Los chicos somos un poco brutos a la hora de ligar. Tenemos prisas por llegar a la meta y nos olvidamos de que ellas piensan y sienten distinto a nosotros. Su autoconcepto y el nuestro son distintos; tenemos que tenerlo en cuenta para poder comunicarnos asertivamente y poder avanzar en nuestra relación.
Atraer a una chica: 8 claves (prácticamente) infalibles
Debemos aprender a leer el contexto y el lenguaje no verbal para intentar detectar qué puntos debemos trabajar en nuestra comunicación.
Por suerte, nuestra cultura está cambiando y, aunque cada vez los roles de género están siendo más homogéneos, gracias a la liberación sexual de la mujer. Es cierto que ellas reciben aún muchos lastres sociales que les hacen velar más por su autoconcepto. Por ejemplo, mucha gente sigue pensando que, una chica que se va a la cama con muchos chicos es una cualquiera y el hombre que tiene a muchas chicas es un triunfador.
Poco a poco estas falacias se irán destruyendo pero, por el momento tenemos que entender que las chicas viven cierta presión al pensar en cómo son percibidas por su entorno.
¿Cómo pensamos los chicos?
Como ya hemos apuntado, los chicos somos impacientes y, cuando queremos sexo, nos cegamos y solo vemos a la chica y nuestra meta. Nuestros intereses hacen que nos centremos en avanzar sin tener en cuenta el entorno y los pensamientos de ella; a menudo, actuamos de forma poco selectiva cuando tenemos ansias de sexo.
¿Cómo piensan ellas?
Las chicas tienen en cuenta más factores a la hora de reflexionar. Piensan en el contexto social, en la persona que tienen delante y en cómo se van a sentir después de acostarse con nosotros. Por motivos sociales y biológicos, que contaremos otro día, el sexo, para ellas, guarda una estrecha relación con su autoconcepto.
¿Qué es el autoconcepto?
El autoconcepto es la forma en que una persona se percibe y se siente consigo misma; está muy vinculado con la autoestima, que es la forma en que una persona se valora a sí misma.
Sabiendo qué es el autoconcepto y cómo influye el entorno social en el de las chicas podremos optimizar la comunicación para hacerlas sentir cómodas.
Tenemos que aprender a leer el contexto social, en la persona que tienen delante y velar por el confort y la comodidad de la interacción.
¿Qué quieren evitar las chicas?
El primer punto que debemos tener en cuenta es que, aunque es evidente, las chicas no son un objeto ni un trofeo ni nada que se les asemeje. Estaría bien que los hombres superásemos ciertas creencias machistas que hemos aprendido en nuestro desarrollo social y empezáramos a valorarlas y a cualificarlas por algo más que su cuerpo o su atractivo físico.
En el siglo XXI las chicas deciden con quién se acuestan y no tenemos que pensar en estrategias o artimañas manidas que harán que, a la larga, seamos descubiertos como unos embusteros. Aprendamos a valorar a las personas por lo que les hace únicas y deferentes de los demás y aprendamos a comunicar lo que hace especiales a los demás.
¿Qué buscan las chicas?
Por norma general, las chicas quieren sentirse especiales (igual que nosotros, vaya) y saber que el chico que tienen delante sabrá actuar en consecuencia y no las hará sentir mal con ellas mismas ni con su entorno social. Quieren sentir que la persona con la que posiblemente se acostarán es, también, una persona especial, de alto valor y que se merecen a alguien que las merezca. Cada chica es distinta y en los últimos tiempos son más las mujeres que se alejan de estos patrones culturales que, en cierto modo, son patriarcales. Pero la cultura y la moral judeo-cristiana está fuertemente arraigada, y eso conlleva que se exija socialmente ciertos patrones de comportamiento sexual a las chicas.
¿Cómo convencer a una chica? Ligar no lo es todo
A continuación, expondremos ocho puntos clave para poder comunicarnos de una forma que beneficie a la interacción y cree sólidos lazos de confianza reales. Hay que advertir que no consiste en engañar. Consiste en trabajarse a sí mismo para poder ofrecer lo mejor de uno, sin caer en la manipulación.
No basta con parecer, hay que ser. Convertirte en una persona asertiva y de alto valor no sólo te ayudará a ligar con chicas; todos los aspectos de tu vida se verán afectados positivamente si sigues estos ocho consejos.
Huelga decir que cada persona es distinta y no pretendo que estos ocho puntos sean dogmas o normas inquebrantables. Sólo son herramientas para crear la sinergia de positividad, amistad y atracción que pueda traeros momentos inolvidables y genuinos.
1. Cultívate
Es imprescindible empezar por uno mismo. Cultivar nuestras aficiones, amistades y carrera profesional, será la forma de que desarrollemos una vida atractiva y plena. Convertirnos en personas cultas, maduras y vividas nos hará ser percibidos como poseedores de un alto valor social e individual. Pensemos en qué nos gusta hacer y qué objetivos tenemos en la vida para caminar hacia ellos.
2. Comodidad y confort
Aprender a comunicarnos para hacer sentir bien a los demás, hará que las personas se sientan bien a nuestro lado. La confianza es una de las cosas más difíciles de generar en una relación. Es importante que aprendamos a desarrollar habilidades sociales que ayuden a los demás a sentirse a gusto a nuestro lado; tocar de forma cálida, aprender a escuchar y a decir las cosas amablemente… será una buena forma de empezar.
3. Sé discreto
Muchos chicos pecamos de fanfarrones; nos gusta fardar de nuestras conquistas y alardeamos de las chicas con la que nos hemos acostado. Esto hace que las chicas nos perciban como personas indiscretas y, por consiguiente, que teman acostarse con nosotros. Debemos aprender a callar y a saber cuando y a quién contarle nuestras intimidades. Tener un amigo de confianza a quién poder contarle estas cosas hará que nuestras conquistas amorosas no se conviertan en vox populi.
4. Lee el contexto
Por si no ha quedado claro, volvemos a repetirlo: nadie que se precie quiere ser juzgados socialmente como una persona poco selectiva o fácil. Eso se traduce en que, en depende de qué contextos, debemos aprender a comunicarnos de una forma u de otra. No es lo mismo hablar en la intimidad que rodeado de amigos y conocidos en una cena. Saber dónde y con quién estamos nos dará información sobre cómo comportarnos y qué podemos decir o hacer y qué no. Para que nadie sienta atacado su autoconcepto y evitar el juicio social.
5. Insinúate adecuadamente
Este punto va estrechamente ligado con el anterior. El contexto nos dará señales del cómo y cuando tenemos que sugerir que nos gustan o queremos acostarnos con ellas o darles un beso. Decir las cosas de forma sutil para que pase inadvertido nuestro mensaje para los demás, será de gran ayuda para que ella no se sienta presionada y se sienta cómoda.
6. Lee entre líneas
Que nosotros tengamos que aprender a comunicarnos con discreción es porque ellas, en parte, también lo hacen. Entender por qué dicen lo que dicen y detectar el motivo de por qué lo dicen, es fundamental para que sepamos comunicarnos con ellas y dominar las técnicas de flirteo. Raras veces las chicas se comunican de forma directa; tenemos que aprender a traducir sus mensajes indirectos y así nos ahorraremos quedar como unos “empanados”.
7. A solas, mucho mejor
Leer el contexto y comunicarnos de forma adecuada y sutil, son herramientas para comunicarnos de forma más íntima y directa. Alejados de la presión social, nos sentiremos más cómodos y podremos expresarnos más libremente para con nosotros mismos y con los demás.
8. Ten un por qué
El sexo no tiene que ser un motivo en sí mismo. Nuestro interés sexual tiene que estar fundamentado en atributos más refinados que un cuerpo bonito o porque simplemente tenemos ganas. No podemos obligar a nadie a querer sexo con nosotros. Pero sí podemos mejorar nuestro mensaje para que no seamos percibidos como alguien que sólo quiere sexo. Al fin y al cabo, si una chica no quiere acostarse con nosotros, no lo hará por muchas estrategias que empleemos. Pero si aprendemos a decir las cosas y a tener motivos, por lo menos nos desmarcaremos de las personas que sólo las ven como un objeto sexual.
En resumen
Poco a poco, la sociedad está venciendo y desprendiéndose de los lastres machistas pero, mientras tanto, conocer el autoconcepto de la otra persona, aprender a observarla y a valorarla por sus valores, facilitará nuestra comunicación. Desarrollar el noble arte de la discreción y aprender cómo y cuándo comunicar por qué nos gusta de la persona que nos atrae, será muy útil para velar por su comodidad y podrá elegir más libremente, lejos del juicio de los demás.
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