Clayton Christensen, un influyente profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y uno de los principales teóricos de la transformación en los negocios, es especialmente conocido por su teoría de la innovación disruptiva. Es cierto que esta teoría se encuentra enfocada en el ámbito empresarial, no obstante, también tiene uso en distintas disciplinas, incluida la psicología. De hecho, se piensa que tiene aplicaciones en la salud mental y la psicoterapia.
Hace unas décadas, concretamente en 1977, Christensen publicó uno de los libros de negocios más reconocidos de los últimos 50 años: El dilema del innovador. A nadie le sorprende cuando una empresa mal gestionada quiebra, no obstante, todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando una organización buena fracasa. ¿Cómo puede ser que aquellas empresas que están bien organizadas, escuchan a sus consumidores y que invierten en nuevas tecnologías terminen en quiebra?
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¿Qué dice la teoría de la innovación disruptiva?
Esto mismo se preguntaba Christensen, y por tanto, dedicó gran parte de su vida al estudio de las empresas que funcionaban bien y sacó una paradoja interesante. El fracaso de las buenas compañías viene de decisiones que se toman cuando estas empresas son consideradas entre las mejores del mundo. Pero, ¿por qué? Se pueden dar dos aplicaciones.
En primer lugar, se puede pensar que tuvieron suerte y que realmente no eran tan buenas, y que estuvieron sujetas a una mala administración que se mantuvo oculta por los buenos resultados. En segundo lugar, a la que Christensen dedica su estudio, es que hay algo en la manera en la que son tomadas las decisiones de las buenas organizaciones, que siembra las semillas del fracaso eventual.
En suma, podemos decir que Christensen desafió las creencias de la época y afirmó que la razón del fracaso es, precisamente, la existencia de una buena administración. Además, añade que las empresas exitosas suelen centrarse en mejorar sus productos y servicios actuales, para satisfacer las necesidades de sus clientes más exigentes y rentables. No obstante, pecan a la hora de perder de vista las necesidades de los clientes menos exigentes o potenciales.
Con esto, la teoría recomienda introducir nuevos productos o servicios que sean más simples. Puede que al principio parezca inferior a los productos o servicios ya existentes, pero son más accesibles y asequibles para todos. Dicho de otra forma, en vez de mejorar lo que ya existe, la innovación disruptiva crea nuevos mercados y oportunidades de crecimiento.
Hasta ahora, para poder explicar la teoría, nos hemos centrado en el ámbito organizacional. Sin embargo, en el artículo de hoy, nos centraremos en cómo se puede aplicar la teoría de la innovación disruptiva en el campo de la psicología, especialmente en la psicoterapia. Quédate para descubrir cómo algo tan organizacional se puede transformar y ser útil en la psicología.
Aplicación en la psicología
En cuanto a la relación entre la teoría de la innovación disruptiva y la psicología, los expertos en el tema apuntan que las terapias que existen actualmente, en gran parte, se centran en mejorar la eficacia de las terapias para tratar a los pacientes más complejos y crónicos. Pos supuesto, esto deja fuera a pacientes que podrían beneficiarse de tratamientos más simples y accesibles.
Aquí es donde entra en uuego la innovación disruptiva. Con ella, se podría conseguir una mejora significativa de la accesibilidad y eficacia de la atención en salud mental. Para ello, se está planteando la creación de nuevos tratamientos y modelos de atención que tengan una mayor cobertura y así poder llegar a una población mucho más amplia.
Podríamos afirmar sin lugar a dudas que la teoría de la innovación disruptiva es una herramienta útil a la hora de repensar las prácticas existentes en psicología y psicoterapia. Sin embargo, no nos podemos olvidar que también es importante tener en cuenta que esta teoría no es la única solución para alcanzar el éxito.
De hecho, implementar una nueva forma de terapia supone mucho tiempo, esfuerzo y recursos y por supuesto, esto no garantiza tener los resultados esperados. Además, es importante aclarar que cualquier innovación en psicoterapia se basa en una sólida evidencia científica y se ajusta a los estándares éticos y profesionales de la práctica clínica.
Conclusiones
Queda claro que con sus ideas, Clayton Christensen consiguió revolucionar la gestión empresarial y todas aquellas áreas donde su teoría sea de utilidad. Actualmente, se acepta que debemos pensar diferente, o como se dice, fuera de la caja. En el contexto de la psicoterapia, una innovación disruptiva sería una nueva forma de terapia que desafía las formas tradicionales.
Un claro ejemplo sería la terapia online, ya que cambia la forma en que los terapeutas y los pacientes interactúan y se comunican. Yendo un paso más allá, la terapia online está teniendo muy buenos resultados y son cada vez más las personas que se animan a adentrarse en este nuevo mundo.
Finalmente, tal y como comentábamos al principio, la psicología es solo una de las tantas áreas donde esta teoría puede servir como herramienta. A este respecto, nos gustaría mencionar la educación. Es decir, en el ámbito educativo, una innovación disruptiva hace referencia a todo aquello que rompe con el currículum, las metodologías y las modalidades de transmisión del conocimiento tradicionales, abriendo así las puertas a nuevas alternativas de aprendizaje.
Y, ¿cómo? Las nuevas tecnologías y sus nuevos usos son clave dentro de la educación disruptiva ya que permite la introducción de avances e innovaciones en los procesos educativos. Ya no solo esto, sino que también la transformación de los tiempos, los espacios, las metodologías y las jerarquías educativas establecidas desde la propia aula cambian y ayudan a mejorar el proceso de aprendizaje, todo gracias a la teoría de la innovación disruptiva.
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