Para algunas personas pensar en volar en un avión puede resultar una experiencia aterradora. De pronto se ven inundadas por una serie de pensamientos oscuros, usualmente relacionados con la posibilidad de perder la vida. Estos pensamientos ocurren de manera involuntaria y cuesta trabajo modificarlos. Hay quienes, por cuestiones personales o de trabajo se ven forzadas a viajar, haciendo del vuelo un momento de mucho estrés y disconfort.
En casos más severos, se puede recurrir a la evitación, renunciando a experiencias tan gratificantes como conocer otros lugares, visitar familiares o amigos que viven lejos e incluso tomar el puesto de trabajo de sus sueños. Pero es importante mencionar que todo mundo puede volar, si se afronta la problemática de una manera adecuada.
La Psicología de las fobias
El miedo es una emoción primaria que nos alerta y prepara para enfrentar situaciones peligrosas, reales o imaginarias. En cuanto sentimos miedo se activan respuestas tanto fisiológicas, corporales y conductuales. El cuerpo inmediatamente nos asiste liberando adrenalina y cortisol, es decir, se prepara para reaccionar ante situaciones de estrés.
Se eleva la presión arterial, la frecuencia cardiaca y el azúcar para que la sangre llegue con energía y en cantidad suficiente, especialmente a los músculos; en este estado de emergencia estamos listos para enfrentar el peligro, o prepararnos para la huida.
Si el miedo es una condición humana natural que nos ayuda a responder asertivamente ante un peligro, ¿por qué para algunas personas el miedo puede convertirse en su peor pesadilla? El miedo deja de funcionar a favor de nosotros cuando la situación de peligro no está justificada. Es decir, no es lo mismo ir caminando por la calle y de pronto, ver un león, que ir caminando por la misma calle “pensando” que un león va a aparecer.
En este punto podemos hacer referencia al miedo patológico o incluso a una fobia. Fobia, en específico, se refiere a “los temores íntimos proyectados a un objeto exterior. Es un miedo intenso y desproporcionado hacia una situación o estímulo que, en principio, no debería desencadenar esa reacción”.
El miedo a los aviones
El miedo patológico o fobia a volar es una cárcel mental muy limitante y muchas personas sufren por ello. La pregunta es ¿se puede curar el miedo a volar? La respuesta es: definitivamente sí. Ninguna persona nació con miedo a volar, es “una condición que se desencadenó” debido a que en su estructura psíquica se mezclaron diferentes factores de orden social, personal, real, imaginario y/o colectivo.
El miedo a volar comienza en la base del cerebro donde está el hipocampo, es decir, nuestro cerebro primitivo, Nuestro cerebro es como un buscador, almacena información y ante determinada circunstancia recupera y utiliza esa información. Por ejemplo, estamos preparándonos para un viaje, haciendo nuestra maleta y de pronto recordamos una mala experiencia en vuelo, una película, una noticia de alguna catástrofe aérea y así automáticamente se activa la ansiedad, ahí comienza la descarga de adrenalina, el cerebro revive la situación que se vivió en otro momento.
Afortunadamente, también tenemos el lóbulo frontal, que es nuestro cerebro pensante y sabe, que el avión es uno de los medios de transportes con menos índice de accidentes, es decir, el avión es uno de los medios de transportes más seguros; pero aún así sentimos miedo, y es porque la estructura de nuestro cerebro está disociada: con una parte de nuestro cerebro entendemos que el avión es seguro, pero en otra parte, una cantidad de recuerdos o información errónea activan la ansiedad.
El tratamiento de este padecimiento consiste en reprogramar el cerebro. Es decir, en vez de que el cerebro evalúe la experiencia de volar solo a través de viejas imágenes o malas experiencias, se trabaja para que cuente con los recursos que le permiten evaluar la situación de una manera diferente y así pierda el miedo y recupere la confianza en el vuelo. Dicho de otra manera, que la persona pueda alinear el ser racional con el ser emocional para activar una nueva respuesta ante el estímulo.
Se utilizan técnicas que le permiten al paciente identificar memorias inquietantes o dolorosas con la finalidad de procesarlas y resignificarlas; identificar creencias erróneas, pensamientos automáticos irracionales y cómo afrontarlos; se utilizan técnicas especializadas de respiración, relajación y visualización. Es muy importante también proveer al paciente de información profesional relacionada con el mundo de la aviación, tanto aspectos técnicos, de funcionamiento como tecnológicos.
Si te rebasa el miedo a volar o estar a bordo de un avión considera que con una intervención profesional es posible que lo superes y disfrutes la libertad y el placer de viajar. En ¨Poder Volar” trabajamos con el método creado por el Dr. Plá, con este método hemos ayudado a miles de pasajeros cada año a recuperar su libertad.