La historia no solo consiste en tediosas batallas y numerosas fechas imposibles de recordar; también está plagada de hechos curiosos y de personajes singulares que hacen que su estudio se convierta en algo mucho más entretenido.
¿Te apetece conocer algunas curiosidades históricas? Sigue leyendo.
20 interesantes curiosidades de la Historia
Reyes efímeros, enfermedades extrañas, bulos históricos… A continuación, os presentamos un recopilatorio de 20 de las anécdotas más curiosas de la historia.
1. El precursor de la sexología fue... un jesuita
Tal y como lo leéis. En concreto, el cordobés Tomás Sánchez que, a principios del siglo XVI, escribió un voluminoso tratado en el que pormenorizaba las relaciones en el matrimonio. Y a pesar de que el religioso circunscribía las descripciones sexuales al sacramento, las explicaciones que ofrecía eran tan detalladas que sus superiores intentaron censurar su obra para que resultara un poco menos “picante”.
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2. La publicación del Werther de Goethe desencadenó una oleada de suicidios
Esta novela del escritor alemán gira en torno a los amores imposibles del joven Werther, enamorado de Charlotte, una mujer casada. El trágico final del protagonista provocó un efecto espejo entre los lectores europeos, donde la novela había causado furor, y se desencadenó una auténtica fiebre de suicidios entre los jóvenes, que deseaban imitar el sufrimiento de su “héroe”. La situación llegó a ser tan alarmante que las autoridades de algunos países prohibieron la obra.
3. La epidemia que inauguró un nuevo cementerio
Hasta los primeros edictos de salubridad urbana, los camposantos se habían ubicado intramuros, preferentemente cerca de las iglesias. A finales del siglo XVIII, las nuevas ideas derivadas de la Ilustración motivaron la creación de cementerios ubicados lejos de las aglomeraciones, para evitar enfermedades.
En 1821, la temible fiebre amarilla llegó a Barcelona a través de dos barcos que atracaron en su puerto. Se calcula que murió el 10 % de la población, un auténtico desastre económico y humanitario. Para hacer frente al entierro de la multitud de cadáveres que se acumulaban en las calles, se decidió levantar el primer cementerio extramuros de Barcelona, el famoso cementerio del Poblenou, donde actualmente hay un monumento en recuerdo de la terrible plaga.
4. El “milagroso” engendramiento de Jaime I
El mismísimo Jaime I de Aragón deja constancia de esta anécdota en su crónica. También la recoge, a su vez, el cronista medieval Ramon Muntaner, por lo que podemos deducir que, a grandes rasgos (y obviando los elementos que se pudieran añadir después) la historia es verdadera.
El odio que el rey Pedro II de Aragón sentía hacia su mujer era tan grande, que ni siquiera se acostaba con ella para engendrar un heredero a la corona. El tema pasó a ser asunto de estado, y algunos de los nobles conspiraron con la reina para elaborar un plan que permitiera a la soberana tener relaciones con su marido. Así, hicieron creer al monarca que en su cama le esperaba una dama hacia la que él sentía preferencia, pero que esta deseaba permanecer toda la noche a oscuras. El rey tuvo relaciones con ella y, cuando entró la primera luz del día, descubrió que la supuesta dama era, en realidad, su esposa María de Montpellier. Esa noche, ambos engendraron al que más tarde sería Jaime I el Conquistador.
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5. El origen poco francés de Napoleón
Ha pasado a la historia como uno de los franceses más conocidos, pero la verdad es que Napoleón Bonaparte estuvo a punto de no serlo nunca. La isla de Córcega pertenecía a Génova, pero el Tratado de Versalles, firmado entre la república y el reino de Francia, anexionó la isla al territorio francés. Esto sucedía el 15 de mayo de 1768, exactamente 15 meses antes del nacimiento de Napoleón. Un tanto acomplejado de su origen poco galo, Napoleón cambió su apellido italiano Buonaparte por Bonaparte.
6. “Por favor, silencio”
En sus inicios, el cine no era el “séptimo arte” que se considera en la actualidad. Se trataba más bien de una diversión de masas, y la gente acudía a las salas como quien va a una merienda campestre. Era muy habitual que el público comiera ruidosamente, silbara y hablara constantemente, lo que dificultaba seguir la película (a pesar de que esta fuera muda).
Para evitar todo este jolgorio, en 1912 se empezaron a proyectar en Nueva York, antes de las películas, una serie de anuncios que invitaban al público a comportarse correctamente y, a las señoras, a quitarse los aparatosos sombreros para no impedir la visibilidad a los de atrás. Dato curioso: en estas grabaciones, se prohibía también bostezar en medio de la proyección.
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7. Parásitos en el Nilo
Una de las enfermedades más comunes entre los antiguos egipcios eran los parásitos, que podían desencadenar problemas muy graves de salud. En una sociedad donde la crecida del Nilo era un elemento crucial para el desarrollo de su agricultura, era normal que proliferaran larvas de gusanos en las aguas estancadas de la ribera del río. Estos gusanos se podían introducir en el cuerpo de quien cruzara esas aguas y causar hemorragias que acabarían derivando en anemia, en lo que se conoce como esquistosomiasis.
8. Los míticos esclavos egipcios
Y a propósito de Egipto… seguro que más de una vez habréis escuchado que las pirámides se levantaron sobre la sangre de los esclavos que las construyeron. Falso. Las personas que trabajaron en la construcción de estos monumentos eran obreros libres que recibían un salario por su actividad. No podemos negar que puede que alguno sufriera algún accidente e incluso muriera, pero en ningún caso se trataba de un trabajo realizado por esclavos.
9. Las calzadas romanas no estaban pavimentadas
…o, al menos, no en todos los tramos. Este es otro de los mitos históricos que nos han introducido las películas peplum americanas: largas calzadas perfectamente enlosadas, por donde los carros ni siquiera se tambalean. Tan falso como los “esclavos de las pirámides”. En gran parte de su recorrido, las carreteras romanas estaban cubiertas por una simple e incómoda grava.
10. “Nada”
Famosa es la anécdota histórica que cuenta que, el mismo día de la toma de la Bastilla, por la noche, el rey Luis XVI escribió en su diario: “Nada”. Muchos han aprovechado la escueta palabra para demostrar la absoluta inutilidad del monarca a la hora de captar los hechos cruciales que sucedían a su alrededor, pero lo cierto es que este “nada” hace referencia a otra cosa. El diario era un mero diario de caza, y con el vocablo el rey confirmaba, simplemente, que había regresado de la cacería con las manos vacías.
11. La hija de Maria Antonieta que fue reina de Francia durante unas horas
De todos los hijos que tuvieron Maria Antonieta y Luis XVI, solo una niña sobrevivió. Algunos murieron por enfermedad a edad muy temprana, y el Delfín, el pequeño Luis, falleció en la cárcel a causa de los malos tratos que le dispensaron sus captores.
La hija, María Teresa, conocida como Madame Royale, sobrevivió a la tragedia de su familia y se casó con un primo suyo, Luis Antonio de Angulema. El padre de Luis llegó a reinar con el nombre de Carlos IX y, tras su abdicación, la corona pasó legalmente a su hijo, lo que convirtió a María Teresa en reina de Francia a todos los efectos. Sin embargo, el reinado del de Angulema solo duró unos minutos, pues inmediatamente después de la abdicación del padre, abdicó el hijo. Así, la que fuera hija de los reyes guillotinados consiguió ser reina de los franceses… durante veinte minutos.
12. El último zar de Rusia no fue Nicolás II
Existen otros monarcas que han reinado solo por el espacio de horas o minutos. Por ejemplo, el caso de Miguel, el hermano del zar Nicolás II de Rusia. Tras la abdicación de Nicolás, en su nombre y en el de su hijo, el trono imperial pasó técnicamente a su hermano, el Gran Duque Miguel. Sin embargo, este no tardó en abdicar a su vez, temeroso del cariz que tomaban los acontecimientos y, probablemente, presionado por todos. De esta forma, el verdadero último zar de Rusia fue Miguel II, que se mantuvo en el trono casi un día completo.
13. La emperatriz de China de la que no se sabe el nombre
Otro de los casos de soberanos “por horas” es el de una emperatriz china del siglo VI. En esta ocasión, su paso por el trono fue tan rápido que ni siquiera se ha recogido su nombre. Solo se sabe que fue hija del emperador Xiaoming, que murió asesinado por su propia madre. Fue precisamente esta, la emperatriz Hu, quien diseñó un plan para que su pequeña nieta pudiera acceder al trono: hizo pasar a la niña por un varón. El engaño duró apenas unas horas. Finalmente, todo se descubrió, y el trono imperial pasó a manos de un pariente lejano.
14. La verdadera pionera de la vacunación en Europa
No queremos quitarle importancia a Edward Jenner, por supuesto; fue gracias a él que la vacunación contra la viruela se perfeccionó hasta prevenir completamente el desarrollo de la enfermedad. Es mucho lo que la historia le debe al gran médico, pero no debemos olvidar que quien introdujo la idea en Europa fue Lady Mary Montagu.
Intrépida y apasionada por el viaje, Lady Mary estuvo en Constantinopla en compañía de su esposo, que era embajador. Allí se percató de que los nativos utilizaban la inoculación para tratar la temible viruela. A su regreso a Inglaterra, Lady Mary hizo lo propio con sus hijos, lo que le valió durísimas críticas. Años más tarde, Jenner demostraba la validez de su teoría.
15. El primer semáforo funcionaba con gas
Corría el año 1868. Londres se había convertido en la metrópoli más bulliciosa de Europa; el tránsito era caótico, por lo que se decidió instalar un aparato que ayudara a controlar el tráfico de vehículos y de personas. Así, el primer semáforo se colocó en el puente de Westminster; sus señales de colores mecánicas se movían mediante la propulsión de gas. Por desgracia, solo estuvo un mes en activo, pues tras una grave explosión de gas se retiró de la vía pública.
16. Cuando ser rey es de mal agüero
De los treinta y cinco monarcas visigodos, doce fueron asesinados. Casi nada. Los casos eran tan evidentes que Gregorio de Tours, obispo e historiador del siglo VI, acuñó un término para referirse a esta “epidemia”: el morbus gothorum o mal de los godos.
Entre los asesinatos más destacados se encuentra el del rey Agila, cosido a puñaladas en el año 554, y Turismundo, estrangulado en su lecho por sus propios hermanos. Entre tanta sangre y conspiración, llama la atención el caso de Eurico, uno de los mejores reyes del reino visigodo de Tolosa, que falleció por causas naturales a los setenta y cuatro años. O, al menos, eso dicen.
17. La discutida orientación sexual de Ricardo Corazón de León
Así lo han querido ver muchos de los estudios que se iniciaron en el siglo XX sobre el tema. Y a pesar de que, como siempre, puede haber mucho de leyenda, la afirmación se construye sobre testimonios históricos concretos. La historiadora Iris Rodríguez, en una entrevista ofrecida a ABC Historia, destaca la crónica de Roger de Hoveden, contemporánea al rey, en la que se comenta que Ricardo y Felipe Augusto de Francia se querían tanto que no les separaba ni el lecho. ¿Dormían juntos los dos monarcas?
Otra de las cuestiones que parecen apoyar una supuesta homosexualidad de Ricardo I es la escasa atención que le prodigó a su esposa, Berenguela de Navarra, con la que apenas convivió y con la que no tuvo hijos. Sin embargo, se conoce que Corazón de León tuvo hijos ilegítimos con algunas amantes, lo que suscita la teoría de que, en lugar de homosexual, pudiera haber sido bisexual.
18. Una reina excéntrica
Luisa Isabel de Orleans es una de las reinas más olvidadas de la historia de España; probablemente, porque su marido, el efímero Luis I, solo reinó once meses. Sin embargo, durante su corto paso por la corte de Madrid acaparó las miradas de todos, y no precisamente por algo bueno.
Luisa Isabel provenía de la corte de Versalles y era nieta del mismísimo Luis XIV, pero durante su infancia creció completamente desatendida. Esto desató una serie de problemas emocionales que alcanzaron su cénit cuando la joven aterrizó en España. Los testimonios de la época cuentan cómo la reina se paseaba casi desnuda por palacio, eructaba y se ventoseaba en público y alternaba episodios depresivos (durante los que no hablaba ni comía) con estados de auténtica euforia. Un personaje incomprendido que ha pasado a la historia como una de las reinas más excéntricas de España.
19. El gimnasio de Sissi
Otra soberana que padeció severos trastornos de ansiedad fue la emperatriz Isabel de Austria, más conocida como Sissi. Es bien conocida la anorexia de la que fue víctima, pues, con sus 172 cm de altura, nunca excedió de los 50 kg. de peso. Parece ser que su anorexia se alternaba con episodios bulímicos, puesto se sabe que, a veces, podía comerse una caja entera de bombones en pocos minutos.
La obsesión de Sissi por mantenerse delgada la llevaba a ingerir solo leche y caldos, y a entrenarse diariamente en el gimnasio que se había instalado en sus aposentos.
20. El “rey” del cine pornográfico
Alfonso XIII era un gran aficionado al cine… y a las señoritas con poca ropa. De hecho, siempre se ha rumoreado que fue el dinero del monarca el que financió la primera productora de cine pornográfico en España, la famosa Royal Films. Al menos, el nombre de la empresa es suficientemente sospechoso…
De las películas que rodó la Royal solo se conservan tres: El confesor, Consultorio de señoras y el ministro. El argumento parece ser obvio. Por cierto, las tres cintas originales se encontraron en un convento.
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