Asistir a una entrevista de trabajo es una situación que normalmente tiende a tensar y causar nerviosismo a la mayoría de personas, ya que sabemos que vamos a ser valorados y que de esta primera impresión puede depender que seamos o no seleccionados.
Por este motivo es importante que te prepares bien para tal acontecimiento, para aumentar tu confianza y seguridad y hacerte una idea de lo que te pueden preguntar.
Una pregunta típica que suele plantear el entrevistador es cuáles creemos que son nuestras debilidades, o nuestra mayor debilidad. La necesidad de responder a tal pregunta puede dar miedo, ya que estamos expresando una cualidad negativa o no bien valorada en nosotros, pero si sabemos cómo expresarla ello puede jugar a nuestro favor, aumentando nuestra credibilidad y beneficiándonos en el proceso de selección frente a otras candidaturas.
En este artículo te planteamos algunas cuestiones que deberías tener en cuenta antes de asistir a una entrevista de trabajo y cómo tendrías que prepararte ante la posibilidad que te pregunten por tus debilidades.
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¿Cómo hablar de tus defectos en una entrevista de trabajo?
¿Quién no ha pasado por una entrevista de trabajo? Es normal que cuando estamos buscando empleo nos toque entrevistarnos con un seleccionador de trabajadores o un empleado de la empresa o lugar donde quiero trabajar, para que valoren si somos válidos y tenemos las características que están buscando para el puesto vacante.
En sí misma una entrevista de trabajo ya da impresión y tiende a crear ansiedad y tensión, es normal que nos sintamos nerviosas, ya que se plantea como una situación donde seremos evaluados y juzgados. Es la primera toma de contacto con un sujeto que trabaja en la empresa donde me gustaría entrar a formar parte y además será decisiva para poder conseguir o no el empleo. Por este motivo es importante que afrontemos la situación con seguridad y preparados para las distintas cuestiones, preguntas, que pueden surgir.
Aunque en la entrevista puede surgir alguna pregunta o tema que no contáramos con él, normalmente este tipo de entrevistas de selección siguen un patrón bastante parecido entre ellas, es decir, se tienden a plantear de manera similar. Por este motivo, te ayudará preparar cómo responderías algunos de los puntos que seguro que surgen, para así aumentar tu seguridad y confianza en ti mismo/a y adoptar estrategias eficaces e intentar asegurarnos que decimos todo lo que queremos comunicar al entrevistador.
Aun así, con preparar las respuestas a las posibles preguntas no nos referimos a plantear la respuesta de manera concreta, con esto queremos decir que debemos pensar como nos gustaría contestar qué puntos queremos que salgan en nuestra respuesta, pero no cuál será nuestra contestación tal cual, con puntos y comas, ya que es mejor dejar margen a la flexibilidad y a poder dar la respuesta según la pregunta que nos planteen. Como No sabemos con seguridad qué nos preguntará el entrevistador, nos puede ir bien pensar diferentes puntos que queramos remarcar y adaptar a distintas posibles formulaciones.
No solo en las entrevistas de trabajo; en nuestra vida en general nos cuesta expresar nuestras debilidades, dar a conocer nuestros puntos débiles, ya que creemos que sí mostramos o damos a conocer nuestros rasgos negativos o peor valorados estos causarán un rechazo en la otra persona. Pero contrario a esta creencia si sabemos comunicar de forma adecuada nuestras debilidades estas nos pueden ayudar y beneficiar incluso cuando queremos conseguir un puesto de trabajo.
Reconocer nuestras debilidades aumenta nuestra credibilidad, ya que todo el mundo tenemos puntos débiles y por tanto saber cómo expresarlos y plantearlos no nos perjudica sino todo lo contrario, nos presentamos como alguien conscientes de sus rasgos y le da veracidad a las otras respuestas dadas, que no estamos ocultando información, puesto que como hemos dicho todos tenemos rasgos negativos y no decirlos significa que queremos esconderlos o peor aún, que no somos conscientes ellos.
Así pues, con el propósito de conocernos mejor es muy probable que en una entrevista de trabajo nos pregunten por nuestra mayor debilidad, para intentar cogernos por sorpresa y ver cómo respondemos a esta cuestión, pero como nosotros ya hemos previsto esta pregunta, está también puede jugar a nuestro favor.
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Recomendaciones para comunicar tus debilidades en una entrevista laboral
A continuación encontrarás algunas recomendaciones para prepararte y saber afrontar la típica pregunta de "¿cuáles son tus debilidades?" en una entrevista de trabajo.
1. Plantéate cuáles son tus puntos débiles específicamente en relación al puesto de trabajo
Es obvio que para poder responder de manera adecuada a la pregunta de cuál es nuestra mayor debilidad primero debemos conocer cuáles son nuestros puntos débiles, pero siempre teniendo como referencia el puesto de trabajo que se oferta. La respuesta debe aportar información relevante en el contexto de la selección de personal, pues en caso de o hacerlo denotará problemas para ofrecer información que se ajuste a lo que pide la empresa, y eso nos resta valor como candidatos.
No debemos perder de vista que estamos en una entrevista de trabajo y que, por tanto, lo que le interesa al entrevistador es conocer cómo somos en el ámbito laboral. Así que cuando respondas referente a tus fortalezas y debilidades es importante que te refieras a cuestiones o rasgos que puedas aplicar o se vinculen al trabajo, ya que si no no tendrá sentido la respuesta.
Debemos ir más allá y buscar en específico una cualidad o característica nuestra que se relacione en concreto con el puesto de trabajo al que estamos optando, dado que así adquiera más relevancia.
Si no sabes con certeza cuáles son estos puntos, te puede ayudar escribir en una libreta situaciones o acontecimientos en los que crees que no actuaste bien y ver por qué se dio tal circunstancia.
De este modo, aparte de conocernos mejor a nosotros mismos mismo también podemos aprovechar para plantear qué actuaciones podríamos hacer para mejorar nuestras debilidades y cómo adaptarnos para que estas no nos afecten tanto o no tengan consecuencias negativas. Lo cual nos lleva al siguiente consejo.
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2. Da la vuelta a las debilidades
Conocer tus debilidades también te da la opción de poder plantear cómo mejorarlas o cómo has evolucionado y progresado positivamente, haciendo que estas no te perjudiquen o te frenen. De este modo también mostramos al entrevistador que aparte de reconocer todos nuestros rasgos, tenemos soluciones para que los aspectos negativos o más débiles mejoren o no nos afecten tanto, no perjudiquen al trabajo.
Mostrar que somos resolutivos y que podemos tener buenas ideas para poder resolver posibles problemas jugará a nuestro favor y ayudará a conseguir una mejor valoración, ya que lo importante no es no tener debilidades, sino saber cómo manejarlas. Estamos aprovechando las debilidades para dar a conocer una fortaleza como es saber afrontar y solucionar los problemas.
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3. Menciona tus debilidades sin pasar por alto la pregunta
Cuando planteemos nuestras debilidades es mucho mejor no mentir o intentar esconderlas respondiendo a la pregunta con un rasgo que en realidad es una fortaleza. Es habitual utilizar respuestas como “soy muy perfeccionista”, con las que realmente se está esquivando la necesidad de hablar de las propias debilidades expresando una fortaleza como si fuera una imperfección, haciendo con este hecho que perdamos credibilidad.
Es mejor que indiques verdaderamente cuál crees que es tu debilidad más relevante, poniendo un ejemplo y contexto en el que se expresa esta característica en el ámbito laboral y como ya hemos dicho antes aproveches para plantear qué solución has encontrado para que no te afecte.
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4. Conoce el puesto al que aspiras
Ser sincero y expresar tus debilidades no quiere decir que tengas que auto-sabotearte. Es importante que conozcas qué valores, características, rasgos, buscan y priman en la empresa o puesto al que optas, ya que de este modo te asegurás de que tu respuesta no suponga tu eliminación como aspirante. Por ejemplo, si quieres conseguir un puesto donde es muy importante el orden, tenerlo todo organizado, tal vez no sea la mejor opción decir que eres muy desordenado.
Sé hábil y plantea una debilidad sincera, pero sin que esta te pueda perjudicar, por esta razón aparte de conocerte a ti mismo también es recomendable que conozcas el sitio que quieres conseguir y que puedas combinar ambos criterios.
5. Primero la debilidad, después la fortaleza
Es aconsejable que si te preguntan por una fortaleza y una debilidad tuya, primero plantees la debilidad y luego la fortaleza. En diferentes estudios de psicología acerca de cómo trabaja o funciona la memoria en distintas situaciones, se ha observado que cuando es relevante que se recuerde la información en el momento presente, justo después de darla, es mejor que demos la información importante al final, ya que se produce un efecto de recencia; recordamos mejor lo último que se ha dicho. De este modo nos aseguramos el mensaje que tenga más fuerza, valga la redundancia, sea el de nuestras fortalezas.
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6. Ten no uses palabras demasiado fuertes
Otro punto a considerar cuando expreses tus debilidades es intentar no utilizar palabras como “siempre” o “nunca”, ya que son palabras totalitarias, es decir, que expresan que algo se da o no se da continuamente de un modo. Por tanto, es mejor que utilices expresiones como “a veces” o “de vez en cuando”, es decir, que no suponen que siempre aparezca tal conducta.