Resulta cuanto menos curioso pensar que, en el transcurso de la historia, se han invertido un sinfín de recursos de todo tipo en estudiar una gran variedad de temas. Sin embargo, si nos paramos a reflexionar sobre cuánto sabemos sobre qué les pasa a las mujeres durante el embarazo y en su maternidad vemos que apenas hay evidencia científica.
Independientemente de si somos madres o no, todos y todas venimos de una madre. Además, es probable que en algún momento de nuestras vidas tengamos a una mujer que se convertirá en madre a nuestro alrededor. Precisamente porque la maternidad es algo que afecta a toda la sociedad, es elemental poder entender lo que sucede en este proceso.
En este artículo veremos a qué hace referencia el concepto matrescencia. Además, ahondaremos en los cambios que se dan en el cerebro de una mujer durante el embarazo tanto a nivel estructural como funcional y veremos qué impactos genera en ellas y durante cuánto tiempo se mantienen.
¿Qué es la matrescencia?
La primera vez que se utilizó el término "matrescencia" fue en 1973. La antropóloga Dana Raphael lo utilizó para describir el proceso de transición que viven y experimentan las mujeres en el proceso de convertirse en madres.
La autora lo comparaba con los profundos cambios que se dan en la adolescencia a nivel biológico, social y psicológico con el fin de poner de manifiesto la complejidad de este proceso. Dana Raphael defendía el fuerte impacto que la maternidad tiene en las mujeres y su aportación ha sido utilizada por muchos profesionales de la psicología posteriormente.
Poder ponerle un nombre a esta transición ha permitido darle visibilidad a la importancia de la misma y, poco a poco, a fomentar el estudio y la investigación en este campo. Es importante comprender cuáles son las situaciones que pueden darse de forma natural en el proceso de matrescencia para no caer en la patologización.
Además, el trabajo que muchas mujeres hacen por dar a conocer el término está sirviendo también para empezar a instaurar un cambio de consciencia a nivel social. La mayor parte de las madres viven actualmente su transición en soledad y sin una red de apoyo que pueda acompañarlas, entender los cambios que viven y/o atender sus necesidades.
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Cambios estructurales en el cerebro
La doctora Susana Carmona, junto con su equipo, es una de las pioneras en el estudio e investigación del proceso de la matrescencia. Sin embargo, no deja de ser sorprendente que este tipo de estudios no se hayan empezado a realizar hasta 2017, fecha en la que ellas comparten sus primeros resultados.
Es innegable que falta todavía mucha bibliografía respecto al tema, pero a continuación se mencionan algunos de los principales cambios que se han observado en los estudios de neuroimagen que se han realizado en los últimos años. Los resultados expuestos a continuación se consideran específicos del embarazo.
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Volumen
Los resultados obtenidos ponen de manifiesto reducciones significativas en el volumen de materia gris en algunas áreas específicas del cerebro de las mujeres embarazadas. Es importante entender que esto no implica un déficit cognitivo sino la adaptación del cerebro al nuevo rol de la mujer.
Regiones
Se observó que las principales zonas o regiones cerebrales afectadas eran aquellas relacionadas con la cognición social. Esto permite una mejora de ciertas habilidades como la empatía y la capacidad de interpretar las necesidades del bebé.
Plasticidad
Durante el embarazo, el cerebro de las mujeres es realmente plástico. Este hecho implica una mayor facilidad para adaptarse y reorganizarse tanto durante el embarazo como en la época de puerperio que le sigue.
Cambios hormonales y cerebro
Las hormonas, tal y como se pone de manifiesto en los estudios realizados, juegan un papel crucial en los cambios que se dan durante la matrescencia. Esto, sin duda, tiene efectos también sobre el cerebro.
Destaca principalmente la importancia de hormonas como los estrógenos, la oxitocina y la prolactina. Los cambios producidos en el cerebro contribuyen a la conexión emocional con el bebé. Además, promueven las conductas de cuidado y protección y facilitan el proceso de transición a la maternidad incrementando la empatía y la cognición social.
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Cambios funcionales en el cerebro
Con todo lo expuesto hasta el momento, es esperable que todos los cambios mencionados a nivel hormonal y estructural generen cambios en determinadas funciones cerebrales. Dichos cambios se producen con la finalidad de, una vez más, facilitar la transición.
A continuación se mencionan algunos de los principales cambios funcionales observados:
- Fortalecimiento del vínculo de la díada madre-bebé.
- Mejora de la percepción de las necesidades del hijo.
- Mayor atención a las necesidades del infante.
- Promoción de las conductas de cuidado y protección al bebé.
- Mejora de la cognición social.
Impacto de los cambios durante el embarazo
Tal y como se ha expuesto a lo largo del artículo, son muchos los cambios que las mujeres experimentan en diferentes niveles en el proceso de transición a la maternidad. Los estudios realizados ponen de manifiesto que los cambios observados a nivel cerebral se mantienen, como mínimo, dos años después del nacimiento del bebé.
La poca evidencia existente —en madres humanas, porque es cierto que con otras especies animales hay algo más de información disponible— apunta a que estos cambios facilitan que la mujer pueda adaptarse a las necesidades que la maternidad y la crianza presentan.
Si bien es cierto que en este artículo hemos focalizado en los cambios observados científicamente a nivel cerebral, no podemos olvidar que somos seres realmente complejos. Es decir, las diferencias producidas a nivel cerebral pueden tener un impacto en otras áreas de la vida de la persona.
En este sentido, es importante que conectemos con la importancia de poder acompañar a las mujeres teniendo en cuenta los procesos que están viviendo y las nuevas necesidades que puedan surgir. El papel del entorno es crucial durante la matrescencia y el puerperio.
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