¿Cómo saber si somos adictos al móvil?

Señales de alerta que nos permiten detectar un problema de dependencia hacia nuestro smartphone.

Cómo saber si somos adictos al móvil

La adicción al móvil es una realidad más común de lo que pensamos; hemos normalizado tanto el uso de este dispositivo electrónico que puede que no seamos conscientes que empezamos a depender de él y nos pasamos buena parte del día "pegados" a la pantalla sin necesitarlo realmente.

Las estadísticas nos indican que cada año el promedio de horas dedicadas al teléfono móvil aumenta y hay más porcentaje de población adicta a él. Es por este motivo que será necesario que vigilemos y controlemos el uso que hacemos del smartphone, ya que los síntomas que puede generar son similares a los que crean cualquier otra adicción como la dependencia, la tolerancia o la abstinencia, generando un malestar y una pérdida de funcionalidad en el sujeto.

De esta forma, hay algunas sensaciones o conductas que nos pueden señalar que nuestro uso del móvil es o está empezando a volverse preocupante. En caso de sentir que ya no lo podemos controlar es recomendable pedir ayuda profesional; no tenemos que restarle importancia a esta clase de problemas, porque puede ser igual de grave que otros trastornos.

En este artículo encontrarás las pautas e ideas clave sobre cómo saber si eres una persona adicta a su teléfono móvil.

¿Qué entendemos por adicción al móvil?

La adicción al móvil es una dependencia desmesurada del uso del teléfono móvil, creando de este modo una dinámica de comportamiento que genera un gran malestar si no podemos usar este dispositivo electrónico durante algunas horas. Como sucede en la adicción por consumo de sustancias, en este fenómeno psicológico aparecerán experiencias como la tolerancia, que consiste, en este caso, en la necesidad de utilizar el móvil cada vez durante más tiempo; abstinencia, en la que después de haber utilizado de manera repetida el móvil, si no puede acceder a él aparecen síntomas adversos y malestar; y dependencia que, consiste en la necesidad de seguir utilizando el móvil.

Solapándose con todos esos fenómenos psicológicos es común que aparezca la nomofobia, que consiste en el miedo a perderse eventos importantes que pueden estar sucediendo en el "mudo digital" al cual tenemos acceso a través del smartphone.

Algunas estadísticas

En España, en el 2020 la media de horas diarias que la población dedica a utilizar el móvil fue de 4 horas, registrándose así un incremento de una hora con respecto a hace dos años. Del mismo modo, un 22% de la población reconoce utilizar el móvil durante más de 5 horas diarias, y un 20,8% afirma no poder estar sin mirar el teléfono durante 1 hora.

La prevalencia en el 2020 nos indicó que en la población general española, aproximadamente un 25% de los sujetos de entre 18 y 65 años se consideran adictos al móvil, observándose que esta cifra casi se dobla si solo tenemos en cuenta la población entre 18 y 24 años, con un 44% y una media de 6 horas y 43 minutos de uso diario.

Dados los porcentajes observados y la tendencia creciente que se percibe, son preocupantes las consecuencias negativas que se pueden dar, ya que esta dinámica de comportamiento no permite que el sujeto desconecte mentalmente. Además, se ve también afectada también una de las características más destacables del ser humano: la socialización. La mitad de la población expresa que tiene más contacto con sus amigos mediante su smartphone que cara a cara.

Dependencia hacia el smartphone

Cómo saber si has desarrollado una adicción al teléfono móvil?

Sabemos que el móvil nos da facilidades y tiene funciones positivas, pero un mal uso o un uso excesivo puede repercutir negatiamente en nuestra salud mental. Si casi nunca desconectamos de las tecnologías, perdemos la oportunidad de relacionarnos en persona con nuestras amistades, y termina por producirse una gran dependencia y malestar cuando no podemos utilizar el teléfono. Tenemos la sensación de no poder vivir sin él.

A continuación veremos algunos signos y conductas que te pueden servir como alertas para darte cuenta de que tu uso del móvil está siendo excesivo y puede que tengas o derive en breves en una adicción.

1. Sientes una pérdida de control del uso del móvil

Las personas con adicción al teléfono móvil sienten una necesidad irremediable de utilizarlo. Notan que pierden el control y no pueden evitar hacer uso de él. Así pues vemos que la necesidad tiene relación con la dependencia, el sujeto siente que necesita hacer uso del móvil y no lo puede evitar.

En este caso nos damos cuenta de que no podemos controlar la conducta de utilizar el móvil, sentimos casi que pasa a ser él quien nos controla a nosotros, cómo estamos, qué cosas dejamos de hacer...

2. Haces un uso excesivo del smartphone

Como ya vimos, la media de horas diarias de utilización del móvil es elevada. Una manera que nos puede ayudar a identificar si realmente estamos haciendo un uso excesivo es valorar si por este motivo nos estamos perdiendo o dejamos de hacer planes con otras personas o no acudimos a eventos importantes, o si lo hacemos no podemos evitar estar la mayor parte del tiempo con el móvil en la mano. Es decir, nos damos cuenta de que hay una pérdida de compromiso y responsabilidad con nuestro círculo social.

3. Siempre estás pendiente del móvil

Nos damos cuenta de que siempre tenemos parte de la atención puesta en el móvil; si no lo estamos mirando, estamos pendientes de si suena o vibra, así que continuamente estamos revisando si nos han hablado o si hay alguna novedad en las redes sociales.

4. Tienes el móvil siempre cerca

En este caso el móvil se convierte en una prolongación nuestra, como una parte más de nuestro cuerpo; donde vamos nosotros va el dispositivo, y no se puede dar una situación en la que no tengamos el móvil cerca y a nuestro alcance. Una conducta típica es necesitar tener el móvil al lado, incluso cuando estamos comiendo.

5. Es lo primero y lo último que miras cuando te despiertas y cuando te vas a dormir

Para muchos ya es una rutina consultar el móvil antes de levantarse y justo antes de irse a dormir. Dejando a un lado que esta rutina nocturna no es la más recomendada, puede que nos esté señalando que presentamos una conducta algo problemática con el uso del móvil.

Cabe apuntar también que en un estudio hecho en España se obseró que un 9% de la población se despierta de noche para mirar el teléfono móvil, siendo esta también una conducta preocupante que nos indica que puede haber una adicción.

6. Tu uso del dispositivo ha aumentado (y no por trabajo u otras responsabilidades)

Sabemos que actualmente utilizamos más frecuentemente el móvil durante el día y que le dedicamos más horas; es decir, el tiempo de uso anterior ya no es suficiente y necesitamos aumentarlo.

7. Sensación de malestar, irritabilidad, frustración o tensión cuando no podemos utilizarlo

Es habitual que cuando se nos hace imposible utilizar el móvil porque por ejemplo nos hemos quedado sin batería, nuestro estado de ánimo empeore y nos mostremos malhumorados y con ansiedad por no poder hacer uso de él. En este caso vemos que los síntomas que aparecen se vinculan típicamente con los presentados durante la abstinencia cuando dejamos de consumir lo que nos causa adicción.

8. Tienes la sensación de que suena o vibra cuando realmente no lo hace

Con este signo no nos referimos a una alucinación auditiva, sino que se vincula más con el grado de tensión y atención centrado en el móvil. Es decir, que al pensar de forma continuada en el móvil, estando pendientes de este, cualquier sonido o sensación de vibración es interpretada como algo relacionado con nuestro smartphone.

9. Lo utilizas incluso cuando no deberías hacerlo

Te arriesgas a mirarlo en situaciones en las que no se permite, cuando no deberías hacerlo, y te pueden llamar la atención o pueden darse otras consecuencias negativas. Ejemplo de esta conducta sería utilizar el smartphone cuando estamos trabajando o atendiendo a clases en el centro educativo como puede ser la escuela o la Universidad.

10. Surge un miedo irracional a no poder utilizarlo

La adicción al móvil también se vincula muchas veces a la presencia de ansiedad ante la experiencia de no poder hacer uso de este dispositivo. De este modo, por ejemplo, tenemos un miedo excesivo a quedarnos sin batería o a dejarnos el móvil en casa, así que será habitual que llevemos un cargador encima o que si nos dejamos el móvil en casa, aunque nuestra salida dure poco, volvamos a buscarlo.

11. Cuando intentas disminuir el uso vuelves a caer

Otra conducta que también aparece de forma habitual en adicciones son los intentos de dejar el hábito asociado a la dependencia sin tener éxito en ello; por este motivo, si tenemos adicción al teléfono móvil, seguramente suframos "recaídas" con frecuencia.

¿Cómo se trata en terapia?

Como cualquier conducta adictiva, la adicción al móvil puede ser tratada con psicoterapia. Yendo al psicólogo se trabajará para que el sujeto aumente la seguridad en sí mismo, se entrenan habilidades sociales y de autocontrol de las cuales el sujeto puede tener carencias, y se ayudará a encontrar otras actividades que le gusten y sean física y psicológicamente sanas. Además, en el caso de que exista nomofobia, se utilizarán técnicas para la reducción de la angustia, para conseguir que el uso del móvil disminuya y sea controlado.

  • Sánchez, X., Beranuy, M., Castellana, M., Chamarro, A. y Oberst, U. (2008) La adicción a internet y al móvil: ¿moda o trastorno? Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías, Palma de Mallorca, España.
  • Vicente, J.L., Saura, P., López, C., Martínez, A. y Alcántara, M. (2019) Adicción al móvil e internet en adolescentes y su relación con problemas psicopatológicos y variables protectoras. Universidad de Murcia.
  • Malmierca, D. (2018) Aprender a vivir con el móvil. Pasos para evitar la adicción al teléfono móvil. Comunidad de Madrid.

Psicóloga

Erin Sánchez es graduada en Psicología con mención en Psicología Clínica infantil y de adultos por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente estudia para las oposiciones de Psicólogo Interno Residente (PIR) y es voluntaria en AVAN, asociación que acoge a personas con afectaciones neurológicas, con sede en Sabadell (Barcelona).

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