Existe mucha controversia acerca del uso del cannabis. Mientras que algunas personas consideran que es una sustancia natural y, por ello, es seguro consumirlo, q hay otras personas que no están de acuerdo en absoluto. Estas diferencias se extrapolan a niveles más amplios y vemos que en algunos países se ha legalizado su consumo mientras que en otro está prohibido y se persigue.
En los países en los que es legal consumir cannabis suele darse un consumo recreativo y/o incluso medicinal para ayudar a mitigar malestar físico o mejorar el sueño. Esto puede haber contribuido a que cada vez más personas consideren que por ser “natural” no conlleva riesgos. Sin embargo, esto no es cierto, especialmente si hablamos del embarazo.
Un estudio publicado recientemente ha revelado que el consumo de cannabis durante el embarazo no solo puede interferir en el desarrollo físico del bebé sino que también puede dejar huellas en el cerebro del bebé que perduran en el tiempo. A lo largo de este artículo lo explicamos en profundidad.
El consumo de cannabis en el embarazo
Aunque para algunas personas pueda resultar sorprendente, la verdad es que el consumo de cannabis durante el embarazo no es algo que se produzca de forma aislada. De hecho, los autores del estudio señalan aumentos escandalosos en los últimos años en Estados Unidos debido a que las leyes, en algunos lugares, son cada vez más permisivas.
No obstante, el hecho de que algunos países aboguen por la legalización del consumo de cannabis no implica que sea seguro durante el embarazo —de igual forma que sucede con otras sustancias legales y nocivas para nuestro organismo como el tabaco o el alcohol—.
En este sentido, tampoco podemos confundir los términos natural y seguro porque son muchas las sustancias que podemos encontrar en la naturaleza, que no han sido procesadas ni manipuladas, y que suponen un alto riesgo para nuestra vida —pudiendo causar incluso la muerte de forma inmediata—.
Es importante recordar que el THC —el principal compuesto psicoactivo del cannabis— atraviesa la placenta y llega al feto. Tal y como veremos a continuación, esto puede afectar tanto al desarrollo físico como al desarrollo cerebral de la criatura incluso a medio y largo plazo.
Los últimos hallazgos científicos
Recientemente ha sido publicado un artículo en Biological Psychiatry sobre la relación que tiene el consumo de cannabis durante el embarazo con los episodios psicóticos en la adolescencia. Para ello, se analizaron datos longitudinales del ABCD Study (Adolescent Brain and Cognitive Development) que es uno de los proyectos de investigación sobre desarrollo cerebral infantil más grandes en Estados Unidos.
La muestra incluyó a 11.386 participantes al inicio, con una media de edad alrededor de los 10 años. Hubo tres puntos temporales de medición a lo largo del estudio: la inicial, una de seguimiento a los 2 años y otra de seguimiento a los 4 años. Del total de participantes, fueron 652 los que habían estado expuestos al cannabis durante el embarazo.
A día de hoy disponemos de bastante evidencia científica que demuestra los múltiples riesgos que supone el consumo de cannabis durante el embarazo (menor peso al nacer, alteraciones del desarrollo neurológico, así como más dificultades cognitivas y conductuales en la infancia). Sin embargo, el equipo de científicos quería explorar la posible relación de este consumo con los episodios de psicosis en la adolescencia.
Al comparar los resultados de los niños que habían sido expuestos a la sustancia con aquellos en los que no había habido exposición observaron que los del primer grupo tenían mayor probabilidad de tener experiencias psicóticas sublimas en la adolescencia.
Esto podría deberse a una alteración en la “programación” del feto durante la gestación que tiene como consecuencia una menor sensibilidad a las recompensas. Esta tendencia se explicaría mediante la disminución de la actividad neuronal observada en el cuerpo estriado y la corteza prefrontal ventromedial —áreas cerebrales que se activan cuando anticipamos una recompensa—.
¿Qué son las experiencias psicóticas en la adolescencia?
Generalmente, el término psicosis se relaciona con trastornos psicóticos como la esquizofrenia, por ejemplo. Sin embargo, hay ocasiones en las que algunas personas presentan síntomas que se asemejan a la psicosis, aunque no cumplen los criterios diagnósticos de un trastorno.
Los síntomas que más destacan cuando se producen estas experiencias suelen ser:
- Escuchar voces que otros no escuchan.
- Tener pensamientos o creencias inusuales o muy extrañas.
- Tener pensamientos paranoides.
- Sentirse desconectado del propio cuerpo y/o de la realidad.
Aunque pueden sonar alarmantes, estos síntomas son relativamente comunes en la adolescencia y muchos jóvenes expresan haber vivido al menos una de ellas durante esta etapa vital. Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de ocasiones no se convierten en un trastorno puesto que suelen ser temporales.
No obstante, hay otros casos en los que sí se producen de forma frecuente y/o angustiante. Cuando esto sucede, se relaciona con una mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental posteriormente, destacando trastornos como la esquizofrenia, la depresión y la ansiedad.
Los resultados del estudio mostraron que los niños que habían sido expuestos al cannabis en el útero eran más propensos a reportar este tipo de experiencias psicóticas. Además, se observó también que a mayor gravedad de dichas experiencias psicóticas, menor activación del cuerpo estriado en la anticipación de la recompensa y este efecto fue significativamente mayor en los niños con exposición prenatal al cannabis.
¿Qué implicaciones tienen estos resultados a nivel social?
Es importante tener en cuenta que no todos los adolescentes que fueron expuestos al cannabis durante el embarazo y que han vivido experiencias psicóticas van a desarrollar un trastorno mental puesto que hay más factores que intervienen. Sin embargo, no se puede obviar el hecho de que sí hay una mayor vulnerabilidad.
Si entendemos este tipo de experiencias como señales de alerta, podremos intervenir desde la prevención con el objetivo de reducir el riesgo de que acaben desarrollando un trastorno mental grave.
Además, estos resultados también ponen de manifiesto la imperiosa necesidad de concienciar a la población sobre los posibles riesgos del consumo de cannabis, especialmente durante el embarazo, haciendo especial énfasis en aquellas poblaciones en las que el consumo de esta sustancia sea legal.


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