La depresión es, quizás, la psicopatología más reconocida y con mayores índices de prevalencia, junto a otras como los trastornos relacionados con la ansiedad.
Se estima que, solo en el Reino de España, un 25% de la población padece algún trastorno depresivo, y una quinta parte de estas personas sufren un trastorno grave.
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Descubriendo los efectos curiosos de la depresión
No obstante, más allá de la falta de esperanza, la tristeza, la falta de energía y la astenia, las consecuencias de la depresión se desarrollan también en otros ámbitos causando cambios realmente curiosos en nuestra personalidad y en nuestra cognición.
1. La depresión comprime el tamaño del cerebro
Una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Yale detectó que la depresión puede generar una reducción del volumen cerebral, porque las neuronas de algunas regiones son de un tamaño más pequeño y pierden densidad. En consecuencia, las conexiones neuronales se ven alteradas. Para llegar a esta conclusión, se estudió el tejido del cerebro de personas con y sin depresión, de forma comparativa.
Parece ser que este efecto es debido al GATA1, proteína que contribuye a la regulación de la transcripción del material genético y que se activa en el cerebro de las personas afectadas por un cuadro depresivo.
El GATA1 inhibe la expresión de algunos de los genotipos que participan en la construcción de conexiones sinápticas, afectando a las dimensiones y a la complejidad de las dendritas, agentes básicos para que se produzca la sinapsis. Esta pérdida de volumen no solo causa alteraciones en la afectividad y la capacidad cognitiva del sujeto, sino que causa también una merma en la masa de la corteza prefrontal, cuya función consiste en facilitar la toma de decisiones, el control sobre los impulsos y la gestión emocional.
2. La depresión ofusca los recuerdos
Un estudio realizado en la Universidad Brigham Young reveló que los trastornos depresivos causan el efecto de difuminar los recuerdos. Desde años a esta parte, la depresión se ha relacionado con una memoria defectuosa, pero se desconocía el mecanismo que causaba este fenómeno.
El estudio reclutó a sujetos diagnosticados con cuadros depresivos, y otros sin cuadros psicopatológicos. Los sujetos eran expuestos a una serie de objetos que iban apareciendo en una pantalla. Más tarde, se les presentaba los mismos objetos, y debían indicar si los habían visto anteriormente, si algún objeto se asemejaba a alguno visto antes, o si era un objeto nuevo sin relación con los vistos anteriormente.
Tras estudiar los resultados, los estudiosos advirtieron que los sujetos con depresión tenían una mayor tendencia a confundir algunos objetos, señalándolos como parecidos a otros que habían aparecido antes. Esto sugiere que la depresión no causa amnesia sino una merma en la precisión de los detalles. Se podría decir que las personas con depresión tienen una memoria menos hábil, borrosa, y por eso no pueden recordar algunos detalles.
3. La depresión agudiza la percepción del tiempo
A pesar de que la depresión siempre es percibida como algo puramente negativo, este tercer punto nos señala una pequeña ventaja psicofisiológica. Una investigación realizada en la Universidad de Hertfordshire detectó que las personas deprimidas gozan de una percepción temporal más precisa que las personas no deprimidas.
La investigación reclutó a sujetos con depresión moderada, y otras sin diagnóstico de trastorno. Ambos grupos debían escuchar cinco tonos cuya duración oscilaba entre los 5 y los 60 segundos, y justo después se les encomendaba que recordaran una cifra (se trataba de una tarea disruptora), y seguidamente se les pedía que emitiesen una aproximación lo más concreta posible de la duración de cada tonada.
Fue sorprendente ver que, casi sin excepción, las personas sin depresión estimaban el tiempo de los tonos superando el tiempo real, mientras que, por contra, las personas con depresión atinaba mucho mejor el tiempo.
La razón de esto podría hallarse en un concepto polémico, llamado "realismo depresivo". El realismo depresivo sostiene que las personas con depresión no se ven afectadas por las expectativas positivas y optimistas que sí alteran la percepción de la realidad en las personas que no sufren de depresión.