Las epidemias no son eventos nuevos de la historia de la humanidad, sino que han ido ocurriendo a lo largo de ella. La peste negra, el sarampión o la gripe española son ejemplo de ello. La aparición de nuevas enfermedades infecciosas han influido significativamente en el devenir de la evolución humana.
La generación de brotes infecciosos no es nada raro, es más habitual de lo que mucho pueden llegar a pensar. Pero gracias al avance de nuestros conocimientos en el ámbito de la salud, el impacto es menor de lo que podría ser en un pasado. El estudio de estos fenómenos, ha permitido conocer más sobre ellos, cómo se originan o diferenciar distintos tipos de epidemias, y así tener una ventaja en el momento de combatir con sus consecuencias.
¿Qué es una epidemia?
No podemos continuar con el tema si antes no conocemos este concepto. Del griego Epi, que significa “sobre”, y Demos, que es “pueblo”, se entiende como epidemia cuando hay un aumento significativamente alto de casos de una enfermedad concreta en una localización específica, durante un periodo de tiempo determinado. Como se puede extraer de esta definición, para afirmar que está ocurriendo un brote epidémico debe haber una rápida propagación de una afección concreta en una población determinada en muy poco tiempo.
Antes se asociaba este término a enfermedades infecciosas, es decir, malestares que son provocados por agentes externos invasivos (bacterias, virus,...); y contagiosas, que hay transmisión entre persona a persona, pero como veremos con los distintos tipos de epidemias, se ha extendido esta palabra para otros clases de afecciones. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica la obesidad como una epidemia.
Cómo ocurren los brotes
Está claro que si no hay afección, no puede haber brotes epidémicos. Pero como podemos ver siempre van apareciendo a lo largo del tiempo, y aunque actualmente se habla concretamente del COVID-19 por su impacto mundial, que más tarde se hablará de ello, van apareciendo de vez en cuando algún tipo de brote en algún país.
En el caso más sencillo de explicar es con una enfermedad infecciosa. El patógeno o agente infeccioso, por ejemplo virus o parásitos, se encuentra en un reservorio natural, como puede ser un agua estancada o dentro de un animal concreto que no le provoca síntomas, y cuando cambian las condiciones ambientales, ya sea que hace una temperatura menor o mayor humedad ambiental, se puede transmitir y llegar a las personas, provocando el malestar en ellas, activando su sistema inmunitario.
Como podemos ver, existen muchos factores para que ocurra esto, y más para que se convierta en un tipo de epidemia, como puede ser un aumento de la capacidad del patógeno de provocar la enfermedad (concepto que se conoce como virulencia), condiciones ambientales (temperatura, humedad…) y condiciones del huésped, en nuestro caso las personas (nivel actual de sistema inmune, deterioro debido a afecciones anteriores,...).
Clases de epidemias
Los científicos encargados del estudio de estos fenómenos, en otras palabras, los epidemiólogos han buscado cualquier tipo de información que puedan proporcionar la aparición de brotes para una mejor prevención contra ellos.
Como por ejemplo cómo se origina, y es este el criterio utilizado para diferenciar los distintos tipos de epidemias que existen, los cuales son los siguientes.
1. De origen común
En esta categoría se reúnen los brotes que se originan cuando se infecta a un grupo de personas por exponerse a una fuente común pero no hay transmisión entre persona a persona. Con un ejemplo se entiende mucho mejor. En un caso ficticio, un grupo de personas de un restaurante son ingresada en un hospital por malestar en el sistema digestivo por una infección de Salmonella. Como podemos extraer de aquí, el origen común de todos estos pacientes es haber comido en el susodicho restaurante comida que contenía a la bacteria infecciosa, pero no ha habido transmisión entre las personas que estaban en el local, ya que la Salmonella no tiene esa capacidad.
Este tipo de epidemia se subdivide en tres subcategoría, siendo la primera que hemos expuesto el caso de “puntual”, es decir, sólo se ha necesitado un único momento de contacto con el origen de la infección para obtener la afección.
Otros de los subtipos es la “continuada”, que es cuando se requiere un contacto continuado con la fuente del problema para caer en la enfermedad. Un ejemplo sería si hubiera una avería en el sistema de potabilización de agua, y la gente de la población que recibe esta bebiera continuamente de ella, llegaría un momento que tendría problemas en el sistema digestivo debido a las bacterias que habitan en el agua, pero necesitan estar bebiendo de forma continuada a lo largo de un tiempo para llegar a presentar síntomas.
Por último estarían los casos de “intermitente”, que sería similar al anterior, pero no es necesario una continua exposición al origen, pero tampoco con una sola toma de contacto se contagia.
2. De propagación
En este tipo de epidemia no hay una fuente común pero se propaga de persona en persona, con una gran frecuencia y cada vez hay más afectados por la enfermedad. Un claro ejemplo es la gripe estacional provocada por el Virus influenza.
La transmisión puede ser directa (por el aire, por relaciones sexuales,....) pero también de una forma indirecta como el uso de vehículos (ejemplo el contagio del virus HIV por compartir jeringillas) o mediantes vectores (ejemplo de la fiebre amarilla y el mosquito que pica entre personas).
3. Mixta
En el siguiente clase de epidemia sería el caso de la mixta, la cual es la mezcla de las dos anteriores. Es decir, la gente obtienen la infección a través de una origen común pero luego estos lo transmite a otras personas. Podemos poner el caso de un brote de shigellosis, que se traduce en infección gastrointestinal, que ocurra en una población durante la celebración de sus fiestas.
La gente ingiere un producto en esta que lleva Shigella, la bacteria que ocasiona la enfermedad. La gente vuelve a sus municipios de origen tras la fiesta y tras un periodo de incubación muestran síntomas e infecta a otras personas que encuentra alrededor. La fuente de origen es un producto en la fiesta pero la propagación se debe a las personas que contagia a otras y lo han llevado a otros puntos lejos del origen. La verdad, que estos casos son lo más vistosos.
4. Otros
Y para terminar, aquí se agrupa los tipos de epidemias que no cumplen con los requisitos para considerarlo parte de los anteriores. Los casos de zoonosis son incluidos aquí, que son enfermedades qtransmitida de animales a humanos únicamente.
Ejemplo son la enfermedad de Lyme, una afección provocada por la bacteria del género Borrelia que es transmitida por las garrapatas de roedores a humano. También se podría incluir la obesidad, ya que es un trastorno complejo pero la OMS lo califica de epidemia, pero eso ya es más complicado de hablar, ya que no hay ninguna clase de agente infeccioso o contagio.
Endemia, epidemia y pandemia
Aunque no se trata de tipos de epidemias son tres conceptos que están muy ligado entre ellos. Si recordamos, una epidemia sería un evento que ocurre un aumento inusual de pacientes afectados por una misma afección, en una población determinada en un periodo de tiempo específico. Pero en el caso de que esta enfermedad se alarga en el tiempo y aparece de forma periódica en una localización concreta, entonces pasar a ser una endemia.
En cambio si un brote epidémico se traslada de una manera rápida a más localizaciones, llegando a una propagación mundial, entonces hablamos de pandemia. Un dato curiosos sobre esto, es que en 2009, la OMS cambió su definición, ya que antes además de afecta a varios países simultáneamente, también debía presentar una alta mortalidad para considerar un brote como pandémico. Ahora no hace falta que la enfermedad tenga una alta letalidad para ser clasificada de este modo.
Por desgracia, estos días es algo que hemos podido comprobar como un virus de la familia Coronaviridae, el SARS-CoV-2 (conocido como Coronavirus), ha sido transmitido de animales (se apuntaba al pangolín, un mamífero acorazado) a humanos, y que seguidamente ha tenido una rápida propagación en la población de china, siendo en ese primer momento un brote epidémico, pasando luego a una veloz dispersión mundial, momento que pasó a clasificarse en una pandemia. El problema de esto, es que se trata de una nueva afección, por lo que hay que seguir estudiando y seguir las recomendaciones que nos llega de la comunidad científicas.
Está en manos de todos nosotros seguir los consejos para no contagiarnos y así ir bajando el número de infectados, para detener el avance de la enfermedad y poder atender a todos los pacientes sin saturar la sanidad del país.