una de las razones por las que se produce esa necesidad de formar parte de un grupo, aunque sea de ideas radicales en el que sus integrantes se consideren moralmente superiores a los que no compartan sus ideas y se produzca un rechazo hacia ellos.
Además, en algunos grupos se exigen una serie de requisitos a aquellos que quieran formar parte del mismo, entre los que se suele el apoyo incondicional al grupo frente a quienes estén en contra de sus ideas.
Por otro lado, existen números estudios transculturales que han demostrado que los seres humanos, además de sociales, son cooperadores por naturaleza, algo que se pudo comprobar estudiando la manera de comportarse socialmente de miles de niños de diferentes culturas, donde demostraron estar psicológicamente adaptados para cooperar con otras personas.
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Problemas que pueden llegar a generar los instintos coalicionales
En algunas ocasiones, los instintos coalicionales pueden llegar a generar conflictos en diversos sectores como por ejemplo, en la ciencia, en la política o en el deporte.
En el sector de la ciencia, cuando se forman coaliciones por parte de algunos científicos en base a determinadas cuestiones investigadas, puede llegar a ser perjudicial si los mismos mantienen una postura férrea e inflexible en base a las ideas de la coalición formada, de forma que pueden llegar a moralizar el proceso científico, resultando difícil que otro grupo rebata la validez de sus investigaciones.
Incluso cuando se lleguen a demostrar resultados en contra de las hipótesis fundamentadas por su coalición, estos grupos podrían anteponer sus intereses por encima de la verdad científica, que es la que debería primar por encima de los propios intereses por el bien común, ya que la ciencia, ante todo, debería buscar el desarrollo y el avance en base a descubrimientos contrastables, sin estar sesgados por los ideales de ninguna coalición.
Por lo tanto, no es poco frecuente que a lo largo de la Historia se hayan generado toda clase de ataques entre distintas coaliciones de miembros pertenecientes a diferentes escolásticas científicas en base a una lucha por tener la razón. Algo muy similar a lo que ha ocurrido por parte de diferentes partidos políticos, los grupos de ideología radicales, incluso en los grupos de hinchas de los equipos deportivos.
Cuando un grupo se mueve or instintos coalicionales insanos, el trasfondo del asunto puede estar fundamentado en diversos motivos, como el dominio de un territorio, el estatus, lucha por unos determinados recursos, hacerse con el poder, fuerza moral, etc.
Asimismo, en esta clase de coaliciones muchas veces se da la situación de que los miembros de sus increpan una determinada conducta por parte de alguna persona ajena a su grupo y, en el caso de que un miembro de su grupo actuara de forma similar, llegarían a perdonar sus actos e incluso a justificar su comportamiento.
Ahora bien, los instintos coalicionales no generan conflictos en todos los casos, sino que suelen ocasionarse cuando se forman grupos en base a una serie de ideas extremistas y los miembros del grupo mantienen una postura cerrada e inflexible., sin abrir las puertas al debate.
Quitando estos casos extremos, por lo general han ayudado al ser humano a formar grupos, uniendo las fuerzas de todos y cada uno de los miembros de diferentes grupos, de manera que se han conseguido grandes logros que una sola persona no habría sido capaz de conseguir, como comentamos al principio.
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Los instintos coalicionales en el lugar de trabajo
Los instintos coalicionales, al igual que permitieron al ser humano juntar sus fuerzas como miembros de un grupo para salir adelante y sobrevivir en situaciones complicadas, en la actualidad también pueden resultar positivos para un mejor desarrollo en el lugar de trabajo.
Las coaliciones se desarrollan cuando distintas personas se unen para una causa común y, en el caso de un lugar de trabajo, sería cumplir los objetivos de la empresa para la que trabajan, aportando cada miembro su granito de arena con las tareas que debe realizar, de manera que cuando todos cumplen sus funciones, dichos objetivos suelen ser alcanzados.
Hay líderes de empresas que se interesan por fomentar la creación de esas coaliciones dentro del lugar de trabajo porque pueden ser una gran herramienta para crear una buena atmósfera en el lugar de trabajo que ayude a que sus empleados se coordinen y trabajen de una forma más eficiente, ayudándose unos a otros. Con una buena cohesión y un buen rendimiento en el lugar de trabajo, los trabajadores tienen más probabilidades de conseguir recompensas extrínsecas (beneficios económicos) e intrínsecas (estar satisfechos con su trabajo).
Para ello, puede ser útil que los líderes fomenten en sus empleados la búsqueda de un significado común acerca de la empresa, de manera que todos tengan el mismo sentido de pertenencia y se intensifique la conexión entre ellos y con la empresa, que podría ser visto como la identidad de la empresa.
Estas situaciones también pueden darse en otros contextos que faciliten el desarrollo de coaliciones, como por ejemplo, entre los alumnos de una facultad universitaria, los deportistas de un mismo equipo, etc.