Efecto de licencia moral: qué es y cómo afecta a nuestras acciones

El efecto de licencia moral podría ser uno de los factores que nos lleve a no sentirnos culpables.

Efecto de licencia moral

¿Has escuchado alguna vez la expresión “licencia para pecar”? Se trata del equivalente al efecto de licencia moral, un fenómeno de la psicología social que permite explicar por qué a veces actuamos de forma inmoral, y además no nos sentimos mal por ello.

En este artículo te explicamos en qué consiste exactamente este concepto, según diversos investigadores, y qué efectos puede conllevar. También mencionamos algunos ejemplos del mismo, y, finalmente, a modo de reflexión, analizamos si este efecto se trata en realidad de una forma de autoengaño o de autojustificación y por qué.

Efecto de licencia moral: ¿en qué consiste?

El efecto de licencia moral, en inglés Self-licensing (“auto-licencia”) o Licensing effect, también es conocido como auto-licencia moral o efecto de la concesión de licencias.

Se trata de un fenómeno de la psicología social que describe el hecho de que una mayor autoconfianza y seguridad en uno/a mismo, en el autoconcepto y en la autoimagen hace que nos preocupemos menos por las consecuencias de un comportamiento inmoral que llevemos a cabo.

En ocasiones, este efecto también se ha denominado “licencia para pecar”, y os explicamos por qué.

Según el efecto de licencia moral, “tendríamos licencia para actuar inmoralmente” (es una licencia auto-otorgada, por supuesto), como consecuencia de sentirnos tan seguros/as de nosotros/as mismos/as.

El efecto de licencia moral, pero, también tiene otros significados; esta laxitud moral se produciría porque, justo antes de realizar un acto inmoral (o junto a él), realizamos un acto correcto o positivo desde el punto de vista ético, lo que “reduciría” la posibilidad de desarrollar un sentimiento de culpa por el acto inmoral. Sería una forma de “contrarrestar” nuestro mal acto.

Ejemplo

Pongamos un ejemplo muy sencillo para entenderlo: cada vez que nos tomamos una hamburguesa con ketchup y patatas fritas (productos muy calóricos), nos pedimos también una coca-cola light para acompañar.

Este añadido de la coca-cola, “contrarresta”, para nosotros, las consecuencias negativas de haber tomado tanta comida basura, porque lo “compensamos” con la coca-cola light. Desde un punto de vista racional, esto puede resultar bastante absurdo, pero a través del efecto de licencia moral, nos damos esa licencia para actuar “mal” o de forma inmoral.

Definiciones y descripciones

El efecto de licencia moral ha sido definido y descrito por diferentes autores e investigadores. Dos de ellos, Uzma Khan y Ravi Dhar, definieron el fenómeno como un efecto que se produce de manera inconsciente, y que otorga un impulso moral a la persona que lo manifiesta.

Aunque pueda resultar un poco difícil de entender, o incluso irracional, este “impulso moral” haría que la persona aumentase sus preferencias por ciertos tipos de acción inmoral. Según estos autores, además, en el efecto de licencia, en ocasiones tener un autoconcepto más positivo puede aumentar la probabilidad de cometer actos inmorales.

Otros investigadores, como por ejemplo Anna Merritt, junto a sus colegas, opinan que el hecho de haber llevado a cabo acciones positivas en el pasado, “liberan” a la persona a la hora de cometer actos inmorales, poco éticos o problemáticos.

Es como si los actos buenos otorgaran esa licencia o “permiso” de actuar peor en un futuro. Según Merritt, si dichas acciones positivas y morales no se hubieran realizado, la persona no sería capaz de realizar los actos inmorales que está cometiendo.

Efectos

El efecto de licencia moral puede conllevar ciertas consecuencias sociales negativas, ya que al tratarse de un efecto “permisivo” en actos inmorales, podría “permitir” que se produjeran actos de discriminación, racismo, malos hábitos alimenticios, etc.

Aplicaciones en el día a día

Hemos visto un ejemplo sencillo del efecto de licencia moral (el ejemplo de la coca-cola light y la hamburguesa), pero existen muchos más que nos pueden ayudar a entender mejor este concepto.

Siguiendo con el ejemplo de los hábitos alimenticios y de la salud, podemos imaginar otra situación que ilustre este fenómeno. Hemos ido al gimnasio y hemos hecho dos clases seguidas. Nos sentimos bien con nosotros/as mismos/as.

¿Qué ocurre luego? Salimos a la calle, pasamos por una pastelería buenísima, el olor de sus pastas nos llega desde fuera… estamos haciendo dieta, no “deberíamos” entrar ni comprar nada, pero… ¡espera!

Venimos de una doble sesión de gimnasio, donde seguramente hemos quemado muchas calorías. ¡Pues así no pasa nada! Nos damos esa “licencia para pecar”, entramos a la pastelería, nos compramos un pastel y nos lo comemos tan ricamente, sin remordimientos. Porque, total, lo compensamos con la “buena acción” anterior, es decir, las horas de gimnasio. Así es como se produce el efecto de licencia moral.

Y así podríamos encontrar multitud de ejemplos en el día a día… también en la esfera laboral, en decisiones más importantes, en la esfera emocional y de las relaciones interpersonales (por ejemplo hacer un regalo a nuestra pareja y después engañarla con otro/a), etc.

A modo de reflexión: ¿una forma de autoengaño?

Una reflexión interesante que surge entorno a este efecto es la que lo enlaza con una forma de autoengaño. Así, a raíz del ejemplo anterior (el gimnasio y la pastelería), nos puede surgir la siguiente pregunta… ¿es el efecto de licencia moral una forma de autoengaño? Pues probablemente, y en muchas ocasiones, sí. A través de este efecto, nuestra mente se “autojustifica” y se da esa licencia para actuar mal. Cada uno/a actúa como quiere, como sabe o cómo puede, nada que decir….

Pero, ¿podemos justificar esa decisión por el hecho de haber actuado bien el pasado? Seguramente no. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Nada… actuamos como actuamos porque así lo deseamos. Que más tarde justifiquemos las cosas como nos convenga, es otra historia…

Así que, el efecto de licencia moral es un fenómeno que nos puede ayudar a entender por qué muchas veces cometemos actos inmorales sin sentirnos mal por ello (lógicamente, estos actos pueden ser a pequeña escala o a gran escala…), y es que nuestra mente (y si nos ponemos más profundos, también nuestra conciencia) nos da cierta treba, cierto margen a la hora de pecar…

Esto hace que nos sintamos más tranquilos, con menos remordimientos, y con mayor probabilidad de volver a actuar “mal” (inmoralmente) en el futuro.

Referencias bibliográficas:

  • Khan, U. y Dhar, R. (2006). Licensing effect in consumer choice. Journal of Marketing Research, 43(2): 259-266.
  • Kuo, I. (2006). Licensing effect' seen in dieting, charity, hiring. Knight Ridder/Tribune Information Services.
  • Merritt, A.C., Effron, D.A. y Monin, B. (2010). Autorización moral: cuando ser bueno nos libera para ser malos. Brújula de psicología social y de personalidad, 4(5): 344–357.
  • Sachdeva, S., Iliev, R y Medin, D. L. (2009). Sinning saints and saintly sinners: The paradox of moral self-regulation. Psychological Science, 20(4): 523–528.
  • Welch, A. (2012). Licencia para pecar. Investigación y Ciencia. Mente y Cerebro, 57.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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