¿Las redes sociales son “buenas” o “malas”? Seguramente, si hiciéramos esa pregunta a cientos de personas en la calle, recibiríamos respuestas muy distintas.
Los efectos de estas plataformas en nuestro día a día y en nuestra salud mental pueden ser muy variados, sobre todo en los jóvenes, quienes tienden a usar mucho estas herramientas digitales. Hoy te contaremos algunos de ellos.
Las redes sociales y la salud mental en los jóvenes
Si te estás preguntando si las redes sociales son malas para la salud mental la respuesta es: depende. Su influencia se sigue estudiando.
El uso que le demos a estas plataformas es determinante para identificar sus efectos. Algunas de las variables que inciden son la edad, el tiempo de exposición a las pantallas y, por supuesto, el tipo de contenido que se consume.
Para ver ambas visiones, exploremos algunas de las ventajas y desventajas que generan las redes sociales al cuidado de la salud mental.
Efectos positivos de las redes sociales en la salud mental
Entre sus aspectos positivos, las redes sociales brindan la posibilidad de expresarse, de crear comunidad e, incluso, de ampliar o mantener distintas conexiones que no podrían gestarse fuera de la red. Además, ofrecen la oportunidad de mejorar la comunicación activa, de abrir un espacio sano para el tiempo de ocio (según el uso que se le dé) y también para compartir experiencias y fortalecer relaciones con los amigos y familiares.
En el caso de los adolescentes, también pueden servir como una herramienta para explorar mejor su identidad y saberse “acompañado” por personas con gustos e intereses similares, incluso alrededor del mundo.
La influencia negativa de las redes sociales en la salud mental
Aunque los efectos positivos son varios, las desventajas también son evidentes, y quizás las que más resaltan al momento de abordar el tema.
¿Más trastornos mentales?
Distintos estudios, incluyendo un ensayo publicado por la American Journal of Preventive Medicine en 2017, explican que el aumento del tiempo dentro de estas aplicaciones está directamente relacionado con la sensación de aislamiento en el mundo fuera de la pantalla, y esto puede tener influencia en el desarrollo de trastornos mentales.
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Mayor ansiedad y depresión:
Por otro lado, es notorio que las redes sociales pueden tener un gran impacto en la aparición de síntomas de ansiedad, baja autoestima o depresión, que surgen a raíz de la comparación con otras personas. Allí juega un gran papel la exposición de distintas experiencias de vida, logros o lujos, por lo que la persona que se compara solo ve una vida perfecta en las cuentas de redes sociales de otros.
La ansiedad también puede aumentar debido a la alta cantidad de estímulos a la que una persona se expone a diario. Y a esto se le suman las noticias falsas que circulan por internet e, incluso, el ciberacoso, lo que puede ser un negativo en la salud mental de adolescentes y adultos.
Trastornos del sueño
¡Todo es cuestión de equilibrio! O, bueno, casi todo. Por eso se ha determinado que pasar una cantidad de tiempo desmedida en estas plataformas tienen gran influencia en el aumento de los trastornos de sueño, especialmente en la población más joven… Pero puede pasarle a cualquiera.
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Adicción y FOMO
La necesidad de estar siempre conectado puede deberse al subidón de dopamina que se genera al recibir comentarios, “me gustas” u otro tipo de elogios digitales. El cerebro, en busca de esa recompensa, siempre querrá volver y no despegarse de lo que causa ese efecto aparentemente positivo.
Y, cuando hablamos de FOMO (fear of missing out) nos referimos al miedo a perdernos de algo importante al momento de no estar conectados. Una combinación peligrosa, si nos preguntan.
Recursos para mejorar la salud mental en las redes sociales
Minimizar los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental es posible. Estas son algunas de las acciones que pueden ayudar a reducirlos:
1. Filtrar lo que consumes
Dicen que eres lo que comes, pero también lo que escuchas y lo que lees. Decidir conscientemente qué tipo de contenidos pueden ser detonantes de ansiedad, depresión, baja autoestima o demás síntomas negativos es un acto de amor hacia ti.
2. Establecer límites de tiempo
No se trata solo de lo que consumes, sino por cuánto tiempo lo haces. Si sientes que estás invirtiendo demasiado tiempo en el mundo digital, será de gran ayuda definir límites de conexión. Esto puedes hacerlo desde la configuración de tu móvil, donde puedes crear una alerta de tiempo diario e, incluso, bloquear algunas aplicaciones después de cierta cantidad de horas.
3. Verificar la información
Sí, sabemos que pueden ser muy tentadora la necesidad de compartir una noticia que nos ha impactado para ser de ayuda a otros. Sin embargo, en un mundo lleno de fake news, es importante que te tomes un respiro antes de reaccionar y compartir. Define una lista de fuentes confiables a las que puedas acudir y confirmar la información ante las dudas.
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4. Recordar que la perfección no existe
Nadie muestra el 100% de su vida en redes sociales. Así que, cuando tengas la necesidad de compararte y de pensar que tu vida es mucho menos emocionante o perfecta, recuerda que cada quien es libre de decidir qué publica o no. Esa persona con la que te comparas es tan humana como tú.
5. Priorizar la vida fuera de las pantallas
Las redes sociales pueden ser muy cool, pero la vida fuera de ellas también. Por eso te invitamos a establecer espacios para conectar en persona con tus amigos y familiares, a conocer gente nueva en actividades que disfrutes, a practicar un deporte (o los que quieras), leer un libro y conectar con la naturaleza.
Y, ¡ah!, cuando estés con gente que ames, deja el móvil a un lado: ellos también merecen tu atención.