¿Por qué miles de personas prefieren las opiniones más políticamente sesgadas?

A veces, el sectarissmo político no solo es visto con malos ojos, sino que es favorecido.

Por qué miles de personas prefieren las opiniones más políticamente sesgadas

En un mundo cada vez más polarizado, las opiniones políticamente sesgadas han ganado terreno, influyendo en la forma en que las personas perciben la realidad y confían en la información. No es casualidad que miles de personas prefieran consumir noticias y discursos que refuercen sus propias creencias en lugar de buscar perspectivas neutrales o contrarias. La psicología y comunicación política han identificado varios factores que lo explican, desde la necesidad de pertenencia a un grupo hasta el impacto de los algoritmos.

Un reciente estudio ha revelado que las personas consideran más confiables a los hablantes que utilizan un lenguaje alineado con su ideología política. Esta tendencia no solo refuerza la división entre grupos, sino que también contribuye a la radicalización de opiniones. En un contexto en el que la información fluye de manera constante y está cada vez más segmentada, la percepción de lo que es cierto o confiable depende, en gran medida, de los términos utilizados para describir los hechos.

Veamos por qué muchas personas prefieren opiniones políticamente sesgadas, cómo esto afecta su percepción de la realidad y qué consecuencias tiene para la sociedad en su conjunto. Además, se analizarán posibles estrategias para fomentar un pensamiento más crítico y menos influenciado por los sesgos ideológicos.

El poder del lenguaje en la política

El lenguaje no solo describe la realidad, sino que también la moldea. En política, las palabras utilizadas para referirse a un evento pueden alterar significativamente la percepción del público. No es lo mismo hablar de “manifestantes” que de “vándalos”, o de “reformas” en lugar de “recortes”. Estos matices lingüísticos pueden reforzar o desafiar la ideología de quien escucha, inclinando la opinión pública en una dirección determinada.

Los medios de comunicación y los líderes políticos emplean términos específicos para influir en la audiencia. Por ejemplo, en EEUU, los republicanos pueden referirse a políticas fiscales como “reducción de impuestos para los trabajadores”, mientras que los demócratas pueden llamarlas “beneficios para los más ricos”. Aunque ambas descripciones se refieren a la misma política, evocan reacciones emocionales diferentes y consolidan sesgos preexistentes en la audiencia.

Este fenómeno no solo ocurre en los discursos políticos, sino también en la prensa. Estudio han demostrado que los medios con inclinaciones ideológicas ajustan su terminología según la postura política de su audiencia. Un mismo hecho puede ser descrito de manera positiva o negativa dependiendo del medio que lo cubra, lo que refuerza la tendencia de los consumidores a buscar información que confirme sus creencias.

El uso estratégico del lenguaje es una herramienta poderosa en la política moderna. No solo influye en cómo las personas interpretan la realidad, sino que también fortalece la confianza en fuentes que usan términos alineados con su visión del mundo.

La confianza en las voces afines y la desconfianza en el adversario

Uno de los hallazgos más reveladores de la investigación sobre el lenguaje político es que las personas tienden a confiar más en quienes usan términos alineados con sus propias creencias. Es decir, cuando un político o medio de comunicación emplea un lenguaje que refuerza la ideología del oyente, este percibe la información como más confiable y al emisor como más honesto y competente.

Este fenómeno tiene una base psicológica clara: el sesgo de confirmación. Las personas buscan y acepta información que reafirme sus creencias mientras descartan o desconfían de aquella que las contradice. Así, cuando una fuente de información describe un evento político utilizando términos que encajan con la visión del receptor, este la percibe como más objetiva y veraz, aunque su lenguaje sea marcadamente sesgado.

Por otro lado, ocurre el efecto contrario con las voces del “bando opuesto”. Si un medio o un político emplea términos asociados con la ideología contraria, los receptores tienden a considerarlos menos creíbles, más manipuladores y con intenciones ocultas. Incluso si la información presentada es completamente verídica, la forma en que se enmarca puede determinar la percepción de la audiencia.

Este patrón fomenta la polarización, ya que refuerza la idea de que solo “nuestro lado” dice la verdad y que cualquier información proveniente del otro grupo es sospechosa o engañosa. Con el tiempo, esta dinámica crea un ciclo en el que los individuos se encierran en burbujas ideológicas, consumiendo únicamente contenidos que refuercen sus opiniones y desconfiando de cualquier otra perspectiva.

El impacto de la información sesgada en la percepción de la realidad

El uso de un lenguaje políticamente cargado no solo influye en la confianza hacia quien lo emplea, sino que también moldea la forma en que las personas interpretan la realidad. Cuando un evento se describe con términos que refuerzan una ideología específica, los receptores no solo perciben al emisor como más confiable, sino que también adoptan una visión más extrema del acontecimiento en cuestión.

Por ejemplo, en la investigación analizada, los participantes que leían descripciones de eventos con términos alineados a su ideología tendían a reforzar su postura, mientras que aquellos expuestos a un lenguaje del “bando contrario” mostraban mayor rechazo y desconfianza. Este efecto era especialmente fuerte cuando los participantes no tenían acceso a información adicional más objetiva. En otras palabras, cuando menos contexto poseían sobre un evento, más influenciados se veían por la carga ideológica de las palabras utilizadas.

Este fenómeno contribuye al endurecimiento de posturas y a la radicalización ideológica. Si las personas consumen constantemente información enmarcada dentro de una narrativa partidista, sus opiniones se vuelven cada vez más rígidas y persistentes al debate. A su vez, esto alimenta la fragmentación social, ya que los ciudadanos dejan de compartir un terreno común de entendimiento y pasan a vivir en realidades paralelas, donde los mismos hechos pueden ser interpretados de maneras opuestas.

En un mundo en el que el acceso a la información se ve cada vez más mediado por algoritmos y medios de comunicación con intereses puramente particulares, comprender cómo el lenguaje político influye en la percepción de la realidad es crucial para combatir la polarización y fomentar un pensamiento crítico basado en hechos, y no solo en afinidades ideológicas.

El ciclo de la polarización: sesgo, confianza y radicalización

El fenómeno de preferir información políticamente sesgada no ocurre en un vacío. Se trata de un proceso cíclico en el que la confianza en fuentes alineadas con nuestra ideología refuerza el consumo de contenido parcial, lo que a su vez fortalece creencias preexistentes y fomenta una visión más extrema del mundo. Este ciclo perpetúa la polarización y hace que las personas sean menos receptivas a perspectivas diferentes.

Uno de los principales motores de este proceso es la forma en que los seres humanos buscan y procesan información. La tendencia a favorecer opiniones que confirman nuestras creencias se conoce como sesgo de confirmación, un mecanismo cognitivo que nos lleva a rechazar información que desafía nuestras ideas y a aceptar sin cuestionar aquella que las refuerza. Esto significa que, cuando una persona encuentra un medio o figura política que utiliza el lenguaje adecuado para su ideología, la percibe como más fiable y aumenta su consumo de ese tipo de contenido.

A esto se suma el papel de los algoritmos en las redes sociales y plataformas digitales, que están diseñados para maximizar la retención de la audiencia. Estas herramientas identifican las preferencias del usuario y le muestran contenido que coincide con sus inclinaciones ideológicas, creando burbujas de información en el que las personas quedan expuestas únicamente a narrativas que refuerzan sus posturas.

El resultado de este ciclo es una sociedad cada vez más dividida, en la que los ciudadanos no solo desconfían de quienes piensan diferente, sino que incluso pueden llegar a percibirlos como amenazas. Romper este patrón requiere fomentar el pensamiento crítico, promover el acceso a información objetiva y crear espacios en el que el debate pueda darse sin caer en la descalificación ni en la manipulación lingüística.

Newsletter PyM

La pasión por la psicología también en tu email

Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos

Suscribiéndote aceptas la política de privacidad

  • Alexander C. Walker, Jonathan A. Fugelsang, Derek J. Koehler, (2025). Partisan language in a polarized world: In-group language provides reputational benefits to speakers while polarizing audiences, Cognition, Vol. 254.

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Javi Soriano. (2025, febrero 10). ¿Por qué miles de personas prefieren las opiniones más políticamente sesgadas?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/por-que-miles-de-personas-prefieren-las-opiniones-mas-politicamente-sesgadas

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese

Consulta a nuestros especialistas