Nicho ecológico: qué es y cómo ayuda a comprender la naturaleza

¿Qué es el nicho ecológico? Veamos qué fenómenos biológicos quedan plasmados en este concepto.

Nicho ecológico

A día de hoy, los científicos teorizan que existen una media de 7,77 millones de especies animales en el mundo, de las cuales 953.434 ya han sido catalogadas. Desde un punto de vista tanto teórico como práctico, debe existir cierto orden entre cada uno de los integrantes englobado en estas cifras, pues el espacio físico en la Tierra es finito.

Exactamente de descubrir este orden “invisible” al ojo humano se encarga la ecología, una rama de la biología que centra su esfuerzo e interés en las relaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno. Desde la relación presa-cazador hasta los efectos de las variables climáticas sobre los organismos, esta rama de la ciencia no deja cuestión al azar en la naturaleza.

Hoy venimos a mostraros un término tan apasionante como abstracto, el cual es clave para la comprensión de la ecología como disciplina científica: el nicho ecológico. Te aseguramos que, tras leer estas líneas, no volverás a ver un paseo por el campo de la misma forma que antes.

¿Qué es un nicho ecológico?

Este concepto abstracto ha sufrido muchas modificaciones conceptuales desde que fue acuñado a principios del siglo XX. Aunque muchas de sus acepciones sean válidas, en general el nicho ecológico se puede definir de la siguiente manera: “un hipervolumen multidimensional que incluye todos los factores bióticos y abióticos con los que el organismo se relaciona”.

Para presentar el término de forma más amable al lector, aunque pequemos de reduccionistas, también se puede generalizar diciendo que el nicho es el rango de condiciones ambientales, físicas y bióticas (condicionadas por los seres vivos) en las cuales una especie, o mejor dicho una población, puede desarrollarse y perdurar en el tiempo de forma exitosa. La descripción de un nicho ecológico trata de explicar, teniendo en cuenta muchísimas variables, el porqué de las adaptaciones de los seres vivos a su entorno y su viabilidad a corto y largo plazo.

Aunque estemos ante un término bastante abstracto, diversas publicaciones científicas han asentado ciertas bases en lo referente a él. Te mostramos algunas de ellas en la siguiente lista:

  • El nicho debe ser entendido en un sentido funcional, entendiéndose como función toda interacción organismo-ambiente. No se puede confundir con el hábitat.
  • Las interacciones organismo-ambiente pueden ser cuantificadas mediante registros y experimentos basados en inferencia estadística.
  • El concepto de nicho no debe cimentarse únicamente en las observaciones directas.
  • El nicho es un atributo de los individuos de una población perteneciente a una comunidad y ecosistema particulares.
  • El nicho reporta información a nivel individual pero esta no es relevante: se busca comprender las dinámicas a nivel poblacional.

Así pues, el nicho nos permite relacionar directamente el espacio geográfico a través de la noción de un espacio multidimensional abstracto compuesto por “n variables”, donde una especie se desarrolla o potencialmente podría hacerlo. Lo sabemos, todo este conglomerado resulta un poco complejo de entender, pero en las siguientes líneas te aseguramos que todo quedará más claro.

¿A qué se hace referencia con este término en Biología?

Entrelazándose con la selección natural, el concepto de nicho nos permite postular una realidad tajante pero irrefutable, al menos en un marco teórico: dos especies que compitan por los mismos recursos no pueden coexistir localmente a menos que ocupen nichos distintos. Por lo tanto, especies ecológicamente idénticas no pueden convivir en un mismo ecosistema, pues a la fuerza una de ellas acabará siendo desplazada o sufriendo una extinción. Pongamos un ejemplo completamente ficticio pero funcional:

Si entendemos un recurso como puede ser el alimento en una región a lo largo del eje X de una gráfica, cada una de las “curvas” dibujadas representará la explotación de ese recurso por una especie dada. A los animales les “interesa” que exista la mayor distancia posible entre las curvas de distintas especies, pues si estas se solapan, se produce una intensa competición que, a largo plazo, no beneficia a nadie.

Pensemos por ejemplo en las aves insectívoras y los murciélagos de una región. Los dos son voladores, de pequeño tamaño y tienen la misma dieta: si ambas especies convivieran en el mismo espacio temporal, las “curvas de explotación de recursos” o sus nichos se acercarían peligrosamente, ¿verdad? Por ello, la solución puede ser un favorecimiento de reproducción de los individuos nocturnos en las poblaciones de murciélagos por la selección natural.

Así pues, los murciélagos empezarían a explotar un nicho nocturno a lo largo de su historia evolutiva, con todas las particularidades y adaptaciones que esto requiere. Mientras los pájaros duermen, estos mamíferos alados pueden desarrollarse por lo que, a pesar de tener necesidades similares, ambas especies evitan el solapamiento. No queremos decir que este ejemplo sea real, pero desde luego es un caso “de libro” que nos permite entender de forma sencilla lo que es un nicho ecológico.

Tipos de nicho ecológico

Una vez nos ha quedado claro el término, también debemos apuntar que existen dos tipos principales de nicho ecológico: el realizado y el fundamental.

El nicho realizado especifica el rango geográfico en base a las variables ya descritas que permite a una población desarrollarse a nivel práctico, es decir, el lugar donde efectivamente habita una población de una especie en este momento. Aunque parezca que estamos circunscribiendo el término a un “lugar”, esto no es así: seguimos hablando de un término abstracto que no hace referencia a una posición fija.

Por otro lado, el nicho fundamental explora los lugares que una especie podría ocupar en ausencia de otras especies competidoras. Así pues, un nicho fundamental se convierte en un nicho realizado cuando tenemos en cuenta las interacciones depredador-presa, enfermedad, parasitismo o competición por recursos entre los seres vivos. Quizá un pez podría vivir en la parte alta de un río según sus adaptaciones biológicas, pero puede que allí se desarrolle una especie piscívora que lleva miles de años evolucionando y explotando su nicho con éxito.

Acepciones de este término

Nuevamente, queremos hacer hincapié en que el concepto de nicho no hace referencia únicamente a un lugar físico, por tentador que pueda parecer tratarlo de forma indistinguible con un hábitat. A continuación, te presentamos una serie de acepciones en base al nicho que deben tenerse en cuenta:

  • Nicho como hábitat: las ideas tempranas del nicho se basaban en el lugar físico que los animales explotaban y el el cual se desarrollaban.
  • Nicho como rol: otros autores postulan que el nicho se encuentra más condicionado por las relaciones tróficas entre especies que por el espacio físico en sí mismo.
  • Nicho como un «hipervolumen N-dimensional»: una descripción cuantitativa de la gama de condiciones que permiten que una población persista en algún lugar.

Desde luego, la tercera acepción es la más aceptada a día de hoy. Estamos ante una combinación de lugar físico y rol, pues tanto las condiciones climáticas como la cadena trófica y otras relaciones con seres vivos son igual de importantes a la hora de predecir o conocer el área de distribución de la población de una especie.

Críticas a este constructo

Buscar una corriente científica o una idea exe nta de críticas en la comunidad de investigadores es una verdadera quimera. El nicho ecológico no podría ser distinto, pues casi ninguna postulación es intocable a día de hoy.

La dificultad de la cuantificación de un nicho ecológico exacto radica en que, para cada variable, hay que registrar de forma ideal cómo afecta cada una de ellas a la tasa de crecimiento poblacional. Por ejemplo, si una especie sobrevive a X temperatura, habría que experimentar en laboratorio con todas las posibles combinaciones ambientales que permitieran su desarrollo en lo que a este parámetro se refiere. Como podréis imaginar, esto es prácticamente imposible.

Aun así, queremos dejar claro que la dificultad operativa para la medición de un parámetro no desestima el valor de su estimación en absoluto. Como se suele decir en la comunidad científica, en muchos casos es mejor aproximar que no saber nada y, a veces, registrar la incertidumbre o asentar negativos es tan importante como cualquier otro descubrimiento.

Resumen

Como habréis podido comprobar en estas líneas, el nicho ecológico es un término complejo, abstracto y con múltiples acepciones. Si queremos que algo quede claro tras la lectura de este espacio, es lo siguiente: el nicho es el conjunto de todos los parámetros que se te ocurran que hacen que una población esté presente en un lugar concreto y no en otro. Así de complejo, así de simple.

La próxima vez que pasees por el campo, pregúntate por qué ese pájaro tan bonito vuela más alto que otro o por qué un insecto vive sobre las hojas y otro bajo las piedras. Cada ser vivo ocupa su espacio y se especializa en él: en los nichos radica la clave de la ordenación de la vida en la naturaleza.

Referencias bibliográficas:

  • Acerca del concepto de nicho ecológico, repositorio.geotech.edu. Recogido a 18 de noviembre en http://repositorio.geotech.cu/jspui/bitstream/1234/2938/1/Acerca%20del%20concepto%20de%20nicho%20ecol%C3%B3gico.pdf
  • Nicho ecológico, web.ecología.unam. Recogido a 18 de noviembre en http://web.ecologia.unam.mx/oikos3.0/index.php/articulos/tuxtlas/17-recuadros/376-nicho-ecologico
  • Una breve introducción a los modelos de nicho ecológico, researchegate.net. Recogido a 18 de noviembre en https://www.researchgate.net/publication/339181920_Una_breve_introduccion_a_los_modelos_de_nicho_ecologico

Graduado en Biología por la Universidad de Alcalá de Henares (2018). Máster en Zoología en la Universidad Complutense de Madrid (2019). Durante su carrera estudiantil, se especializó en comportamiento animal, evolución, parasitología y adaptaciones morfológicas animales al medio. En su estancia en el Máster profundizó en mecanismos evolutivos y comportamientos. También formó parte de un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales durante dos años, donde realizó investigaciones de índole evolutiva. Aquí adquirió extensos conocimientos sobre genética, heredabilidad y otras cuestiones relacionadas con el ADN. A día de hoy, se dedica a tiempo completo a la divulgación científica, realizando artículos de evolución animal y psicología y medicina humana.

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