Cada cultura, religión e incluso persona interpreta la muerte de una forma distinta, dándole una definición y significado variado a lo largo de todo el mundo.
Sin embargo, pese a la gran diversidad de lo que es la idea de la muerte y cómo es vivida esta inevitable etapa final de la vida, lo cierto es que podemos encontrar diferentes tipos de muerte teniendo en cuenta dos criterios principales: el legal y el biológico.
A lo largo de este artículo vamos a descubrir cuáles son los tipos de muerte según lo que la haya provocado y en función de lo que dice la ciencia sobre qué es el final de la vida. ¡Descubrámoslo!
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Los principales tipos de muerte
Desde que el ser humano es consciente de su existencia, también lo ha sido del final de sus días. La idea de la muerte ha sido objeto de debate a lo largo de toda la historia, atribuyéndole una causalidad y un significado distinto en función del lugar, la cultura, la religión y la filosofía a la que se le preguntara.
No obstante, en términos biológicos, podemos dar una definición escueta y breve de lo que significa: la muerte es el final de la vida, la incapacidad total del organismo de mantener la homeostasis del cuerpo mediante procesos biológicos.
En el terreno de lo espiritual, se asocia a la muerte con el final de la vida terrenal y el inicio de la celestial, habiendo un sinfín de creencias sobre lo que viene después. Si le preguntamos a los filósofos sobre qué es la muerte, aunque cada uno de ellos tenga su propia opinión sobre lo que es, todos coinciden en que la muerte es la única certeza del ser humano que tiene de sí mismo
Sea cual sea nuestra idea de la muerte, lo cierto es que son varias las formas en las que se puede dar este fenómeno. El final de la vida puede darse de forma natural o por acción de un agente exterior a la persona, desde una gravísima enfermedad hasta porque alguien, de forma voluntaria o inconsciente, ha acabado con la vida de otro individuo.
Los diferentes tipos de muerte se pueden clasificar en dos criterios principales, siendo el primero que vamos a ver teniendo en consideración qué es lo que la ha causado mientras que el segundo tiene que ver con qué opina la ciencia sobre este fenómeno.
Clases de muerte según causa
La muerte puede darse por algún fallo del organismo, un accidente o porque otra persona ha decidido acabar con la vida de alguien, entre otras.
1. Muerte natural
Prácticamente desde siempre se ha creído que las personas que llegaban a la vejez se morían simplemente por haber alcanzado una determinada edad. Como el individuo ya había vivido mucho, tarde o temprano le llegaba la hora de marcharse al otro mundo. A este tipo de muerte se le llamaba muerte natural, diferenciándola de las que se daban por accidentes o de forma violenta.
Hoy en día sabemos que todas las muertes ocurren por alguna razón, aunque no siempre la conozcamos. Que una persona mayor fallezca no se debe a que se le ha acabado el reloj de la vida, sino que ha habido algo en su organismo que ha fallado, algo totalmente normal en personas de avanzada edad cuyos mecanismos de defensa naturales se han visto deteriorados con el paso del tiempo.
Pese a que, estrictamente hablando, nadie muere porque sí, puesto que todo tiene una causa, hoy en día se sigue usando el término de muerte natural para indicar que la persona ha muerto por algo que no viene de fuera de ella.
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2. Muerte aparente
A veces, aunque en muy raras ocasiones, sucede que el organismo pierde momentáneamente todas sus funciones vitales, un fenómeno llamado catalepsia. Técnicamente, el organismo está vivo, pero aparenta no estarlo a causa de que ha entrado en un estado transitorio que en apariencia hace creer a cualquiera que la persona está muerta. El individuo que haya entrado en este curioso estado puede ser reanimado mediante diferentes procedimientos médicos.
Esto, que hoy en día se sabe que pasa, no era conocido antaño. Al no disponerse de las sofisticadas técnicas de autopsia ni tampoco de lo aparatos que monitorizan las funciones vitales, antiguamente solía pasar que, tras ver que una persona no daba señales de vida, se la consideraba difunta y se iniciaba todo el procedimiento funerario, entérrandola o quemándola viva.
3. Muerte súbita
Por algunos considerada una muerte natural, la muerte súbita es aquella en la que el individuo fallece sin causa o enfermedad aparente, o que no se sospechaba que pudiera morir a corto plazo. Este tipo de fallecimientos se caracterizan por ser inesperados y rápidos, produciéndose en recién nacidos y habiendo también riesgo de padecerla cuando se supera la cuarentena de edad.
En el caso de los recién nacidos predomina la conocida como muerte súbita del lactante, de la que se desconocen las causas aunque se cree que podrían ser problemas en el desarrollo de alguna función vital, por regla general la respiratoria. En el caso de los adultos, predominan las enfermedades cardiovasculares como causa de muerte súbita.
Se consideran muertes súbitas también aquellas que ocurren durante la primera hora de haber aparecido el síntoma que se le atribuye haber sido su causa.
4. Muerte violenta
Se considera muerte violenta cuando lo que ha provocado la defunción es completamente ajeno al funcionamiento del cuerpo. Un móvil externo ha provocado alguna acción, deliberada o no, que ha terminado provocando la muerte de la víctima de forma especialmente violenta.
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5. Suicidio
El suicidio es la situación en la que el individuo termina voluntariamente con su vida.
Quienes terminan así con su vida suelen hacerlo tras haber sufrido mucho, padeciendo algún trastorno mental como puede ser la depresión o encontrarse en una situación de la que creen que no van a ser capaces de escapar.
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6. Homicidio
El homicidio es el acto por el que una persona le quita la vida a otra de forma deliberada.
En la mayoría de los países del mundo, este acto es considerado un delito muy grave, siendo las leyes especialmente estrictas con este crimen. De hecho, es tan grave que hay estados en los que el delito de homicidio es castigado con la pena de muerte, que no es más que llevar a cabo un homicidio pero por vías legales y apoyadas por las instituciones.
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7. Muerte accidental
Se considera muerte accidental aquella situación en la que el fallecido ha muerto a causa de algo externo a su organismo, pero que no ha habido intención o voluntariedad por parte de quien haya manejado ese objeto en caso de que lo hubiere.
Las causas pueden ser muy diversas, como por ejemplo un choque con el coche, intoxicación con un alimento en mal estado o por acción irresponsable de otra persona con cualquier objeto, vehículo o lo que sea.
8. Suicidio asistido
El suicidio asistido es el tipo de muerte que se proporciona a una persona, de forma intencionada y con el conocimiento necesario, los medios necesarios para acabar con su vida, incluyendo el asesoramiento sobre las dosis letales de los medicamentos, la prescripción o el suministro de los mismos. Es el paciente quien termina voluntariamente con su vida.
Clases de muerte según la Medicina
Si bien la muerte sigue siendo un gran misterio para todo el mundo en términos filosóficos y espirituales, en lo que se refiere a la ciencia se tiene un poco claro lo que supone.
La muerte es definida como aquella situación en la que el organismo ya no realiza los procesos fisiológicos para mantener con vida al mismo, aunque son varias las formas en las que se puede dar teniendo en cuenta aspectos biológicos y fisiológicos.
Sea como sea, todos ellos implican la ausencia del proceso respiratorio, la no contracción cardíaca y/o la falta de impulsos nerviosos.
9. Muerte somática
Los organismos pluricelulares, como es el caso de nuestra especie, existen gracias a las múltiples reacciones químicas y biológicas que realizan entre sí sus células. En caso de que las células se vean dañadas, ya sea de forma natural o por acción de alguna patología, puede producirse un fallo multisistémico que comprometería la salud del organismo en su totalidad y, en caso de empeorar, ocasionar la muerte.
En el caso humano los órganos vitales como el cerebro, el corazón, los pulmones, los riñones y el hígado, en caso de resultar dañados, pueden provocar la muerte de la persona, incluso de forma instantánea en caso de que la lesión o patología sea muy grave. En función del problema que esté detrás de la muerte somática, hablamos de diferentes condiciones médicas.
9.1. Síncope
Un síncope es un fallo en el corazón debido a la falta de impulsos nerviosos que deberían llegar a este órgano. Esto provoca que la sangre no circule adecuadamente, reduciéndose el riego sanguíneo y provocando necrosis en los tejidos. Una condición asociada a este problema es el infarto agudo de miocardio.
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9.2. Astenia
La astenia es un problema médico en el que el flujo sanguíneo es débil, lo cual puede provocar diferentes patologías cardíacas.
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9.3. Anemia
La anemia es una condición médica en que se da una disminución de la cantidad de sangre en el riego sanguíneo, provocando un fallo en el corazón, casi siempre por una herida hemorrágica. La persona muere a causa de perder sangre.
9.4. Coma
El coma comienza en el cerebro lesionado, provocando la falta de envío de estímulos nerviosos al resto del organismo, pérdida absoluta de conciencia y, a corto o largo plazo, la defunción del afectado. Varias enfermedades pueden estar detrás del coma, entre ellas la meningitis, la encefalitis, la hipertensión endocraneana y el accidente cerebrovascular.
10. Necrosis
Se trata de la muerte de una célula o conjunto de ellas debido a que han sido atacadas por patógenos como bacterias, hongos, virus o cualquier otro tipo de cuerpo extraño.
Las zonas atacadas se acaban descomponiendo, pudiendo ser el foco de más infecciones a lo largo de todo el organismo a causa de que los agentes patógenos prosperan y viajan al resto del cuerpo.
11. Necrobiosis
La necrobiosis es la muerte programada de las células y, por lo tanto, es un proceso natural que no debería causar ningún problema excepto cuando se da por acción de algún tipo de factor externo o interno, como puede ser una patología, la activación de un gen o mediante acción microbiológica.
12. Muerte clínica
La muerte clínica suele ser definida como aquel tipo de muerte en la que la persona ha dejado de enviar impulsos nerviosos por su propia cuenta. Existe la posibilidad de mantenerla con vida por medio de equipos mecánicos que mantengan las funciones homeostáticas más básicas, aunque es probable que la persona permanezca en coma.
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