Daño cerebral adquirido: sus 3 principales causas

Este tipo de graves alteraciones del sistema nervioso puede aparecer bajo diferentes formas.

Conocer las causas que dañan el cerebro y las consecuencias originadas en el comportamiento resulta vital en el estudio de la neuropsicología. Gracias a la aparición de las técnicas de neuroimagen funcional y estructural se han podido estudiar las estructuras encefálicas dañadas desde el momento de la lesión, así como su posterior evolución. 

Asimismo, en la mayoría de los casos se observan secuelas físicas, cognitivas y emocionales que terminan generando algún tipo de discapacidad. 

Causas del daño cerebral adquirido en adultos

En las personas adultas, destacan las siguientes causas de daño cerebral adquirido (DCA).

1. Accidentes cerebrovasculares

Los accidentes cerebrovasculares (ACV) se diferencian en dos subtipos: isquémicos y hemorrágicos, siendo más frecuentes los primeros. Los ACV isquémicos se caracterizan por la interrupción del flujo sanguíneo en una zona determinada del cerebro que impide el suministro de oxígeno y glucosa, dando lugar a un infarto. Se distinguen tres causas principales:

  • Trombosis. Es la causa más frecuente en los infartos cerebrales, y su origen se encuentra en la obstrucción de una arteria debido a la formación de un coágulo o tampón de grasa.
  • Embolia. Se basa en la obstrucción de una arteria a raíz de un coágulo que es arrastrado desde el punto donde se originó. Para leer más acerca de este fenómeno puedes leer este artículo.
  • Aneurisma. Se produce cuando una arteria se dilata como consecuencia de la debilidad de sus paredes, dando la apariencia de globo expansivo.

Por otra parte, destacan los ACV hemorrágicos, basados en el derramamiento de sangre a causa de la rotura de arterias, destacando las hemorragias intracerebrales y las subaracnoideas.

2. Traumatismos craneoencefálicos

Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son la principal causa de muerte entre los más jóvenes. El daño cerebral es provocado como consecuencia de agentes externos tales como accidentes de tráfico, caídas, accidentes laborales, etc. 

Los TCE abiertos se deben a lesiones encefálicas a consecuencia de heridas en el cráneo o fracturas que alcanzan el cerebro, aunque no suelen afectar al estado de conciencia.

Por su parte, los traumatismos craneoencefálicos cerrados suelen ir acompañados de estados de coma, derivados en su mayoría de accidentes de tráfico. Destaca en estos casos la contusión con pequeñas hemorragias en vasos superficiales como daño principal, pudiéndose dar también daño axonal con la consecuente pérdida de mielina que podrá ocasionar déficits en la atención, memoria y procesamiento de la información, sobre todo cuando los lóbulos implicados son los frontales y temporales.

3. Tumores

Los tumores son procesos expansivos que pueden originarse en cualquier parte del cerebro. Estos se dividen en primarios, cando se originan en el propio cerebro, o secundarios, cuando proceden de la metástasis de otras zonas del cuerpo. La peligrosidad depende de su capacidad de infiltración en el órgano y de su capacidad de proliferación. 

Los más comunes son los gliomas, derivados de células gliales como astrocitos, siendo el glioblastoma multiforme de los más letales, ya que tiene a invadir rápidamente el tejido cerebral, de modo que cuando se diagnostica suele ser demasiado tarde para realizar un buen tratamiento.

¿Cómo se interviene médicamente?

Identificar los factores de riesgo del daño cerebral es de vital importancia para la prevención primaria, siendo los principales la edad, la vulnerabilidad genética y las enfermedades vasculares previas, así como la presencia de cardiopatías, hipertensión, obesidad y consumo de sustancias entre otros. 

El pronóstico dependerá en todo caso de la edad del paciente, así como de la extensión y de la zona cerebral afectada. En el caso del ACV el tratamiento debe ser muy rápido, ya que de lo contrario puede agravarse y producirse series secuelas, por lo que además de administrarse fármacos que reduzcan la presión arterial, frecuentemente se hace necesaria una intervención quirúrgica que reduzca la hemorragia.

Referencias bibliográficas:

  • Bilder, R.M. (2011). Neuropsychology 3.0: evidence-based science and practice. J Int Neuropsychol Soc nº 17.
  • Maas S.; Strocchetti N, Bullock R. (2008). Moderate and severe traumatic brain injury in adults. Lancet Neurol.

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