Aunque tradicionalmente los psicólogos, incluyendo los clínicos, se han adscrito a modelos teóricos determinados (como el conductual, el psicodinámico, el fenomenológico o el humanista), cada vez existe una tendencia mayor hacia la integración de distintos enfoques. Sin embargo, esta clase de movimientos se remontan al menos a la mitad del siglo XX.
En este artículo describiremos las características de los principales modelos integradores en terapia psicológica, así como los tipos de integración que existen. Entre los desarrollos de los que hablaremos podemos destacar la terapia interpersonal de Klerman y Weissman o el modelo transteórico del cambio de Prochaska y Diclemente.
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Los modelos integradores en psicoterapia
En el año 1950 John Dollard y Neal Miller, dos investigadores de la Universidad de Yale, publicaron la obra “Personalidad y psicoterapia: un análisis en términos de aprendizaje, pensamiento y cultura”. En ella reformularon conceptos clave del psicoanálisis en términos conductistas; éste fue uno de los primeros hitos en la historia de la integración en psicoterapia.
En esta época existían múltiples modelos psicológicos en boga; el psicoanálisis y la teoría del aprendizaje eran los más influyentes, pero también tenían peso otras orientaciones y empezaban a florecer algunas nuevas, como el cognitivismo. Este contexto favoreció la mezcla de propuestas muy variadas, en ocasiones opuestas entre ellas.
Otro aspecto relevante en el desarrollo de los modelos integradores lo constituyeron las investigaciones en torno a la eficacia de la psicoterapia y de sus componentes y enfoques. Los resultados sugerían que diferentes formas de intervención podían ser útiles en función del caso concreto, y que buena parte del éxito de la psicoterapia debía atribuirse a factores comunes.
Durante las décadas posteriores el movimiento integrador siguió desarrollándose por caminos muy distintos. En este sentido debemos distinguir tres tipos principales de integración en psicoterapia, que revelan distintas aproximaciones hacia un objetivo común: el aumento de la capacidad explicativa de los modelos y de la eficacia de los tratamientos.
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¿Qué tipos de integración existen?
Existen tres grandes tipos de integración psicoterapéutica: la teórica, la técnica y el enfoque de los factores comunes, que se centra en los aspectos subyacentes a la eficacia de la terapia independientemente de su orientación. Esta división es muy general y no representa la complejidad del movimiento integrador, pero da una idea de sus tendencias básicas.
1. Integración teórica
La integración teórica consiste en combinar los planteamientos de distintas orientaciones psicológicas. En algunos casos se da el mismo peso a enfoques complementarios, como el conductismo y el cognitivismo, mientras que en otros se utiliza una teoría como base y se introducen en esta los conceptos de otras; el constructivismo es particularmente útil en este sentido.
2. Eclecticismo técnico
La integración de tipo técnico es conocida comúnmente como “eclecticismo técnico”. Este enfoque se centra en aumentar la eficacia de la psicoterapia combinando las aportaciones más útiles de distintas orientaciones para problemas específicos. Así, resulta más sencilla de aplicar que la integración teórica, aunque corre el riesgo de carecer de sistematicidad.
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3. Enfoque de los factores comunes
Esta aproximación a la integración es probablemente la más antigua de las tres; su origen se remonta a las décadas de entre 1930 y 1960, en que aparecieron las aportaciones de Rosenzweig, Alexander y French o Carl Rogers. En la actualidad se sabe que el 30% de la eficacia de las terapias se debe a factores comunes y sólo el 15% a las técnicas escogidas.
Terapias y teorías psicológicas integradoras
Aunque existen muchas aproximaciones psicoterapéuticas que pueden ser englobadas dentro del paradigma integrador, nos centraremos sólo en algunos de los ejemplos más significativos. Otros modelos relevantes incluyen la psicoterapia dinámica cíclica de Wachtel, el integracionismo teórico de Neimeyer y Feixas o la propuesta de Mardi Horowitz.
1. Terapia centrada en la persona de Rogers
Carl Rogers, pionero de la psicoterapia humanista, desarrolló su modelo centrado en la persona a partir de sus investigaciones sobre el proceso terapéutico. A partir de estas concluyó que la eficacia depende principalmente de la actitud auténtica del terapeuta, así como de que acepte incondicionalmente al cliente y sea capaz de empatizar con éste.
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2. Terapia interpersonal de Klerman y Weissman
Gerald Klerman y Myrna Weissman desarrollaron en la década de 1970 su terapia interpersonal como método de tratamiento de la depresión mayor; en la actualidad se aplica también en casos de bulimia o en la terapia familiar. Este tipo de intervención parte de la teoría psicodinámica y de la terapia cognitivo-conductual e incluye técnicas de distintos modelos.
3. Terapia multimodal de Lazarus
Richard Lazarus es conocido principalmente por sus aportaciones en torno al afrontamiento del estrés. Su terapia multimodal propone el uso de técnicas muy diversas en función de los problemas concretos y de la personalidad del cliente; esto incluye intervenciones como la modificación de conducta, la reestructuración cognitiva, el biofeedback y la terapia farmacológica.
4. Modelo transteórico del cambio de Prochaska y Diclemente
Este modelo teórico y práctico se aplica en el tratamiento de las adicciones. Define el cambio en seis estadios (precontemplación, contemplación, preparación, acción, mantenimiento y finalización), dos tipos de proceso (cognitivo-experienciales y conductuales) y cinco niveles (sintomático, cognitivo, interpersonal, sistémico e intrapersonal).
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