Uno de los rasgos que más se valoran de las personas es la sinceridad. Nos gusta tener en nuestro entorno a una persona que es verdadera, auténtica, genuina, que dice y hace lo que de verdad piensa.
Ser una persona sincera no se limita a soltar lo que uno piensa así, sin más. La verdadera sinceridad es asertiva, respetuosa con cómo se sienten los demás pero fiel a lo que uno piensa. Es decir verdaderas, pero evitando que duelan.
A continuación vamos a profundizar sobre cuáles son las principales características de una persona sincera, tanto para poder reconocer a una persona de este tipo como para saber qué debemos poner en práctica para convertirnos en una de ellas.
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Principales características de las personas sinceras
Antes de profundizar sobre cuáles son las características de una persona, primero debemos saber qué es la sinceridad. La palabra “sinceridad” deriva del latín “sine cera”, significando literalmente “sin cera”.
La historia detrás de esta expresión nos remonta a la Antigua Roma. Por aquel entonces, no existía el azúcar tal y cómo lo conocemos, con lo que los romanos se valían de otras opciones para endulzar sus comidas. El principal edulcorante era la miel, pero solía ocurrir que muchos apicultores no eran del todo honestos y, para tener mayores beneficios, la vendían mezclada con cera, haciéndola menos pura.
Con el paso del tiempo, la expresión “sin cera” se empezó a usar más allá de la miel, refiriéndose a una persona pura, auténtica, no falsificada, que no mezcla su genuinidad con rasgos que no le son propios. La definición más común en los diccionarios sobre lo que es ser una persona sincera viene a decir que es aquella que muestra correspondencia entre su expresión y comportamiento con el modo real de sentir y pensar. Se muestra a los demás tal y cómo es.
Al parecer, y en opinión de muchos, la sinceridad es una virtud muy rara, ya que son muchas las personas que no se muestran ante los demás con cómo realmente son. Muchas personas se muestran al resto del mundo “con cera”, mintiendo sobre cómo son, muchas veces sin tener una buena razón para ello y difícilmente pidiendo perdón por fingir su forma de ser.
Veamos cuáles son las principales características de una persona sincera, algo que sin duda nos ayudará a identificarlas y, también, a poner en práctica todo lo necesario para que nos convirtamos en una de ellas:
1. Tienen una buena autoestima
Las personas sinceras suelen tener mucha seguridad de sí mismas, la suficiente como para no edulcorar sus palabras ni ocultar sus opiniones. Saben quienes son, reconociendo sus debilidades y valorando sus fortalezas, confiando en sus recursos, experiencias y emociones para adoptar una posición.
Tienen una buena autoestima, la suficiente como para atreverse a decir lo que piensan sin miedo pero con el suficiente cuidado como para evitar hacer daño a los demás. Esta autoestima es tan alta gracias a que son conscientes de quiénes son, valoran cómo son y actúan sin hacer daño a los demás.
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2. Aceptan las críticas constructivas
A muchas personas les cuesta aceptar una crítica, por muy cierta que sea. Resulta complicado aceptar lo que los demás nos dicen si para empezar nos autoengañamos con cómo somos. No es el caso de las personas sinceras.
Las personas sinceras dan su opinión con la intención de ayudar a los demás. Dicen lo que piensan, de forma respetuosa y en forma de crítica constructiva. Esto también lo valoran para sí mismas, entendiendo que si los demás les hacen críticas es para ayudarlas a mejorar, con lo que las aceptan de buen grado siempre y cuando sean constructivas.
Naturalmente, si la crítica que reciben está claramente pensada para hacerles daño, pensada para humillarlos o perjudicarlos de alguna manera, esta no será aceptada de ninguna manera.
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3. Son responsables con lo que dicen
Las personas sinceras son responsables con lo que dicen en tanto que, cuando prometen hacer algo, realmente tienen pensado cumplirlo. Con ello no buscan el reconocimiento, sino que realmente se comprometen en algo o dan su palabra porque realmente sienten que pueden ayudar en ese sentido.
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4. Son congruentes con sus valores
Las personas sinceras son congruentes con sus valores, en tanto que lo que dicen y hacen no se contradice con aquello que piensan. Son coherentes con su comportamiento, pensamientos, ideas y palabras, algo que demuestran incluso cuando lo que opinan va en contra de la opinión de la mayoría. Aunque muchas veces no resulte sencillo defender un punto de vista, estas personas se mantienen firmes a sus principios.
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5. Dicen lo negativo respetuosamente…
Relacionado con el punto anterior, las personas sinceras dicen lo negativo pero de la forma más respetuosa y práctica posible. Si ven que alguien dice o hace algo que no le beneficia, una persona sincera no se va a quedar de brazos cruzados esperando a que el otro se dé cuenta por sí solo.
Es muy importante entender que la verdadera sinceridad no es decir la verdad bruscamente, excusado en eso de “hay que decir la verdad, aunque duela”. Ser sincero implica respetar al otro, evitar que se sienta mal y, si aún así sabemos que lo que le vamos a decir le podría doler, hacerlo de la forma más suave posible pero sincera.
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6. Y también lo positivo
Muchas veces se tiende a evitar decir palabras de admiración hacia los demás. A veces, destacar lo positivo en otras personas puede costar mucho, nos invade una especie de vergüenza. Reconocer lo bueno de los demás es un acto de humildad al que no todas las personas les resulta fácil ni están dispuestas a hacer.
Ser sincero no se limita a destacar lo malo, sino también lo bueno. Las personas sinceras dicen lo positivo que ven en los demás, para que se sientan valoradas y ayudándolas a ver que no somos solo debilidades, sino que alguna fortaleza y habilidad tenemos. Oír halagos sinceros de alguien al que admiramos puede incrementar mucho nuestra autoestima.
7. Ayudan desinteresadamente
Las personas sinceras ayudan desinteresadamente, sin doble intención. Cuando ayudan a alguien, lo hacen con el genuino deseo personal de querer ayudar a los demás, a ser mejores. No esperan recibir nada a cambio, ni tampoco un excesivo reconocimiento.
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8. Suelen ser felices
Ser sincero con los demás y, en especial, con uno mismo es algo que nos brinda paz y felicidad. Las personas sinceras sienten que el mundo que los rodea está en paz, disfrutan de una gran tranquilidad al vivir una vida plena y auténtica, no tapada por un mando de mentiras que se han intentado creer.
Como no dicen nada falso, ni mentiras ni medias verdades, no viven angustiadas por el pensamiento de “si descubren la verdad…” que muchas personas nada sinceras tienen. Su sinceridad les ofrece mucha estabilidad emocional, al saber que si su entorno se tuerce por algo, ese algo no serán ni actos ni palabras deshonestos que ellos hayan hecho.
Además, la sinceridad nos permite disfrutar de mejores relaciones, pues la gente valora mucho más a las personas sinceras, lo cual es de por sí una fuente de gran bienestar.
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