Terapia Estructural Familiar: qué es, características y funcionamiento

Veamos qué es la Terapia Estructural Familiar, sus objetivos, y su modo de aplicación en familias.

Terapia Estructural Familiar

La terapia estructural familiar surgió con el fin de resolver los problemas de funcionamiento y comunicación que presentaban algunas familias desestructuradas con las que trabajó Salvador Minuchin.

Este modelo de intervención trata de solventar los problemas de algunas personas, desde un enfoque que se centra en los factores del funcionamiento familiar que favorecen su mantenimiento.

En este artículo se expondrán brevemente las bases y el funcionamiento de la terapia estructural familiar, la cual se encuadra dentro de los modelos de terapia familiar sistémica.

¿Qué es la Terapia Estructural Familiar?

Este modelo de terapia familiar comenzó a ser aplicado por Minuchin durante su primera etapa viviendo en Nueva York, cuando trabajó en una institución con jóvenes que habían delinquido y cuyas familias estaban desestructuradas.

También durante su etapa residiendo en Filadelfia continuó trabajando con familias desestructuradas y con bajos recursos, aplicando su enfoque de terapia familiar y es cuando comenzó a colaborar con Jay Hayley, uno de los precursores de la terapia estratégica; motivo por el cual su enfoque tiene conceptos comunes con la terapia estructural familiar.

La terapia estructural familiar tiene como principal objetivo resolver los problemas que impiden el correcto funcionamiento de una familia. Para ello, el terapeuta busca promover un cambio estructural del sistema familiar, con el fin de que todos sus miembros en conjunto puedan responder de manera funcional y adaptativa a las demandas de la etapa del ciclo vital por la que están pasando.

La estructura de la familia vista desde este enfoque sistémico

La estructura familiar se compone del grupo de patrones de interrelación entre los miembros de la familia, y para analizar esa estructura se analizan los siguientes patrones: las coaliciones, las alianzas, los subsistemas y los límites.

1. Subsistema

Un subsistema consiste en la unión de dos o más miembros de la familia que tienen una mayor cercanía debido a una alguna característica especial que mantiene esa unión (p. ej., los miembros de la familia que aman el deporte y lo practican juntos).

2. Alianza

Una alianza supone la cercanía entre dos o más personas de la familia, organizando un subsistema con un objetivo positivo (p. ej., el padre y la madre de la familia se ayudan mutuamente con el fin de tirar del carro y que a sus hijos no les falte de nada).

3. Coalición

Una coalición se da cuando dos miembros de la familia, o incluso más, se unen, poniéndose en contra de un tercer miembro (p. ej., cuando el mayor discute con la hermana mediana, la hermana pequeña se suele poner de parte de la mediana).

Cuando se trata de una coalición entre miembros de la familia que pertenecen a una generación diferente se denomina “triángulo perverso” (p. ej., el hijo mayor siempre está de parte de su madre cuando está en una discusión con su padre).

4. Límites

Los límites comprenden el grupo de normas que se encargan de regular qué miembros pueden formar parte de un subsistema de la familia y cuál sería el rol que deberían desempeñar en ese caso.

Hay tres clases de límites que pueden existir dentro de la estructura familiar.

En primer lugar, los “límites difusos”, que son aquellos que posibilitan que todos los miembros compartan la mayor parte de la información, es decir, que se lo cuentan todo y todos ellos están en su derecho de estar al tanto de todo lo que concierne a los demás miembros de la familia.

Otra manera de poner límites en la familia es con unos “límites rígidos”, en cuyo caso los miembros comparten poca información entre ellos y, en cuyo caso, los miembros de la familia apenas se apoyan los unos en los otros emocionalmente.

Por último, estarían los “límites claros”, que comprenderán un punto medio entre los otros dos tipos de límites. En este caso hay un intercambio de información fluido pero sin pasarse, de manera que se respete la libertad de los miembros y se preste apoyo emocional a quien lo necesite en el momento que sea preciso.

Distribución del poder

Desde la terapia estructural familiar y la estratégica se tiene la visión de que la familia debe tener establecido de manera clara quién debe hacerse cargo de diversas tareas para que el sistema familiar pueda funcionar correctamente.

En este caso, la visión de la terapia estructural es muy normativa, dado que postulan que tiene haber un subsistema formado por los padres que debe de estar muy cohesionado y encargarse de tomar las decisiones sobre los diversos aspectos de la organización de la familia para poner en marcha patrones funcionales en sus interrelaciones.

Además, los hijos, a medida que van creciendo, deben ir cogiendo cierta autoridad con respecto a los más pequeños (p. ej., el hijo mayor debe hacerse cargo del cuidado del hijo más pequeño cuando los padres estén trabajando el fin de semana).

Familia disfuncional

Desde el enfoque estructural familiar se conoce como familia disfuncional a aquella cuya estructura no se adapta a los cambios y que además no posibilita a sus miembros la muestra de apoyo entre ellos ni tampoco la independencia que necesita cada uno.

Estos problemas se suelen dar, por un lado, en familias con “límites difusos”, que se encuentran demasiado aglutinadas y no permiten a cada uno de sus miembros tener una pequeña parcela de intimidad e independencia; por otro lado, en familias con “límites rígidos”, que se encuentran disgregadas, y en cuyo caso los miembros encuentran poco apoyo emocional por parte del resto de los miembros y apenas hay comunicación entre ellos.

Por lo tanto, este tipo de familias tendrían mayores dificultades para adaptarse a los cambios y a las crisis que pudieran surgir por diferentes motivos.

La disfuncionalidad en la familia también puede venir propiciada por alguna “coalición intergeneracional o triángulo perverso” entre sus miembros, debido a que distorsionan la estructura jerárquica de poder dentro de la familia (p.ej., cuando el niño pequeño se alía con su abuela en contra de su madre)

La “triangulación” es otra patología disfuncional familiar, que se suele dar cuando dos miembros de la familia, cada uno por su lado, buscan que un tercero se alíen con ellos y se ponga en contra del otro (p. ej., en el caso de padres divorciados, cuando un progenitor trata de que su hijo sea su aliado, en contra de su otro progenitor; haciendo el otro progenitor lo mismo).

Como podemos ver, cuando en un sistema familiar hay una jerarquía poco estable y una distribución de las responsabilidades establecida con poca claridad, el resultado suele ser el de una familia disfuncional.

Terapia familiar

Proceso terapéutico de este modelo de terapia familiar

En la terapia estructural familiar el terapeuta es muy “directivo”, de manera que se encarga de ir ordenando lo que deben hacer los miembros de la familia y además es también muy “activo”, por lo que se encarga de desarrollar situaciones de cambio para la familia.

La terapia estructural familiar se compone de tres fases que se comentarán en este apartado.

1. Unión y acomodación

La primera fase es conocida como “joining” o unión y acomodación, y consiste en buscar una buena relación con la familia con la que se va a tratar. Para alcanzar dicho objetivo, el psicólogo conversa con cada uno de sus miembros con el fin de comprender los diferentes puntos de vista y también para desarrollar un clima en el que sientan que pueden confiar en él.

2. Evaluación de la estructura del sistema familiar

La segunda fase trata de la evaluación de la estructura de la familia y se lleva a cabo a través de dos métodos.

El primer método sería “la exploración directa”, mediante preguntas que busquen comprender el momento del ciclo vital en el que se encuentra la familia y en qué medida pudiera suponer algún problema; también se busca recabar información acerca de las familias de origen de los padres, sobre las alianzas, los límites y la jerarquía familiar.

El segundo método es la “observación de las interacciones” entre los miembros de la familia. Es utilizado por el terapeuta desde una posición imparcial con el fin de analizar las interacciones que surgen en terapia de forma espontánea entre los miembros de la familia e incluso, en ocasiones, saca a la luz temas conflictivos con el fin de conocer la manera en que sus miembros se comportan en ese tipo de contextos.

3. Intervención

En esta fase se llevan a cabo los planes de cambio a través de diferentes técnicas que se detallarán a continuación.

3.1 Trazado de límites

Esta técnica es empleada con el fin de poner límites a un subsistema que está impidiendo comunicarse a algún miembro de la familia (p. ej., pedir el terapeuta a un padre que deje a su hijo expresar su punto de vista) y también puede impedir que unos miembros hablen en nombre de otros, dejando que todos puedan expresar su opinión.

3.2. Trabajo con la jerarquía

Se utiliza con el fin de marcar unos límites entre algunos subsistemas y así evitar que se interponga algún otro miembro, de manera que un subsistema pueda adquirir la responsabilidad que le corresponde con respecto al resto (p. ej., volver a instaurar el hecho de que los hijos deben respetar la responsabilidad y autoridad que deben tener los padres con respecto a ellos).

3.3. Trabajo con secuencias problema

Una de las principales funciones de esta técnica es que la familia aprenda que tiene otras alternativas de funcionamiento más adaptativas que las que están causando problemas entre sus miembros.

3.4. Trabajo con las creencias

Es una técnica que utiliza el terapeuta con el fin de cambiar las visiones negativas de los miembros de la familia por otras más optimistas.

3.5. El uso del lenguaje para facilitar cambios

Esta herramienta es muy poderosa para el terapeuta, ya que le sirve en determinados momentos para conseguir cambios en el sistema familiar (p. ej., cambiar su tono de voz en determinadas situaciones con el fin de potenciar las emociones de los miembros de la familia).

Los psicólogos que utilizan el modelo estructural familiar parten desde una visión positiva sobre la familia, por lo que tienen la idea de que todas las familias poseen modos de actuación alternativos que ayudarían a que se resolviera el problema y, su búsqueda y posterior desarrollo dentro de la familia, es el objetivo de la terapia estructural familiar.

  • Feixas, G. y Miró, M. T. (2002). Aproximaciones a la psicoterapia. Barcelona: Paidós.
  • Rodríguez, A. (2019). Manual de Psicoterapias. Barcelona: Herder.
  • Salla, M., Montesano, A. y Feixas, G. (2021). Psicoterapia familiar-sistémica. En E. Fonseca (Coord.), Manual de tratamientos psicológicos. Adultos (pp. 227-250). Madrid: Ediciones Pirámide.

Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese