La teoría de los usos y gratificaciones propone que las personas utilizan los medios de comunicación y consumen productos audiovisuales para satisfacer deseos y necesidades específicas.
Al contrario de otras teorías de los medios de comunicación, esta teoría ve a los usuarios como agentes activos que tienen control sobre su consumo de medios y no como simples receptores pasivos de mensajes y productos.
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¿Qué expone la teoría de los usos y gratificaciones?
La teoría de usos y gratificaciones, abreviada como TUG, busca comprender la comunicación masiva a través de la consideración de por qué las personas usan los medios. Su enfoque se encuentra en la pregunta "¿qué efecto tiene la gente en los medios?", y no al revés.
Uno de los principales hilos de estudio de esta teoría es identificar por qué las personas eligen usar ciertos medios o consumir ciertos productos. Se centra en analizar las elecciones deliberadas de los usuarios para satisfacer necesidades como escapar, interactuar con otras personas, divertirse o relajarse.
La teoría de los usos y gratificaciones establece entonces que los productos audiovisuales tienen que satisfacer deseos y necesidades psicológicas de los consumidores. Incluso si un medio de comunicación no es poderoso, se vuelve importante para alguien si cumple con alguna de estas funciones específicas.
En comparación, con otras teorías de los medios, la teoría de usos y gratificaciones ve a los consumidores de medios de comunicación como agentes activos que tienen control sobre su consumo audiovisual, no como simples receptores pasivos de lo que se les ofrece. En pocas palabras, la teoría de usos y gratificaciones se centra en las necesidades y deseos del consumidor en lugar de los medios o mensajes que se le proporcionan.
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Orígenes de la teoría de usos y gratificaciones
Los estudios sobre los efectos de los medios de comunicación en las personas comenzaron durante la década de 1930, con la comunicación en masa. Sin embargo, no se recopiló evidencia suficiente de estas investigaciones que permitiera determinar los efectos reales de los medios masivos en las personas. Aunque, estos se consideran el origen de la teoría de usos y gratificaciones.
Antes de la década de 1940, las personas no eran consideradas un público activo capaz de seleccionar sus mensajes y contenidos preferidos. En cambio, fueron vistos como una masa pasiva que formaba parte de un todo homogéneo. Se pensaba que la audiencia de los medios era pasiva y sin vida.
Los consumidores eran vistos como algo inerte, es decir, que no respondían o reaccionaban a los contenidos. Según este punto de vista, las personas esperaban que los medios les proporcionarán toda la información necesaria para que pudieran interactuar efectivamente dentro de contexto. Es decir, se esperaba que la audiencia actuará de la misma manera en que les indicaba la información que recibían.
Durante la década de 1940 se produjo un cambio de pensamiento, se empezó a ver al público desde una perspectiva más social, psicológica e individual, ya que se observó que las personas si eran capaces de seleccionar la información y los contenidos en función de sus preferencias.
Alguna tesis y estudios establecieron dos de las ideas básicas de la teoría de usos y gratificaciones: las audiencias pueden usar los mismos medios para diferentes propósitos, a pesar de considerarse grupos similares y homogéneos, y no importa cuán grande o poderoso sea un medio; este no afectará a nadie que no encuentre su información útil en su contexto psicológico y social.
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Principios y objetivos de la teoría de usos y gratificaciones
Después de sus inicios junto a la investigación de la comunicación masiva. Distintos autores como Elihu Katz, Jay G. Blumler y Michael Gurevitch desempeñaron un papel importante en la solidificación de la teoría de usos y gratificaciones en la década de 1960.
Los consumidores como seres humanos necesitan escapar, interactuar con otras personas, divertirse, relajarse... Esto los impulsa a relacionarse con los medios de comunicación para satisfacer estas necesidades psicológicas y sociales. En consecuencia, se puede decir que los medios masivos de comunicación se utilizan como respuesta a necesidades individuales específicas. Basándose en estas nociones, la teoría de los usos y gratificaciones especifica un conjunto de supuestos sobre el consumo de medios:
1. Las audiencias son activas
Tal y como hemos visto, durante la década de 1960, se afianzó la idea de que el público no funcionaba como una masa homogénea. Este era capaz de seleccionar los mensajes y el contenido que deseaba. Los medios de comunicación comenzaron a ver a sus consumidores de una manera más individual, social y psicológica.
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2. Cada consumidor decide la pertinencia del medio
Se deja de pensar que son los medios que determinan lo que ve el espectador; en cambio, son los espectadores los que deciden por sí mismos en función de sus intereses, valores y necesidades. En última instancia, los medios proporcionan lo que la audiencia quiere ver, son los espectadores que eligen activamente prestarle atención al contenido.
3. La gente es consciente de lo que busca
La teoría de usos y gratificaciones cuestiona la relación entre estímulo y respuesta. Propone que son los propios receptores los que deciden sobre la interpretación del contenido —no únicamente los estímulos— cuando se inician los procesos comunicativos. Es decir, los consumidores solo se ven afectados por los estímulos si quieren ser afectados por ellos.
4. Los medios compiten entre sí
En última instancia, los medios compiten con otras fuentes, además de entre sí, para atraer la atención del público. Lo hacen intentando satisfacer las necesidades del público. Las personas consideran sus experiencias pasadas con los medios cuando toman decisiones sobre cómo pasar su tiempo. Esta consideración tiene lugar en un nivel más profundo que simplemente recordar lo que hicieron ayer. Implica una evaluación de su entorno y comprender cómo los contenidos le han afectado.
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Tipos de gratificaciones y necesidades
Parte de la investigación de la teoría de usos y gratificaciones se centra en comprender la capacidad de los medios para ofrecer recompensas. Esto ha llevado a la creación de varias tipologías que clasifican las recompensas de los medios en un pequeño conjunto de clases. Estas necesidades psicológicas y sociales, incluyen:
- Necesidad de liberación emocional: los medios pueden ayudarnos a escapar de la rutina y evadirnos de los problemas, también simplemente divertirnos.
- Necesidad interpersonal: podemos utilizar los contenidos como sustitución de compañía o como fuente de información útil en futuras conversaciones.
- Necesidad de identidad personal: los medios pueden afianzar ciertas creencias o valores, además nos permiten explorar la realidad.
- Necesidad de vigilancia: los medios aportan información útil sobre las cosas que pueden afectarnos.
Aunque una investigación reciente de la teoría de usos y gratificaciones sugiere que los nuevos medios ofrecen una gratificación similar a la de los medios más antiguos, algunos autores advirtieron que los estudios sobre los usos y las gratificaciones de los nuevos medios deberían considerarse por separado: los nuevos medios también brindan beneficios únicos que las formas más antiguas de medios, estos se dividen en cuatro categorías:
- Gratificaciones basadas en la modalidad: actualmente, los contenidos pueden servirse en una variedad de modalidades, que incluyen audio, vídeo, texto o una mezcla de estos. Si pensamos en la realidad virtual, esto contribuye a la necesidad de realidad.
- Gratificaciones basadas en la creación de contenido: las personas actualmente también se han convertido en creadoras de contenido. Esto puede satisfacer necesidades interpersonales con la creación de comunidades o de estatus.
- Gratificaciones basadas en la interactividad: los contenidos han dejado de ser estáticos, esto significa que se puede interactuar con ellos y tener un impacto. Esto puede satisfacer la necesidad de control.
- Gratificaciones basadas en la navegabilidad: las experiencias basadas en la navegación en los nuevos medios satisfacen necesidades como la diversión añadida que supone moverse por los espacios y, si se trata de un juego, por los niveles. Esto incluye superarlos.
Teoría de usos y gratificaciones y redes sociales
Según el artículo de Fátima Martínez, profesora de periodismo: la teoría de los usos y gratificaciones de los medios de comunicación se ha visto ampliada por el uso de las redes sociales. Esto se debe a que las redes sociales permiten que las personas interactúen entre sí y brindan otros beneficios, además de la relajación, la estimulación de la imaginación y la promoción de las relaciones sociales, considerados según su análisis los beneficios clásicos de los medios de comunicación. Las redes sociales además proporcionan
- Confianza.
- Compañía
- Felicidad
- Diversión
- Vigilancia
- Relaciones sociales
Como vemos, esta serie de necesidades ya se recogían en la teoría clásica. Si bien, es verdad que las redes sociales las han potenciado enormemente. También, tenemos que considerar que estos beneficios no son reales. Las redes sociales, en muchos casos, crean una falsa ilusión, por ejemplo, entendiendo como amigos a personas con quien casi no tenemos interacción.
Críticas a la teoría de los usos y las gratificaciones
La teoría de los usos y las gratificaciones ha sido criticada por varias razones, aunque sigue siendo ampliamente utilizada en la investigación sobre los medios de comunicación.
Muchas de sus conclusiones para considerar a las audiencias activas se basan en datos autodeclarados de los propios consumidores. Este tipo de datos no son siempre precisos o fiables.
Además, es importante tener en cuenta que las personas no tienen acceso a todas las opciones de medios disponibles actualmente. Esta crítica es aún más evidente hoy en día, ya que hay más opciones que nunca. Sin embargo, las personas están limitadas a elegir según su acceso a las distintas opciones y no según sus necesidades.
Por último, tal y como hemos visto, la teoría se centra en la audiencia y no estudia los mensajes de los medios y cómo estos pueden afectar a las personas.