Los 20 mitos sobre el Bullying

Estas son las creencias erróneas sobre el acoso escolar más extendidas y problemáticas.

Mitos sobre el Bullying

El bullying o acoso escolar es un fenómeno social que lamentablemente es frecuente en el entorno escolar y se caracteriza por una intención directa de maltrato físico o psicológico por parte de una o varias personas hacia un compañero de clase, dentro y/o fuera del centro educativo.

Se trata de una de las dinámicas sociales de maltrato más estudiadas en el ámbito de la psicología infantil y social, motivo por el cual los profesionales de la psicología y la educación han desarrollado diversas estrategias de intervención para prevenir y erradicar actos de acoso en el aula.

Sin embargo, parte de la solución para combatir el acoso escolar pasa por desmentir mitos sobre el bullying muy extendidos. Veamos cuáles son algunos de los más dañinos.

Los mitos sobre el acoso escolar más comunes

Aunque es un problema común en la vida de muchos niños y niñas, el bullying sigue siendo un tema desconocido para mucha gente, y del cual muchas personas siguen manteniendo ideas o mitos nocivos que no se corresponden con la realidad del problema.

Aquí encontrarás los principales mitos sobre el bullying que aún existen en la sociedad actual.

1. Son cosas de niños

Considerar que un acto tan grave como el bullying son cosas normales a esa edad e incluso que se trata de un juego es una manera irresponsable de quitarle importancia a una dinámica social que puede acabar generando problemas de salud mental en la víctima.

Diciendo que son cosas de niños solamente se consigue quitar responsabilidad a los abusadores y hacer creer a la víctima que su angustia y su sufrimiento en realidad no son para tanto.

2. Esa experiencia te hace más fuerte

Decir que el bullying fortalece el carácter o hace más fuertes a quienes lo sufren es no saber las grandes consecuencias que puede tener el acoso escolar en las víctimas, tanto en la edad infantil como de adultos.

La mayoría de personas que han pasado por situaciones de bullying suelen desarrollar casos de ansiedad, depresión, traumas, estrés, trastorno obsesivo-compulsivo y un largo etcétera de posibles trastornos psicológicos.

3. Es parte del crecimiento

De nuevo, normalizar el bullying hasta el extremo de considerar que es una etapa normal de la vida escolar o del crecimiento natural, lo único que hace es quitarle importancia y gravedad al problema.

En vez de normalizarlo, lo que deben hacer los adultos, tanto profesores como padres, es identificar cuanto antes este tipo de dinámicas de acoso y poner solución a ellos cuanto antes, de manera planificada y mediante protocolos efectivos.

De igual manera, la responsabilidad de los compañeros de clase es denunciar siempre que vean un caso de acoso escolar contra cualquier alumno.

4. Es bullying cuando hay agresión física

Como se ha indicado al inicio del artículo, existen muchas formas de acoso escolar: las más visibles son las agresiones físicas pero también existen modalidades de acoso psicológico, que son más difíciles de identificar pero igualmente dañinas.

Mitos sobre el acoso escolar

Los profesionales de la psicología consideramos que algunas formas de acoso escolar psicológico pueden ser peores que ciertas agresiones físicas, ya que ejercen un daño a la personalidad o la autoestima de la víctima y pueden dejar una huella perenne en la salud mental del afectado.

5. Las palabras no hacen daño

Así pues, podemos llegar a la conclusión que tanto las palabras como los insultos y la violencia psicológica son formas de agresión psicológica que pueden hacer más daño en la víctima que los puñetazos o las patadas.

Los insultos proferidos de manera sistemática contra una persona pueden llegar a erosionar de manera permanente tanto la salud mental de la persona, como su personalidad y nivel de autoestima.

6. Las víctimas son personas débiles

Las víctimas de bullying casi nunca obedecen a un mismo patrón y suelen ser personas de muy diverso entorno social, cultural, sexo y constitución física.

A diferencia de la opinión generalizada, las víctimas no siempre son niños débiles, bajitos o tímidos, y no siempre provienen de entornos desfavorecidos ni desestructurados.

7. El ciberbullying no es tan grave

El ciberbullying es la modalidad de acoso que se produce en el ámbito digital y en el cual los perpetuadores ejercen el acoso a una víctima desde sus redes sociales y empleando todo tipo de imágenes de la víctima, memes o mensajes hirientes.

Aunque algunas personas consideran que puede tratarse de una manera de acosar más leve, lo cierto es que puede llegar a afectar en la salud mental de la víctima igual o en mayor medida que con el bullying clásico.

8. Cualquier discusión es bullying

Algunos educadores pueden llegar a considerar que cualquier muestra de desacuerdo o discusión airada entre compañeros puede considerarse como bullying.

El bullying se realiza con la intención de humillar y herir a la otra persona y acostumbra a poner a varias personas en contra de una sola; mientras que una discusión normal está motivada por una divergencia entre opiniones.

9. Las niñas no hacen bullying

Existe una opción poco fundamentada que afirma que las niñas no hacen bullying y que éste es exclusivo de los niños.

La realidad es que el bullying es ejercido tanto por niñas como por niños y que a la hora de acosar no importa ni el género ni las circunstancias personales de la víctima.

10. Es una moda

Debido a que cada vez se conocen más casos de acoso escolar, algunas personas pueden llegar a considerar que hoy en día hay más bullying que hace décadas.

Este cambio en las dinámicas sociales y escolares simplemente se explica por el hecho de que el bullying antes no se denunciaba ni existía tanta concienciación social como la que hay actualmente.

11. No causa daño a largo plazo

El bullying puede causar muchas secuelas en las personas que lo sufren, tanto a nivel físico como intelectual y psicológico en los casos de acoso más grave.

Los insultos sistemáticos, las amenazas, las humillaciones y el acoso permanente puede llegar a causar problemas de salud mental graves en las víctimas, es por eso que no debe frivolizar con las secuelas.

12. Hay personas que lo merecen

Por muy mal que nos pueda caer alguien o por mucho que pensemos que alguien lo merece, nadie es merecedor de pasar por una situación tan grave como es el acoso escolar. Entre otras cosas, porque estas situaciones agravan los problemas relacionales que ya existían antes.

La base de la convivencia es el respeto entre todas las personas que coexisten en un centro escolar o educativo, sin llegar al extremo de acosar a nadie ni desear el bullying para nadie.

13. El bullying es fácil de reconocer

Aunque el bullying físico sea fácilmente reconocible, el bullying o acoso psicológico es más sutil y difícil de identificar, labor de la que deben responsabilizarse tanto profesores como padres.

Aunque el acoso sea sibilino y leve, los educadores profesionales deben poner en práctica las mejores técnicas y estrategias para detectar cuándo se está produciendo un caso de bullying.

14. Ignorarlo hará que desaparezca

Pese a que muchas personas puedan creerlo así, los acosadores no siguen una lógica racional y por mucho que se les ignore no siempre van a cesar en su empeño de dañar a la víctima; a veces, la falta de repercusiones negativas les anima más e incluso compiten entre sí para ver quién llega más lejos.

Es por eso que para terminar las dinámicas de acoso es necesario intervenir cuanto antes tanto por parte de profesores como de compañeros y padres.

15. La violencia se responde con violencia

Aunque en muchas ocasiones exista la tentación de enseñar a la víctima que debe defenderse con violencia y pagando con la misma moneda a su acosador o acosadores, lo cierto es que no siempre se puede resolver así.

En muchas ocasiones la violencia únicamente desencadena más violencia y puede generar que la víctima acabe también metiéndose en problemas y siendo castigada por actos violentos.

16. Los niños que se quejan son débiles

Asociar a los niños que denuncian su caso con debilidad o inmadurez es un gran error que lo que hace es revictimizar a la víctima.

Por el contrario, es importante reconocer la valentía de los niños que denuncian y asegurarles que están haciendo lo mejor para superar el problema.

17. Las víctimas siempre lo cuentan a un adulto

Por desgracia, las víctimas no siempre buscan ayuda de un adulto y muchas veces se guardan para sí mismos la situación de acoso, debido a los problemas de autoestima y la vergüenza que sufren.

Lo más recomendable para cualquier persona que se encuentre en esta situación es que denuncie cuanto antes el acoso que está recibiendo a profesores y padres.

18. El bullying es imposible de parar

El bullying se puede parar fácilmente siempre que se apliquen los protocolos estandarizados basados en la evidencia científica.

Poniendo el caso en manos de profesionales y remando en la misma dirección conjuntamente tanto padres como profesores y alumnos, el bullying puede superarse y conseguirse que cese el acoso.

Psicóloga Desirée Infante

Psicóloga Desirée Infante

Psicologia y neuropsicologia

Profesional verificado
Málaga
Terapia online

19. El ciberbullying empieza en la secundaria

El ciberbullying suele aparecer a los 14 o 15 años en adelante, no obstante también puede darse en niños y adolescentes más pequeños como puede ser a los 13 o incluso a los 11.

Esta modalidad de bullying solamente requiere de un usuario conectado a internet o a ciertas redes sociales, puesto que puede afectar a cualquier niño o niña.

20. Los padres y profesores no se enteran de nada

Los profesores muchas veces son conscientes de la situación de abuso pero en ocasiones acaban por no hacer nada al respecto.

Por el contrario, la función de los padres también es identificar este tipo de problema en sus hijos, cosa que a menudo suelen hacer con éxito.

  • Coloroso, B. (2004). The Bully, the Bullied, and the Bystander: From Preschool To High School – How Parents and Teachers Can Help Break the Cycle of Violence. Nueva York: Collins Living.
  • Halliday, S.; Gregory, T.; Taylor, A.; Digenis, C.; Turnbull, D. (2021). The impact of bullying victimization in early adolescence on subsequent psychosocial and academic outcomes across the adolescent period: A systematic review. Journal of School Violence, 20(3): pp. 351 - 373.
  • Piñuel, I.; Oñate, A. (2007). Mobbing escolar: violencia y acoso psicológico contra los niños. Madrid: CEAC.

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