Los mixtecas han sido conocidos como uno de los principales rivales de los aztecas, aunque tarde o temprano acabaron siendo sometidos por su imperio.
Esta cultura fue una de las más desarrolladas y prósperas de Mesoamérica jutno con los zapotecas, estableciendo una amplia red de comercio, desarrollando sofisticado arte y organizándose políticamente en pequeños reinos y ciudades independientes.
A continuación vamos a descubrir quienes eran los mixtecas, en qué creían, cómo era su sistema político y en qué se fundamentaba su economía.
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¿Quiénes fueron los mixtecas?
Los mixtecas constituyeron una de las culturas más próspera de Mesoamérica. Su época de esplendor coincide con el período clásico mesoamericano, yendo desde en torno el año 200 d. C. hasta el 900 d. C., aunque después del siglo X aguantaron bastante bien hasta que, cerca del 1400, los aztecas pusieron fin a su independencia. Los mixtecas prehispánicos se asentaron en los actuales estados de Oaxaca, Puebla y Guerrero.
Fueron vecinos con otras culturas mesoamericanas, en especial con los zapotecas con quienes compartían muchos rasgos culturales. Su idioma y el zapoteca eran muy similares, además de compartir con esta cultura el hecho de ser de los pocos mesoamericanos que tenía un sistema de escritura, escrito usando jeroglíficos. También trabajaban los metales de forma muy similar y, curiosamente, se autodenominaban igual que los zapotecas a sí mismos: “el pueblo de las nubes” o “el de la lluvia”.
Hoy en día esta cultura sigue existiendo, encarnada por los descendientes de los mixtecas originales. Los actuales mixtecas siguen viviendo en la misma región que sus antepasados y hablan lenguas derivadas del mismo idioma hablado por sus antepasados, además del español. Siguen manteniendo vivas muchas tradiciones prehispánicas, aunque mezcladas con las influencias occidentales y adaptadas al credo católico impuesto durante la conquista española.
Los mixtecas prehispánicos estuvieron muy relacionados con grandes centros urbanos. A ellos se le atribuye haber hecho de Teotihuacán el gran e importante yacimiento arqueológico que conocemos hoy en día, además de haber habitado el Monte Albán, originalmente territorio zapoteco.
Pero pese a haber tenido muchos siglos de esplendor cultural y económico, acabaron decayendo al balcanizarse su nación, creándose pequeños estados independientes enemistados los unos con los otros. Esto sería aprovechado por los aztecas, puesto que los mixtecas se volvieron políticamente muy débiles cerca del siglo XV y, con la llegada de los españoles, los conquistadores aprovecharían las tensiones étnicas y políticas para agilizar la conquista del Nuevo Mundo.
¿Dónde vivían los miembros de esta cultura?
De acuerdo con los hallazgos arqueológicos, los mixtecas prehispánicos se asentaron en los actuales estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero.
Su área de influencia ha sido llamada La Mixteca, que en su lengua es Ñuu Dzahui o “el país de la lluvia”. Se trata de una región montañosa que se divide en dos regiones: baja Mixteca (noroeste de Oaxaca y suroeste de Puebla) y alta Mixteca (noroeste de Guerrero y oeste de Oaxaca).
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Costumbres y tradiciones mixtecas
Como comentábamos, los mixtecas compartían muchos rasgos con sus vecinos los zapotecas, además de con los mayas y los aztecas. Sus tradiciones y mitología era muy similar a la de otros pueblos mesoamericanos, especialmente centrado en la divinidad solar Yya Ndicahndíí o Taandoco.
Se cree que el ritual del día de los muertos, si no es una herencia mixteca, por lo menos la forma en cómo lo celebraban tuvo mucha influencia sobre las gentes del actual México.
La religión mixteca era animista y politeísta, al igual que sucedía en la mayoría de las religiones mesoamericanas. Como deidad protectora tenía a Dzahui, quien personificaba la lluvia. Esta deidad es muy similar al dios Tláloc, presente en el panteón teotihuacano y tolteca. Junto con esta, también encontramos al dios del fuego Huehuetéotl, muy venerado en la Baja Mixteca.
Para satisfacer a los dioses los mixtecas realizaban sacrificios humanos y animales, que escenificaban en sus templos construidos en cuevas o cumbres, siendo el principal Apoala. Los sacerdotes tenían una gran importancia en la estructura social, ejerciendo de supremos líderes religiosos. Sus rituales a veces no implicaban matar a nadie, pero sí que extraían sangre y partes del cuerpo, como orejas y lenguas humanas, para mostrar sus fidelidad y veneración a los dioses, echando los miembros en cestas ceremoniales.
Pero no todo eran rituales sangrientos y amputaciones. También celebraban ceremonias con fuero y juegos, entre los cuales no podái faltar la más famosa distracción mesoamericana: el juego de la pelota.
Presenciar uno de estos juegos no era como quien ve un partido de fútbol, sino algo mucho más trascendental. Este juego representaba la lucha eterna entre los poderes del universo. El campo de juego representaba el cielo y la pelota al sol, haciendo de cada partido un evento cargado de religiosidad y simbolismo.
Idioma y escritura
Los mixtecas prehispánicos hablaban el idioma protomixtecano, el nombre propuesto para la lengua de la que proceden la mayoría de las lenguas habladas por los mixtecas actuales. Este idioma ancestral logró sobrevivir al dominio azteca y español, evolucionando y diversificándose en hasta más de 80 modalidades diferentes. El idioma ha evolucionado tanto que sus variantes son muy diferentes, haciendo que sus hablantes no puedan entenderse entre sí y recurran al español como lingua franca.
Aunque no se sabe mucho cómo sonaba el protomixteco, sí que es posible ver cómo suena una de sus variantes actuales, el xochapa. A continuación vemos como son los numerales del 1 al 10 en esta lengua:
- iin
- uvi
- uni
- kumi
- u’un
- iñu
- uxa
- una
- iin
- uxi
Sin embargo, a pesar de que los esfuerzos por reconstruir cómo sonaba el protomixteco no han dado muy buenos frutos sí que se sabe como se escribía. Al igual que los zapotecas, los mixtecos usaban como sistema de escritura jeroglíficos los cuales se han podido conservar y analizar en numerosos códices, como el códice mixteco-zapoteca, el vindoboninensis mexicanum, el Brodley y el Zouche Nuttal, en los que se describen escenas históricas, genealogía noble y alianzas sociopolíticas.
Organización social y política
La estructura social mixteca estaba constituida por estratos, organizados de forma jerárquica. Era un sistema muy similar al zapoteca. En la cúspide se encontraba el rey y, también, los líderes religiosos y la alta nobleza, aunque nunca al mismo nivel que el monarca. En el siguiente escalón se encontraban los comerciantes, muy valorados, seguidos de los campesinos y artesanos que eran el principal motor económico. Finalmente, en el último escalón estaban los esclavos y los siervos, mayormente presos de guerra y delincuentes que representaban la mano de obra de cada reino.
Los mixtecos no vivían en un único país, sino en varios reinos y ciudades-estado, similares a cómo funcionaban los griegos en la Antigüedad Clásica. Cada estado independiente era gobernado por un rey que recaudaba impuestos en forma de bienes y servicios, siendo la nobleza la estructura burocrática encargada de cobrar a los súbditos. Estos reinos, pese a formar parte de la misma cultura, de vez en cuando se enemistaban y atacaban, aunque en también pactaban alianzas comerciales y militares.
Entre los líderes más importantes de la historia de los mixtecas tenemos a Ocho Venado Garra de Jaguar, un líder que durante el siglo X fue fundando varios reinos mixtecas. Este célebre cacique inició un importante proceso expansionista y se le atribuye haber unificado bajo su mando único los reinos de Tututepec (Yacudzáa), Tilantongo (Ñuu Tnoo Huahi Adehui) y Ñuu Cohyo, gobernándolos hasta que falleció.
Teniendo en cuenta que los mixtecos no se llevaban muy bien entre ellos, mucho menos iban a ser amigos con otras culturas. Se llevaban especialmente mal con los toltecas y en más de una ocasión tuvieron rifirrafes con los zapotecas. Sin embargo, sus desavenencias étnicas eran superadas cada vez que los aztecas intentaban establecerse como principal potencia de México, haciendo que mixtecas y demás pueblos se unieran para hacer frente al enemigo común.
Lamentablemente, el sistema de alianzas entre reinos mixtecas y con otros países mesoamericanos acabaría fallando, despertando viejas tensiones étnicas que serían aprovechadas por el Imperio Azteca en el siglo XV. Posteriormente, los españoles conocerían esta poca unidad militar y estatal de los mixtecas y demás pueblos, agilizando mucho la conquista de México.
Economía
Su economía dependía, principalmente, de la agricultura. Los mixtecas sembraban chile, frijoles, calabazas, cacao, algodón y, como no podía faltar, el tan importante maíz para toda cultura mesoamericana. Cabe decir que el cultivo de cacao y el algodón solo era posible si el terreno lo permitía, además de que esta cultura se enfrentó constantemente a un abrupto relieve y a la escasez de agua. Es por esto que se las tuvieron que ingeniar para desarrollar un sistema de cultivos en terrazas que llamaron “coo yuu”.
De forma similar a sus vecinos los zapotecas, los mixtecas no eran especialmente dados a la pesca, la caza ni la recolección de frutos salvajes, aunque de vez en cuando practicaban estas actividades. Por otro lado, los mixtecas son conocidos por haber domesticado el guajolote, o pavo.
Fueron muy buenos trabajando el metal, especialmente el oro. En su cultura este mineral era considerado el excremento de los dioses y tenía un importante significado sagrado. Se cree que los mixtecas debieron ser de las primeras culturas en trabajar los metales, aunque también se ha barajado la posibilidad de que desarrollaran la metalurgia de forma tardía. Igualmente, su dominio de los metales era muy grande, transformándolo en estatuillas, además de hacer esculturas con huesos.
Su cerámica es policromática, con tonos de naranja, negro, rojo, blanco, azul y lila. Para teñir de rojo las vasijas y los tejidos criaban cochinillas, un insecto parásito de la planta del nopal que cuando se aplasta se obtiene un vivo color rojo. Además de esto, extraían caliche (carbonato de calcio) y magnetita, que comerciaban junto con sus manufacturas y algunas de sus cosechas.
Referencias bibliográficas:
- Bradley, C. Henry; Josserand, J. Kathryn (1982). El protomixteco y sus descendientes. Anales de Antropología 19 (2): 279-343.
- Rodríguez Cano, Laura (2004). «El sistema de escritura mixteca en un documento de la Mixteca Baja del siglo XVI». En Guzmán Betancourt, Ignacio; Máynez, Pilar; León-Portilla, Ascensión H., eds. De historiografía lingüística e historia de las lenguas. Ciudad de México: Siglo XXI. pp. 401-416. ISBN 9682325153.