Si algo está claro en el ámbito del amor es que interpretar nuestras emociones a veces es tan o más complicado que jugar a suponer qué siente la persona con la que estamos. La mente humana es compleja y está llena de matices, por lo que, por ejemplo, uno no siempre tiene claro lo que quiere.
En el caso del amor esto resulta especialmente cierto, y esto no es necesariamente malo, pero cuando la relación está muy dañada, esta incapacidad para valorar lo que realmente está ocurriendo es contraproducente, ya que por inercia tenderemos a seguir haciendo lo de siempre. A continuación veremos varias pautas acerca de cómo saber cuándo se ha terminado una relación.
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Cómo saber cuándo la relación ha terminado
En las relaciones de pareja esto es especialmente problemático no saber reconocer las propias emociones, porque las incoherencias y la imprevisibilidad en cuanto a los objetivos y las motivaciones de cada uno pueden tensionar los compromisos. Un cierto nivel de tensión es relativamente normal en cualquier relación de pareja, pero, cuando se llega a un punto crítico, es importante ser consciente de que lo mejor es cortar.
Por culpa del mito de que el amor siempre implica sufrir y sacrificarse por el otro, hay quienes, pase lo que pase, ni siquiera se plantean cortar y empezar de nuevo de manera autónoma, dejando ir a la otra persona. Pero esto no es así: la vida es corta, y no hay motivos por los que apostarlo todo por una relación específica, de manera indefinida.
En las siguientes líneas encontrarás varias ayudas para reconocer dónde está el límite de lo aceptable. Sin embargo, ten en cuenta que no es necesario que una de ellas se cumplan para contar con la legitimidad de cortar. Cada persona es libre de terminar una relación si siente que es lo mejor, por los motivos que sean.
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1. Valora si hay maltrato físico o psicológico
Este es el primer aspecto a considerar, ya que el maltrato es una línea roja muy clara. Ahora bien, en las víctimas de maltrato, es frecuente que estas no reconozcan su situación o incluso la justifiquen, a no ser que se paren a pensar con detenimiento lo que ocurre. En este sentido, el maltrato psicológico puede dar problemas a causa de que en ocasiones resulta algo ambiguo o necesita de un contexto especial para ser tal.
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2. Plantéate si hay el suficiente contacto físico
El afecto y el amor son expresados no solo mediante palabras, sino también con el sentido del tacto. Sin embargo, en las parejas en las que ya no hay amor, este tipo de interacciones deja de ser un hábito frecuente.
3. Piensa en cuánto te importa el “qué dirán”
Algunas personas siguen con su pareja simplemente porque cortar con la relación causaría un impacto negativo en las personas de su entorno. La presión grupal es sorprendentemente poderosa, y actúa de manera indirecta, incluso si nadie ha hecho nada que sugiera presión, simplemente a partir de nuestras expectativas y lo que imaginamos que pasará si volvemos a la soltería.
Es por eso que merece la pena pararse a pensar si en el presente uno de los principales motivos por los que la relación sigue existiendo es el deseo de complacer a los demás, de darles una imagen amable de nosotros mismos. A fin de cuentas, una de las soluciones más directas al problema de cómo saber si la relación ha terminado es fijarse en si esta tan solo está sostenida por los demás, y no por nosotros mismos.
4. Valora la frecuencia y la intensidad de las riñas
Este es posiblemente uno de los métodos más seguidos por la gente que se propone averiguar si tiene sentido continuar o no con una relación de pareja, y es fácil saber por qué. Las riñas son crisis con un inicio y un final relativamente claros, y por eso es fácil distinguirlas de lo que se considera que es la normalidad.
Es cierto que las discusiones fuertes indican tensión y enfrentamiento, pero no dejes que capitalicen del todo tu concepto de lo que es una relación fallida. Tal y como estamos viendo, hay muchos otros fenómenos que denotan problemas en la dinámica relacional pero que, al ser más discretos, pueden ser pasados por alto.
5. ¿Se rompen los pactos básicos?
En toda relación hay un mínimo nivel de compromiso, siempre que exista una pretensión de que dure más allá de unas pocas semanas o meses. Es por eso que resulta importante fijase en si se cumplen; esto es una señal de la importancia que cada uno le da al hecho de estar en una relación con el otro.
6. Valora si puedes hablar de lo que sientes con tu pareja
Por definición, una relación de pareja debe ser un vínculo comunicativo bidireccional. No es viable tener pareja y no poder expresarle cosas importantes que quisiéramos que supiera, siempre que esto ocurra por actitudes suyas, porque esto significa que no existe la capacidad de que la otra persona se adapte a las variaciones de lo que sentimos, o incluso de que nos consuele en los momentos difíciles.
Una relación de pareja en la que solo se tenga en cuenta “la fachada”, lo que aparentamos sentir, es increíblemente pobre.
7. La otra persona nos ha dejado
Puede parecer una tontería, pero no todo el mundo reconoce el momento en el que su pareja termina con la relación. Suponen que se trata de una broma, de una estrategia para crear presi-ón, o una manera de vengarse. Pero no es así: cuando la otra persona corta, lo que está ocurriendo es justamente lo que parece, y no tenemos derecho a hacer ver que no nos hemos enterado o a actuar como si supiéramos mejor que la otra persona lo que esta quiere de verdad.
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