El sistema endocrino es el conjunto de órganos y tejidos del organismo que secretan una serie de compuestos conocidos como hormonas.
Estas sustancias, producidas y liberadas por las glándulas endocrinas, son vertidas al torrente sanguíneo para viajar por él y regular funciones concretas en puntos alejados de su lugar de producción.
Entre las principales estructuras secretoras de hormonas encontramos al hipotálamo, hipófisis, la glándula tiroides, la epífisis o el páncreas, entre otras muchas. Estas sustancias viajeras por nuestro sistema circulatorio modulan funciones realmente importantes en el cuerpo humano: desde el metabolismo y el crecimiento hasta la reproducción.
Por ello, la producción excesiva o deficiente de estos mensajeros esenciales puede derivar en diversos desequilibrios en lo que al balance metabólico y comportamental del individuo se refiere. Aquí te comentamos algunas enfermedades del sistema endocrino y sus peculiaridades.
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Enfermedades del sistema endocrino: entre mensajeros y controladores
Antes de sumergirnos de lleno en las enfermedades del sistema endocrino de mayor interés clínico, es necesario sobrevolar de forma rápida el mundo de las hormonas, pues no podemos entender los efectos de la falta o el exceso de las mismas sin comprender sus funciones. En general, se puede diferenciar el efecto hormonal en tres posibles sucesos:
- Estimulante: promueve la actividad de un tejido.
- Inhibitorio: disminuye la actividad de un tejido.
- Trópico: que altera el metabolismo de otro tejido endocrino.
Simple, ¿verdad? La cosa se complica si tenemos en cuenta el tipo de comunicación hormonal (endocrina, paracrina, autocrina o neuroendocrina) o la clasificación química de las sustancias (hidrosolubles y liposolubles). Por suerte o por desgracia, no nos encontramos ante una lección avanzada de bioquímica, y por ello, solo queremos dejar clara una idea. Esta es que los trastornos endocrinos se dividen en dos modalidades diferentes:
- Por demasiada secreción hormonal (hiper).
- Por déficit de secreción hormonal (hipo).
Las enfermedades del sistema endocrino se deben a que, tal y como ocurre con cualquier adaptación biológica, un elemento del cuerpo humano puede dar lugar a enfermedades a pesar de que su existencia se debe a que suele ser beneficioso. Es decir, que una adaptación puede seguir transmitiéndose a nuevas generaciones siempre que los beneficios que aporta compensen las enfermedades a las que da lugar (en concreto, las patologías que obstaculizan la capacidad para reproducirse y tener descendencia).
No hay que olvidar que las hormonas son moléculas y, por ello, no son inteligentes; y lo mismo ocurre con las glándulas que las segregan. Por ello, cuando su manera de funcionar empieza a fallar, no tienen por qué "aprender" a corregir la situación, por lo que en muchos casos se hace necesaria la ayuda externa mediante tratamientos médicos.
Estamos ante una división muy general, pero que desde luego ayuda a categorizar las distintas enfermedades del sistema endocrino de forma simple y efectiva. Ahora sí, entremos en materia.
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Sus principales tipos
Estos son ejemplos de los tipos de enfermedades del sistema endocrino más importantes, teniendo en cuenta cuáles son las patologías de esta clase más comunes.
1. Hipertiroidismo
El hipertiroidismo se presenta con un cuadro clínico característico por la hiperproducción de hormonas tiroideas por el tiroides (valga la redundancia), y obedece a múltiples causas. Según el Hospital Universitario Ramón y Cajal, esta patología afecta de un 0,3 a un 1 % de la población general. Es más frecuente en mujeres que en hombres y en la población geriátrica puede alcanzar una prevalencia de casi el 5 %. Por lo tanto, estamos ante una patología ampliamente ligada a la edad.
Entre sus síntomas más comunes se encuentra la intolerancia al calor, palpitaciones, nerviosismo, insomnio, irritabilidad, hiperquinexia, pérdida de peso e hiperdefecación. Todos estos signos son causa de la hiperproducción de las hormonas tiroideas antes nombradas, ya que estas controlan el uso de energía en muchos tejidos y procesos.
Por último y para finalizar con este breve resumen, no hay que olvidar que la enfermedad de Graves es la causa general más común de hipertiroidismo. En este trastorno, el sistema inmune ataca de forma errónea a la glándula tiroides, provocando su hiperestimulación.
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2. Hipotiroidismo
Como podemos observar por el prefijo del término, estamos ante el caso completamente opuesto. En el hipotiroidismo la glándula tiroides no produce suficiente cantidad de la hormona ya nombrada, lo que provoca diversas alteraciones en el equilibrio químico del individuo.
De nuevo, estamos ante una patología sesgada por la edad y el sexo: solo el 0,2 % de los hombres la presentan, mientras que hasta el 2 % de las mujeres pueden llegar a experimentarla en momentos avanzados de su vida.
Como en el caso anterior, la sintomatología asociada variará según la severidad del déficit hormonal. Además, estos signos son sucintos y graduales: van desde una estructura facial apagada hasta confusión y estreñimiento. Desde luego, al observar a un paciente con hipotiroidismo prolongado, es común sentir que esa persona “se le está acabando la batería”.
Es muy importante conocer que en el Sur Global y otras áreas donde el desarrollo económico es bajo esta enfermedad es muy común. Esto se debe a una carencia crónica de yodo en la dieta.
3. Enfermedad de Cushing
Cambiamos de paradigma completamente, pues ahora debemos de fijar nuestra atención en un mal funcionamiento de la hipófisis, dejando atrás a la ya conocida glándula tiroides. En este caso, la glándula endocrina en cuestión produce un exceso de la hormona adrenocorticotropina, la cual promueve la formación de cortisol (también conocida como la hormona del estrés).
Estamos ante una patología aún menos común que las anteriores, pues solo se presentan de 1,2 a 2,4 casos anuales por cada millón de habitantes. De nuevo, la mujer tiene hasta 8 veces más probabilidades de sufrirla en algún momento de su vida.
Además, esta patología no suele estar tan ligada a trastornos autoinmunes como es el caso de las dos anteriores, sino que suele presentarse tras la ingestión prolongada de medicamentos corticosteroides o por la presencia de un tumor hipofisario.
Los síntomas más comunes son obesidad por encima de la cintura, cara redonda y roja y tasa de crecimiento lenta en los niños. De nuevo, no sorprenderá a los lectores observar que estamos ante una patología que se presenta de formas variopintas y aparentemente inconexas. Como hemos podido ver hasta ahora, las hormonas regulan una serie de procesos muy diversos entre sí, por lo que es natural que las manifestaciones clínicas sean distintas.
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4. Diabetes
¿Cómo realizar una enumeración sobre las enfermedades del sistema endocrino más relevantes sin hablar de la diabetes? Por macabro que pueda parecer, nos dejamos lo más interesante para el final (desde un punto de vista epidemiológico).
La diabetes se define como una enfermedad en la que los niveles de azúcar (glucosa) en sangre están muy altos. Esto se produce por un uso o una utilización inadecuada de la hormona insulina por parte del individuo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recoge una serie de datos de gran interés acerca de esta patología:
El número de personas con diabetes aumentó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. La prevalencia de la diabetes ha aumentado del 4,7 % al 8,5 % en las últimas décadas. Se estima que en el año 2016, esta patología fue la causa de 1,6 millones de muertes.
Desde luego, estamos ante la reina de las enfermedades del sistema endocrino. Los síntomas de la diabetes incluyen aumento de la sed y de las ganas de orinar, aumento de apetito, fatiga, visión borrosa, entumecimiento de manos y pies, úlceras que no cicatrizan y pérdida de peso sin causa aparente. Dependiendo del tipo de diabetes (1 o 2) los signos pueden ser de presentación rápida o muy lenta y alargada en el tiempo.
Además, es necesario recalcar que este tipo de trastorno en el tipo 2 viene condicionado por factores extrínsecos al individuo (algo nuevo en este espacio), ya que el sobrepeso, la inactividad física, la ubicación de la grasa y la obesidad están claramente correlacionadas con el riesgo de aparición de diabetes del tipo 2.
Estamos ante una patología que se trata casi como si de una pandemia o una enfermedad vírica se tratara, pues la OMS ha puesto en marcha diversos planes de detección y prevención de este desajuste hormonal. Entre ellos encontramos a la “Estrategia Mundial OMS sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud” o “El módulo de la OMS sobre el diagnóstico y el tratamiento de la diabetes de tipo 2”. Sin duda, se trata de una enfermedad fascinante desde un punto de vista clínico, pues su surgencia y prevalencia han aumentado considerablemente en los últimos años.
Resumen
Como hemos podido ver, estamos ante una serie de patologías muy polifacéticas, pues se manifiestan con cuadros clínicos muy generalistas y de afectación variable según el exceso (o déficit) de la hormona afectada. Además, es importante recalcar que nos hemos dejado diversas enfermedades en el tintero, tales como la enfermedad de Addison, la acromegalia y diferentes trastornos de la pubertad y la función reproductiva.
Por suerte, la detección de este tipo de trastornos suele ser sencilla cuando se sospecha de ellos, pues con medir las concentraciones hormonales en sangre es suficiente para comenzar a realizar un diagnóstico efectivo. A pesar de que muchos de ellos tienen un componente genético importante o fuera del alcance del paciente (como la formación de tumores o fallos autoinmunes), es necesario recalcar que otras patologías como la diabetes se encuentran vinculadas al estilo de vida y sedentariedad de las personas.