Migrar es una de las experiencias humanas más complejas que podemos vivir hoy día. A la vez que nos ofrece oportunidades, aprendizajes y un gran desarrollo personal, migrar supone un cambio de contexto tan profundo que suele provocar dificultades de adaptación, inseguridad, confusión, incluso una sensación de vacío o no de no saber qué decisión tomar.
El ser humano es un animal social y necesitamos un contexto para sentir seguridad. Cuando ese contexto cambia, por más que nos ofrezca oportunidades, siempre nos hace sentir vulnerables en un sentido psicológico y emocional.
A su vez, la migración es una experiencia cada vez más común para personas de España en otros países de Europa o en Latinoamérica. En esas experiencias fluyen problemas que parecían superados en todos los contextos: trabajo, vida social, incluso de pareja. Estas dificultades no son un resultado de migrar, sino que migrar es una experiencia difícil que nos pone difícil gestionar todo lo que sentimos.
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El reto de la migración
En este artículo vamos a profundizar en cuáles son las claves psicológicas más importantes para entender qué ocurre durante el proceso migratorio y sobre todo cómo puedes resolver esas dificultades con tu propio cambio personal (y de esta forma no tener el "volver" solo como única opción).
Para que sepas quién te escribe: mi nombre es Rubén Camacho, y en los últimos 11 años he acompañado como psicólogo y coach a personas en sus procesos de cambio personal, bien sea por problemas de confianza, autoestima, emocionales, de pareja, rupturas, u orientados en el área laboral (toma de decisiones, productividad, relaciones laborales, etc.). En este tiempo he acompañado a muchas personas que migraban y tenían estas dificultades, no solo personas de España en el extranjero, sino de otras nacionalidades y en destinos muy diferentes (Japón, Australia, etc.).
Sin embargo, la mayor experiencia que puedo brindarte en este artículo no es por parte de una serie de conocimientos académicos (que cualquier persona pudiera asimilar) sino por mi propia experiencia como migrante. En estos 11 años he migrado y vivido en 2 países (Ecuador y Argentina) y viajado por otros tantos. He sentido las dificultades y los beneficios de la migración. Por esta razón quiero volcar esa experiencia desde la psicología para que tu experiencia sea más positiva y, sobre todo, para que suponga para ti una solución a lo que te ocurre y un aprendizaje para toda tu vida.
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Las dificultades de adaptarte a otra realidad
Hasta no hace demasiado tiempo, migrar era una experiencia excepcional. No solo implica estar en otro contexto, cultura, a veces idioma, etc., sino que ese cambio se hace permanente. Es un proceso adaptativo que requiere un cambio psicológico, ya que primero nos adecuamos a esa nueva realidad, luego fluyen los problemas fruto de esa adaptación, y finalmente realizamos un proceso de aculturación (que no significa que pierdes tu cultura, sino que asimilas la nueva cultura).
Hoy día migramos mucho más. Vivimos en una era globalizada donde en muchas ocasiones encontramos las mejores oportunidades laborales en otros contextos, o quizá sean situaciones personales o sentimentales las que te llevan a realizar ese cambio. Lo importante es que en ese proceso de cambio tan drástico surgen emociones desagradables fruto de la incertidumbre, como la inseguridad, el miedo, la duda o la confusión.
Estas dificultades pueden surgir en cualquier momento de tu vida. Sin embargo, tenemos la capacidad para cambiar el contexto, refugiarnos con vínculos afectivos profundos (sobre todo los amistosos o familiares). En el extranjero sentimos una especie de aislamiento que nos genera aún más incertidumbre e inseguridad y condiciona nuestras decisiones, como si nos hiciéramos más pequeños. Vamos a ver estas dificultades una a una para profundizar en ellas.
1. Confusión (no saber qué hacer o decidir)
Cuando sentimos confusión y tienes dificultades a la hora de tomar decisiones es una consecuencia del miedo. Ante la incertidumbre que sentimos al salir fuera de nuestro contexto y al enfrentarnos a dificultades que pueden condicionar tu futuro, el miedo aparece tratando de protegerte. Una herramienta práctica del miedo es crearnos dudas. Vemos los contras de cada posible decisión y finalmente quedamos paralizados.
A medida que los días pasan, la confusión nos genera una sensación de vacío o pérdida de sentido que con el tiempo puede recrudecer la experiencia migratoria. Sin embargo, el problema no es el miedo, sino la forma en la que entendemos y gestionamos ese miedo.
En una situación de incertidumbre, donde sientes que cuentas con menos recursos (emocionales, sociales, culturales, etc.) tiene sentido que tus miedos sean más limitantes. A su vez, es una oportunidad para aprender a entender y a gestionar lo que sientes.
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2. Inseguridad y bloqueo
La inseguridad es el miedo aplicado a tu idea sobre tus propias capacidades. La inseguridad te lleva a pensar: ¿y si tomo esta decisión y no resulta bien? ¿Y si comunico mis límites pero me rechazan o decepcionan? ¿Y si no sé afrontar este reto y mis capacidades quedan en entredicho?
Ante la inseguridad, nos paralizamos. Pero la inseguridad es también una emoción positiva, ya que te ayuda a ser prudente y a tomar decisiones más conscientes y reflexivas. Sin embargo, en la experiencia migratoria puede transformarse en una inseguridad más intensa y limitante.
3. Ansiedad y angustia (cuando el problema continúa)
A medida que el problema continúa, el miedo, la inseguridad y la confusión pueden generar ansiedad y angustia. La ansiedad es un miedo que se ha generalizado, y a su vez, genera una forma de respirar superficial y rápida que te hace sentir esa típica molestia en el pecho. El problema puede estar relacionado con tu pareja, relación laboral o social, pero siempre nace de tu forma de entender y gestionar lo que sientes.
Todas estas dificultades, que se agravan en el proceso migratorio, pueden ocasionar cada vez más malestar, pero no podemos cambiar esa realidad ni contexto (ni realmente son el problema) sino que la adaptación es un proceso muy drástico que tenemos que aprender a gestionar.
Lo importante y más valioso de esta situación es que es un aprendizaje que te sirve para toda tu vida y en todos los contextos. En cada ocasión donde he acompañado a una persona que tenía dificultades en su proceso migratorio o con otras dificultades que vivía al ser migrante, el aprendizaje y su beneficio ha redundado con el paso de los años y en otros contextos y experiencias. Vamos a ver cuáles son las claves para gestionar esta experiencia y que sea totalmente positiva para ti.
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Claves para gestionar la experiencia migratoria
Cuando sentimos ansiedad en esa experiencia migratoria tendemos a la huida. Sentimos que si cambiamos de nuevo el contexto, el problema se solucionará. Hacer esto implica que consideras que el problema está en el contexto, y es una idea peligrosa, por la sencilla razón de que puede hacer que futuros contextos condicionen demasiado tu bienestar.
La clave no está en la huida sino en aprender a estar bien en otro contexto diferente. Tu capacidad de adaptación crecerá y podrás sentir más seguridad, tomar decisiones más conscientes y vincularte de forma más profunda con las personas y el entorno. Para conseguir este cambio debemos solucionar de raíz las dificultades internas que transforman la experiencia migratoria en más desagradable.
En primer lugar es imprescindible aprender a entender y a gestionar lo que sientes. Los seres humanos somos seres emocionales y te condicionan para cada acción, decisión, interpretación, relación o forma de comunicarte o trabajar. Aprender a entender lo que sientes te lleva a reconocer tus emociones, a descubrir qué interpretas para sentirlas, cómo las gestionas (mediante tus propios comportamientos), de tal forma que son más intensas, duraderas y frecuentes, y finalmente aprender a gestionarlas de forma funcional para que, en lugar de tanto miedo e inseguridad, generes más aceptación y confianza, lo que te llevará a vivir de forma más resolutiva.
La segunda clave es trabajar con tu propio autoconcepto. En el extranjero estás lejos de lo que conoces y hasta tu identidad personal se ve en juego. Esta experiencia puede ayudarte a conocerte, a descubrir qué crees de ti, cómo te ves y valoras. Nuestra identidad y autoconcepto en realidad es una idea dinámica y cambia durante toda nuestra vida. Estar consciente de lo que crees sobre ti y ponerlo en juego te dará bienestar y seguridad.
Es también imprescindible contar con un plan de acción concreto, medible y observable para hacer realidad el cambio que necesitas. Tener buenas intenciones, deseos, o sencillamente reflexionar sobre lo que te ocurre puede ser positivo, pero si no pasamos a la acción de forma concreta nada cambiará. Pasar a la acción quiere decir que cuentas con una serie de acciones diferentes que te ayudan a gestionar tu estado de ánimo y gestionar lo que sientes de forma más funcional. Un plan de acción te da compromiso, enfoque, y te lleva hacia el cambio que necesitas.
Y finalmente: contar con compañía experta, que no te guíe ni te oriente, sino que te acompañe de forma limpia, para que puedas reflejarte, descubrir lo que sientes e interpretas y aplicar así los cambios necesarios en ti.
Una experiencia transformadora
Aunque migrar sea una experiencia difícil y con el tiempo las dificultades parezcan crecer, a su vez es una oportunidad única para conocerte, descubrir cómo entiendes y gestionas lo que sientes y cómo interpretas las situaciones, y sobre todo, para iniciar cambios en ti que te ayuden a vivir con más bienestar, aceptación, confianza y seguridad con tus decisiones. Se trata de estar bien, allá donde estés, de tal forma que tu bienestar dependa principalmente de ti y que ese cambio sea estable.
La experiencia migratoria es un contexto que te ayuda a vivir ese proceso. El problema no está en estar "fuera" (en realidad, siempre estás contigo) o lejos de las personas que te importan (el ser humano puede construir vínculos afectivos importantes durante toda su vida) sino que la dificultad de ese cambio de contexto te expone a situaciones difíciles que ya estaban en ti.
Es entonces una oportunidad magnífica para conseguir el cambio que necesitas y que sea estable, es decir, que no solo te ayude a estar bien dentro de tu experiencia migratoria, sino en el resto de tu vida y ante cualquier dificultad que encuentres (personal, laboral, sentimental, etc.).
La forma de vivir un proceso de cambio que tenga resultados estables es hacer con constancia, también con flexibilidad, pero sobre todo trabajar con todas las partes de tu personalidad: tu sistema de creencias, tu autoestima, tus emociones, tu comunicación, relaciones, y tu propia confianza. Trabajando con todas las partes y de forma profunda y práctica (aplicando cambios específicos que te hagan mejorar tu situación desde el principio) conseguirás que el cambio sea duradero, ya que formará parte de ti.
Vivir un proceso con solo sesiones puede resultar inconstante o puede hacerte sentir que la compañía es eventual. Por este motivo, y en mi caso personal, no acompaño a las personas solo con sesiones, sino de forma constante: cada día, para cualquier necesidad que tengas, sin límite de consulta, con herramientas semanales y sesiones.
Empoderamiento Humano
Empoderamiento Humano
Licenciado en psicología y Máster en Coaching
Si quieres vivir ese proceso y solucionar lo que te ocurre, siéntete libre de agendar una primera sesión exploratoria conmigo vía Whatsapp. En esta sesión nos conocemos, ahondamos en el problema, encontramos una solución y vemos cómo te puedo acompañar. Puedes agendar esta sesión a través de esta página.
Te envío muchos ánimos, ilusión y compromiso. Todo cambiará si el cambio se da en ti. A por ello.