Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de alteraciones en el desarrollo que generan una serie de desafíos para la persona afectada y para quienes le contienen.
Aunque cada caso de TEA es particular, los mayores retos suelen estar asociados a la interacción social recíproca y a sortear las dificultades de la concreción de patrones conductuales repetitivos y restringidos. Se han llevado a cabo muchas investigaciones acerca de las implicancias de los TEA en la infancia y, afortunadamente, los profesionales de la salud y las familias conocen cada vez más acerca del tema que años atrás era un enigma. Sin embargo, la información sobre los retos y desafíos que las personas con TEA deben afrontar en la adultez todavía escasea. Por esa razón, en este artículo revisaremos cuáles son los desafíos más frecuentes para los adultos con TEA y qué estrategias pueden poner en práctica para sortearlas.
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Entendiendo los TEA: perspectivas biológicas y conductuales
En primer lugar, debemos saber que el autismo suele ser definido desde una dimensión conductual y no biológica. Las personas con un TEA presentan desafíos a la hora de establecer relaciones sociales con otras personas, comunicarse de forma verbal o no verbal y suelen mostrarse inflexibles en los cambios rutinarios. A continuación señalaremos estos retos con mayor detalle, pero no obstante, la importancia de la dimensión conductual en el TEA no quita que exista como fundamento una alteración biológica a nivel cerebral.
Respecto a esto último, aunque todavía no se conoce con precisión las causas determinantes del espectro del autismo, varias investigaciones han encontrado que podría estar involucrada una disfunción del sistema de neuronas espejo. Este sistema es un complejo neuronal que se relaciona con nuestros movimientos y que responde de manera específica a los movimientos e intenciones de movimiento de otros individuos.
El aprendizaje por imitación, la adquisición del lenguaje, la expresión emocional, la comprensión de lo que les sucede a los demás y la empatía son funciones que dependen de las neuronas espejo. Debido a que existe una alteración en estas funciones en las personas con TEA, se cree que existe también una disfunción a nivel neurobiólogo. Hay bastante evidencia que apoya la hipótesis de que los factores genéticos (los genes y sus funciones e interacciones) son una de las principales causas subyacentes a los TEA. Sin embargo, todavía quedan muchas cuestiones sobre las cuales indagar respecto a la biología ligada al autismo, pero siempre es importante estar al tanto de los últimos avances respecto a este tema.
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Los desafíos para los adultos con TEA
Las personas con TEA presentan un conjunto de desafíos que adoptan ciertas singularidades al alcanzar la edad adulta. A continuación señalaremos los más significativos:
Desafíos en la interacción social
Una de las formas en las que el TEA se manifiesta es en la alteración de situaciones sociales que involucran una interacción socioemocional recíproca. Es difícil para muchas personas con TEA sostener una conversación, un “ida y vuelta” con otra persona. También hay excepciones: algunos individuos pueden participar en discusiones con los demás y argumentar sobre temas muy específicos y complejos. Sin embargo, se trata de un reto común y esperable. También pueden existir atipicidades en la comunicación no verbal, como las posturas, los gestos y las miradas.
Estos dos factores podrían llevar a las personas con TEA a tener el desafío de entablar amistades. En la adultez, además, las amistades cobran un rol fundamental, ya que los padres que contenían a la persona con TEA durante su juventud podrían haber envejecido o no estar más disponibles para el acompañamiento.
Estrategias a la hora de hacer amigos
El autismo no priva a las personas de tener amistades; tampoco significa que no las necesiten. Existe el mito de que las personas con autismo disfrutan estar en soledad. Esto no tiene por qué ser así. Muchas personas han mejorado su calidad de vida significativamente gracias a haber forjado amistades, encontrando puntos en común e intereses con otras personas.
Muchas de las personas con TEA suelen tener ciertos temas de interés en los que tienden a volverse especialistas, por lo que puede usarse esto a favor de iniciar una amistad. Según su experiencia, algunas personas con TEA han señalado que debieron aprender a escuchar a los demás en estas conversaciones que giran en torno a sus intereses específicos, por los que en ocasiones pueden ser absorbidos.
Es sumamente valioso tener con quién compartir alegrías pero también con quién apoyarse mutuamente cuando la vida nos hace tambalear. Contar con un sostén emocional es clave para todos, pero sobre todo para las personas con TEA, ya que las personas adultas diagnosticadas con trastornos de este espectro poseen una mayor tendencia a sufrir un trastorno mental que otros adultos. Tener una red de apoyo supone un factor de protección ante las patologías mentales.
Desafíos ante el cambio
Una característica de las personas con TEA es que tienden a adherirse a rutinas y a rituales determinados. Estos varían de individuo en individuo. Sin embargo, el desafío de esto es que cumplir con sus hábitos rígidos puede volverlos muy inflexibles y resistentes ante el cambio. Por ejemplo, las personas con TEA han sido puestas a una prueba gigantesca cuando sus rutinas se modificaron drásticamente por las medidas de aislamiento social preventivo a raíz de la pandemia por el coronavirus. Los cambios de rutina les desregula a nivel emocional y algunos suelen angustiarse, sentirse irritables o tener miedo.
Estrategias para afrontar el cambio
Es importante que las personas adultas con TEA adquieran poco a poco cierta flexibilidad en sus rutinas, ya que esto conseguirá que sus comportamientos habituales se vuelvan más adaptativos al entorno que les rodea. Esto es fundamental ya que en los entornos académicos o laborales es frecuente que existan modificaciones en las rutinas, cambios de horarios, llamadas de última hora, imprevistos, etcétera.
Por lo tanto, una estrategia posible es introducir pequeños cambios progresivos en el día a día, graduales, de modo que la persona pueda adquirir un repertorio más amplio de conductas para desenvolverse cotidianamente y sin que ésto genere una crisis. No es necesario que sean cambios grandísimos (en un principio, podría ser concebido como un “juego” o un entrenamiento). En su contraparte, quienes se relacionan con una persona con autismo podrían poner en práctica la anticipación como estrategia. El objetivo es introducir información antes de que ocurra un cambio brusco o repentino en la persona con TEA, poco a poco, para prevenir un potencial desborde emocional.
Es importante notar que las estrategias para el cambio conductual idealmente deben ser acompañadas por un psicoterapeuta especializado en el tema. Los tratamientos que a día de hoy cuentan con más evidencia para el TEA son, según Hyman y colaboradores, los de corte conductual. Como es habitual para la mayoría de trastornos, también ha probado tener muy buenos resultados la terapia cognitivo-conductual.
Desafíos en torno a la salud física: hábitos de sueño y alimentación
Las personas con TEA son más propensas a sufrir determinados trastornos o afecciones ligadas a la salud física. Estas pueden ser sumamente perjudiciales para las personas adultas, en tanto cuentan obligaciones y responsabilidades que dependen de un buen descanso y un estado de salud óptimo. Por ejemplo, las personas con TEA tienden más a mantener horarios de sueño y alimentación inusuales y cuentan con una mayor tendencia a sufrir problemas gastrointestinales, epilepsia, entre otros.
Estrategias para cuidar de la salud
Teniendo en cuenta los desafíos del TEA en relación a la salud, una buena estrategia es incorporar un deporte para no sólo mejorar el estado físico, sino también para regular los horarios de sueño y liberar endorfinas capaces de estabilizar el estado emocional. Iniciar una actividad deportiva puede ser difícil para algunas personas con TEA, pero existe un amplio abanico de formas de incorporar el ejercicio a la rutina. En última instancia, es importante recordar que la mejor alternativa para el cuidado de la salud es acudir al médico regularmente y seguir sus recomendaciones.