Entre seres vivos podemos encontrar varios tipos de relaciones interespecíficas, es decir, interacciones en las que se ven implicados miembros de dos o más especies. La depredación, la cooperación, el parasitismo y el comensalismo son algunos ejemplos bastante conocidos de este tipo de interacciones.
Hoy vamos a hablar del mutualismo, una interacción en la que las dos especies implicadas siempre salen beneficiadas. Para entenderlo en mayor profundidad, veremos también algunos ejemplos de mutualismo interesantes que se dan entre animales, plantas, hongos y demás formas de vida.
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¿Qué es el mutualismo en la naturaleza?
El mutualismo es un tipo de relación entre especies en la cual dos o más individuos involucrados obtienen un beneficio mutuo a través de una asociación ventajosa. Este tipo de vínculo no provoca daños en ninguno y hace que ambos organismos involucrados vean aumentada su aptitud biológica, es decir, disponen de mayor capacidad de supervivencia y reproducción.
Este tipo de relación interespecífica se puede ver como una especie de trueque o intercambio biológico, en el que cada especie ofrece y recibe algo. En función de qué sea dado y qué ganado, podemos clasificar a las relaciones mutualistas de la siguiente manera.
1. Relaciones recurso-recurso
En este tipo de relaciones, dos especies intercambian algún tipo de sustancia o recurso biológico indispensable para ambas, lo que implica que esta relación haga que cada especie reciba una ganancia material.
2. Relaciones servicio-recurso natural
En el mutualismo servicio-recurso natural se da el intercambio de algún recurso producido, ofrecido por una de las dos especies, mientras que la otra contribuye a la relación ofreciendo alguna acción o conducta beneficiosa para la otra.
3. Relaciones servicio-servicio
El mutualismo servicio-servicio es menos frecuente. Consiste en que las dos especies asociadas intercambian algún tipo de conducta o actuación que les beneficia a ambas.
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Diferencias con otras relaciones interespecíficas entre seres vivos
A veces sucede que cuando se habla de mutualismo ésta es confundida con otras relaciones interespecíficas, en especial con el comensalismo y la cooperación. A modo de breve aclaración, vamos a describir escuetamente el resto de relaciones interespecíficas para comprender en qué se diferencian con el mutualismo.
Parasitismo
En el parasitismo tenemos un organismo que se alimenta del otro haciéndole algún daño pero sin matarlo. Aquí uno se beneficia mientras que el otro se ve perjudicado.
Comensalismo
El comensalismo se da cuando una especie se beneficia de la relación, mientras que la otra ni se ve beneficiada ni perjudicada.
Depredación
La depredación ocurre cuando una especie se alimenta de otra. Es decir, uno se beneficia consiguiendo alimentarse de otra forma de vida, acabando con su vida.
Competencia
La competencia es la situación en que dos especies distintas dependen de los mismos recursos y deben luchar para que una consiga obtener tales recursos.
Cooperación
En la cooperación las dos especies se benefician mutuamente, pero pueden sobrevivir perfectamente por separado. Esta se diferencia del mutualismo, porque en las relaciones mutualistas ambas especies dependen de la otra para su supervivencia.
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Algunos ejemplos de mutualismo
A continuación vamos a ver unos cuantos ejemplos de comportamientos mutualistas en los seres vivos.
1. Micorriza
La micorriza es una relación simbiótica entre un hongo y las raíces de las plantas terrestres. En esta relación interespecífica el hongo recibe hidratos de carbono y vitaminas que no puede sintetizar por sí mismo, pues se trata de un organismo heterótrofo que no puede producir su propia materia orgánica.
Las plantas son autótrofas, es decir, pueden fabricar materia orgánica, pero para ello requieren de ciertos nutrientes, minerales y agua que, convenientemente, los hongos le pueden ofrecer.
La micorriza es una relación mutualista fundamental para la supervivencia de las plantas pues se calcula que cerca del 95% de las especies vegetales terrestres dependen de hongos para obtener ciertos nutrientes inorgánicos. Este es un mutualismo recurso-recurso, ya que tanto las plantas como los hongos reciben nutrientes.
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2. Polinización
La polinización es fundamental para la reproducción de muchas plantas. Se trata de una relación mutualista entre un animal y una planta angiosperma. Las plantas angiospermas tienen flores con estambres, que son órganos reproductivos masculinos, y carpelos, órganos reproductivos femeninos. Las flores con estambres son las que tienen polen, partículas que deben llegar a otras flores para lograr la reproducción de la planta.
Muchos animales contribuyen en la polinización, sobre todo insectos como las abejas, las hormigas y las mariposas, aunque también participan aves y mamíferos, entre ellos los murciélagos. Esta relación mutualista es de tipo servicio-recurso, pues los animales realizan el servicio de la polinización mientras que las plantas ofrecen como recurso el néctar de sus flores, principal atractivo para que los animales vayan a sus flores y se impregnen de polen.
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3. Anémona y pez payaso
La anémona de mar (orden Actiniaria) es un animal con apariencia de flor. Este organismo, primo de las medusas y los corales, produce actinoportinas, unas sustancias tóxicas con efecto paralizador. Pese a su capacidad tóxica, el pez payaso (subfamilia Amphiprioninae), un animal muy llamativo de color rojo, amarillo, naranja, blanco y negro, se lleva muy bien con este cnidario.
Cada especie de pez payaso se asocia a diferentes especies de anémonas. Estos peces son inmunes a las actinoportinas, con lo cual se pueden mover libremente entre los tentáculos de la anémona marina y hasta la usan de refugio, fuente de alimento y protección contra peces más grandes. Las anémonas se benefician de tener a estos peces como huéspedes porque eliminan sus parásitos. Esta es una relación servicio-servicio.
4. Acacia y hormiga
El cuerno de toro o cornezuelo (Acacia cornigera) es un arbusto que puede llegar a los 10 metros de altura que posee grandes espinas huecas similares a los cuernos bovinos. Entre sus troncos habitan hormigas que se alimentan de los azúcares que la planta segrega.
La presencia de las hormigas es beneficiosa para la planta porque repelen a los animales herbívoros que puedan comer sus brotes. Añadido a esto, las hormigas se alimentan de las plantas que crecen alrededor del cuerno de toro, eliminando competidores por recursos, agua, suelo, sol y nutrientes que la acacia pudiera tener. Se trata de una relación servicio-recurso.
5. Lagarto y escorpión
Los lagartos de cola espinosa del Sáhara (Uromastyx geyri) se esconden en madrigueras que excavan para protegerse del sol y los depredadores. Este reptil vive junto con el escorpión de cola gruesa (Androctonus australis), a quien da cobijo a cambio de que, si un depredador se mete dentro de la madriguera, el arácnido lo envenene con su dolorosa picadura.
6. Hormigas y pulgones
La relación mutualista entre hormigas y pulgones es muy conocida. Los pulgones (familia Aphididae) son parásitos de plantas angiospermas, pues las perjudican haciendo pequeños agujeros en las hojas donde succionan la savia. Sin embargo, su relación con las hormigas es mutualista, pues ambas especies se ven beneficiadas.
Se podría decir que las hormigas tratan a los pulgones como si fueran ganado. Las hormigas se acercan a estos insectos, de tamaño mucho menor que ellas, y los frotan con sus antenas. Cuando sucede esto, el pulgón segrega ligamaza, una sustancia que les encanta a las hormigas. Los pulgones se benefician de la presencia de las hormigas porque los protegen contra otras especies.
7. Morena y gamba roja
Las morenas (familia Muraenidae) son peces carnívoros con grandes y afilados dientes que viven en las grietas de las profundidades marinas. Estos intimidantes animales tienen el problema de que no pueden mantener su higiene bucal por sí solos, así que no pueden limpiarse los dientes tras la comida. En esta tarea le ayudan las gambas rojas, con quienes comparten madriguera. Las gambas limpian los dientes de las morenas a cambio de su protección.
8. Sapo y tarántula
Un curioso caso de mutualismo lo tenemos con los sapos y las tarántulas. Concretamente, en esta relación se ve implicado el sapo boquiestrecho (Gastrophryne carolinensis), un animal que pone sus huevos en una madriguera. La relación consiste en que el sapo permite a la tarántula vivir en su madriguera, recibiendo la protección del arácnido. Por la parte de la araña, estar en la madriguera le sirve para ser protegida de parásitos y el sapo protege sus huevos.
9. Garcillas y búfalos
La garcilla bueyera (Bubulcus ibis) es un ave pelecaniforme. Este animal sigue a cebras, antílopes, ñúes y búfalos para quitarles los parásitos, animalillos de los que el ave se alimenta. Así, el ave consigue su alimento mientras que ayuda a varios animales a mantenerse limpios y no contraer enfermedades por culpa de esos parásitos.
10. Hipopótamos y pájaros
Similar a con la garcilla bueyera, muchos otros pájaros se colocan sobre animales de gran tamaño para comerse sus parásitos, entre ellos los hipopótamos. Estos animales se benefician de las aves porque los mantienen limpios, mientras que los pájaros no solo se alimentan sino que, al estar sobre animales muy intimidantes, ninguno de los depredadores de las aves se acercan cuando están encima de los hipopótamos.
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