En todo el mundo la muerte de un ser querido es un evento dolido. Da igual la cultura a la que se pertenezca y la religión que profese: todos lamentamos que alguien a quien queremos vaya al otro mundo.
En lo que sí nos diferenciamos es cómo cada cultura celebra y homenajea al difunto. En este vasto mundo hay todo tipo de funerales, desde soberbios y solemnes entierros hasta coloridos, alegres y musicales fiestas.
A continuación veremos los tipos de rituales funerarios más importantes, tanto hablando de las principales religiones como de algunas celebraciones funerarias muy llamativas.
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Los tipos de rituales funerarios más importantes
En todas las culturas el fallecimiento es algo dolido. Decirle adiós a alguien a quien queremos no es algo fácil. Ya sean padres, hermanos, amigos o, muy tristemente, hijos, la despedida hacia un lugar del que no tenemos la certeza de cómo es es algo doloroso. Cada cultura tiene sus propias teorías sobre qué pasa con el alma una vez abandona el cuerpo, y el funeral es un rito muy diferente de país en país.
Lo que tienen en común los funerales de cada cultura es su objetivo. Con ellos, los seres queridos del difunto pretenden expresar los sentimientos de amor y aprecio que le tuvieron en vida, y que le siguen teniendo una vez ha partido. Le quisieron en vida y, ahora que se ha ido, lo recuerdan, cuentan anécdotas sobre él y rememoran todo tipo de experiencias con él.
A continuación veremos varios tipos de rituales funerarios. Primero veremos los ritos funerarios más extendidos de las mayores religiones del planeta y, después, conoceremos algunos ritos característicos de ciudades, comunidades y países que llaman la atención por tener una forma de celebrar la muerte bien curiosa.
Ritos por religiones
Aunque hay tantas religiones en este planeta como culturas, son el islam, el judaísmo, el budismo y varias ramas del cristianismo los credos más extendidos. En cada uno de ellos hay una forma diferente de homenajear al difunto. Incluso hay variaciones entre países que profesan una misma religión. A continuación veremos los principales rituales funerarios según religión.
1. Judaísmo
Los rituales funerarios judíos ya empiezan incluso antes de que se haya fallecido. Antes de que le llegue la hora, es muy importante acompañar a la persona en sus últimos momentos, para que pueda pasar bien del mundo terrenal al espiritual.
Una vez ha fallecido, y antes de que se llegue a celebrar el entierro, el cadáver es lavado para su purificación y envuelto en un sudario blanco. Los hombres se encargan de los hombres fallecidos, y las mujeres de las mujeres.
Tradicionalmente los judíos enterraban el cuerpo del difunto directamente sin ataúd, pero dado lo poco higiénico que resultaba esto tuvieron que cambiar la norma, enterrando a sus difuntos en féretros, en los que no se ponen flores.
En la cabecera del féretro se pone una Estrella de David, de seis puntas. Los asistentes a la ceremonia le ponen encima una piedra, en señal de que se ha estado presente en la despedida. En la religión judía está prohibida la cremación, y se exige que se haga sepultura en tierra.
En el entierro los familiares directos se desgarran una prenda en expresión de dolor, ritual conocido como Kriá. Esa vestimenta rasgada se seguirá usando durante semanas como señal de un largo duelo, puesto que éste implica varias etapas y es un proceso bastante largo en comparación con otras religiones.
1.1. Aninut
El Aninut está entre la muerte del difunto y su entierro. Es el momento en el cual los familiares del fallecido están exentos de cualquier requerimiento religioso.
1.2. Lamentación
La lamentación se sucede los tres primeros días tras el entierro. Quienes están de luto deben permanecer en el hogar y no responder, ni siquiera a saludos. No se pueden afeitar ni arreglar, y deben recitar el Kadish, uno de los rezos principales de la religión judía, cuyo texto está escrito casi por completo en arameo.
Las mujeres no pueden usar ni cosméticos ni maquillarse de ninguna forma, en acto de respeto y lamento por el fallecimiento de su ser querido.
1.3. Shivá
La Shivá se da siete días tras el entierro. Continúa la prohibición de afeitarse y deben seguir vistiendo las ropas rasgadas, pero ya se pueden relacionar con la gente que le expresa su dolor.
1.4. Sheloshim
El Sheloshim se da 30 días después al entierro. El familiar ya puede salir de casa e ir integrándose otra vez en la sociedad, pero sin llegar a hacer una vida normal por completo. Es al final de este período cuando ya se pueden afeitar y arreglarse en general.
1.5. Un año de duelo
Por sorprendente que pueda aparecer, el fallecimiento de un ser querido implica mostrar un año de duelo en la cultura judía. Durante esos 12 meses está prohibido participar en fiestas, tanto públicas como privadas.
2. Budismo
El Budismo no es una religión homogénea. Tiene muchas sectas, es decir, ramas religiosas. Es por esto que hay muchas lecturas y muchas escuelas distintas, pero todas ellas comparten una misma idea sobre la eternidad de la vida: la muerte no es el fin de la vida, sino el comienzo de otra.
Los budistas creen en la reencarnación, aunque no se refieran a ella así. Piensan que el ser humano es solo el transmisor de una energía ininterrumpida, que es el resultado de fuerzas acumuladas durante existencias anteriores. Es la rueda sin fin del karma, una energía trascendente, invisible e inmensurable. En función de las acciones que haya hecho en vida el difunto, éste renacerá en un ser agradable o desagradable.
El ritual funerario varía en función de la corriente budista. Durante la ceremonia se suele leer el Libro Tibetano de los Muertos o Pardo Toichoi. El título de este libro en su idioma original, el tibetano, literalmente significa “la liberación por audición durante el estado intermedio”, describiendo para qué sirve. Según los budistas el difunto está pasando por un estado intermedio entre esta vida y la siguiente, y la lectura de este libro ayuda a facilitar este proceso.
El cadáver se prepara con formol para que pueda conservarse en casa durante siete días antes de la cremación. De acuerdo con el budismo, incinerar el cadáver permitirá que el espíritu se libere del cuerpo. Es en esos siete días que los monjes van a rezarle. Las cenizas se suelen esparcir por un río. Durante 49 días los familiares y amigos presentarán ofrendas, como bebidas y alimentos.
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3. Catolicismo
En la religión cristiana católica hay diferentes formas de proceder según la cultura. Sin embargo, son dos los rituales universales los que siguen los católicos antes y de la muerte: la unción de enfermos y la recomendación del alma, una bendición presentando al fallecido al Dios que le acoge.
Una vez ya se ha fallecido, y antes de que se realice el entierro, se asiste al velatorio. El velatorio tiene un componente psicológico muy importante, que consiste en reconocer que la persona ha muerto, que ya no está entre nosotros. También tiene la función de acompañar a los familiares para que vean que no están solas en su dolor, que hay más personas que lamentan su muerte.
En el entierro se hace una eucaristía y se da gracias en el final de la vida. Dentro de la religión católica es importante, al año o a los seis meses del fallecimiento, hacer una misa de recuerdo para hacer ver a la familiar que la gente le sigue importando aquel quien ha fallecido. Se cree en la resurrección de los muertos y la vida eterna. La muerte separa el alma del cuerpo, haciendo que la primera se encuentre con Dios.
En el catolicismo hay, en la actualidad, bastante libertad en cuanto a cómo debe vestirse el difunto. Se le puede vestir de cualquier forma, pero se suele apostar por trajes formales o alguna vestimenta que fuera significativa para él.
Se puede enterrar el cuerpo o incinerarlo, y hasta hacía relativamente poco habían muy pocas indicaciones sobre qué se podía hacer. Sin embargo, desde 2016 la Santa Sede establece que no se puede esparcir, dividir ni mantener en casa las cenizas de los católicos, ni tampoco hacer joyas con ellas, como diamantes a partir del carbono de los restos. La Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos sean sepultados en cementerios u otros lugares sagrados.
4. Testigos de Jehová
Los testigos de Jehová afrontan la muerte de forma muy serena. Esto es porque creen en la resurrección futura, y por esto no hay de qué preocuparse. No viven el sentimiento de desesperación angustiosa, porque piensan que no han perdido a su ser querido. Sí que sienten dolor y pesar, pero es más leve porque, algún día, según su sistema de creencias, su ser querido volverá. No ha desaparecido.
Dentro de los testigos de Jehová no existe un rito funerario en sí. Cuando muere un ser querido se presenta un breve discurso sobre la esperanza de vida que da la Biblia para ir a parar a un mundo mejor. Se habla del difunto, de sus convicciones y de sus fortalezas. El velatorio se hace en un sitio sobrio, sin símbolos religiosos.
Entre los testigos de Jehová generalmente se opta por la cremación. Lo más importante durante el fallecimiento de alguien es asegurarse de que la familia se sienta apoyada por la Comunidad.
5. Islam
En el Islam se enseña que la muerte es un decreto divino, que puede llegar en cualquier momento. Se recomienda afrontar estos duros momentos diciendo “Todos somos de Dios y a Él hemos de volver”, expresión que detrás viene a significar que se debe aceptar la situación, ser paciente y mostrar tristeza, no ira ni furia.
Un aspecto interesante de la religión musulmana es que se cree en la resurrección, que no la reencarnación. Desde esta religión se contempla la muerte como el final de una etapa y, a su vez, el inicio de otra.
Tras el fallecimiento el difunto es colocado sobre su costado derecho, orientado dirección la Qibla, es decir, la dirección hacia la Kaaba en la Meca, Arabia Saudí. El cadáver se lava, siendo las mujeres quienes se encargan de las mujeres y los hombres de los hombres. Se le cierran los ojos y se le cubre el cuerpo con tela blanca de algodón. El cuerpo será enterrado orientado hacia la Meca y nunca se debe incinerar, puesto que esta religión lo prohíbe.
Se hacen muchas súplicas por el fallecido y se le dedica la lectura del Corán, ya sea parcial o entera. En todos los casos se recomienda un entierro rápido y un funeral sencillo. El funeral es un momento para la congregación de la familia y los conocidos, recordando los buenos momentos con la persona fallecida y perdonándole sus errores.
6. Iglesia Evangélica
La Iglesia Evangélica cree en la resurrección, que no se debe confundir con la reencarnación ni en la disolución. La muerte implica pasar a la eternidad ante la presencia de Jesucristo. La muerte no es el final.
Hay un elemento de tristeza, de dolor por la separación, pero también son tiempos para la esperanza y la trascendencia. El cuerpo del difunto es velado en el tanatorio, en donde los líderes religiosos y los miembros de la comunidad estarán presentes, dado que los evangelistas están muy unidos.
Antes del entierro se realiza un servicio religioso, con cánticos y lecturas de la Biblia. En toda la ceremonia impera la sobriedad y se prefiere la sencillez. Lo importante es el sentimiento personal, solemne, y no lo superfluo ceremonial. No hay ni velas, ni flores ni crucifijos.
Rituales según país
Después de haber visto los principales rituales funerarios según religión, es el momento de ver los más interesantes según cada cultura, sea esta cristiana, musulmana, budista o cualquier otra religión no tan mayoritaria pero que, desde luego, su cosmovisión y rituales funerarios no pasan desapercibidos.
1. Los cráneos de Bolivia
Muchas de las gentes de los Andes creen que las personas tienen siete almas, las cuales van a lugares diferentes cuando la persona fallece. Una de estas almas se queda en el cráneo del difunto, y tiene el poder de visitar a los vivos a través de sus sueños, con el fin de curarlos y protegerlos.
Es por esta creencia que muchos bolivianos guardan los cráneos de sus seres queridos en sus casas. No sienten ningún tipo miedo ante las calaveras y, de hecho, las exponen en vitrinas y altares. Muchas familias los guardan en algún lugar bien visible del hogar para que los proteja.
El 9 de noviembre se celebra la festividad de las Ñatitas o Día de los Cráneos. Es durante este día en el que los familiares los visten con sombreros de todo tipo o gorros tradicionales de lana andina, y son coronados con flores ornamentales. Los cráneos se llevan a una capilla especial, en donde asistirán a misa. Estos restos óseos son tratados como cuando estaban vivos, ofreciéndoles cigarrillos, hojas de coca o bebidas alcohólicas.
2. Funeral zoroástrico
Los parsis son un pueblo originario de la antigua Persia que, en la actualidad residen en la India, descendientes de persas que se refugiaron en ese país cuando su nación original fue conquistada entre los siglos VIII y X por los árabes.
Su comunidad es fiel a la religión zoroástrica, posiblemente la religión organizada más antigua del mundo. El zoroastrismo sigue las enseñanzas del profeta iraní Zaratustra y en la actualidad tiene cerca de 2 millones de creyentes. En ella se dicta que debemos ser respetuosos con los cuatro elementos de la naturaleza, a saber: agua, fuego, tierra y aire. Esta máxima afecta a su estilo de vida y, también, a cómo celebran la muerte.
Los parsis colocan a sus difuntos en lo alto de los Dakhma o Torres del Silencio, que son estructuras funerarias hechas a base de dos torres con una cúpula en medio. Una vez ahí, los cadáveres son descarnados por los buitres, quienes se darán un festín con sus carnes. Así, entre picotazo y picotazo, los huesos son limpiados por las aves y, después, los rayos del sol se encargarán de calcinar los restos óseos.
Este tipo de funeral es muy respetuoso con los cuatro elementos, fundamentales para los zoroástricos. No entierran el cadáver ensuciando la tierra, ni lo arrojan al agua ni lo queman con fuego dado que, así, contaminarían el aire. Agua, fuero, aire y tierra se mantienen limpios mientras que el ciclo de la vida sigue funcionando.
3. Cremación balinesa
En Bali morirse es una fiesta, y si el difunto es una personalidad conocida o aristocrática, todavía más. En la tradición balinesa la cremación libera el alma para que ésta sea libre y pueda habitar un nuevo cuerpo.
Un conocido caso de ello es la cremación del líder Agung Suyasa, jefe de la familia real de la ciudad de Ubud. En 2008 se celebró su cremación, siendo Suyasa incinerado para que sus elementos terrenales pudieran liberar su alma y esta alcanzara el cielo a través del chorro de chispas del fuego.
Para lograr esto, en la pira real se colocaron los 68 cuerpos de sus plebeyos recientemente difuntos y otros 3 de miembros de la familia real. Esta celebración en concreto es considerada la más impresionante de Bali, dado que este funeral estuvo envuelto en el misticismo y el hipnotismo del fuego.
4. Jazz en Nueva Orleans
Morirse en Nueva Orleans, Luisiana, es también una fiesta. Los funerales ahí son un equilibrio entre la alegría y el dolor, acompañado por el jazz de una banda de músicos. Al principio de la celebración, la banda toca cantos dolorosos pero, una vez el cuerpo está enterrado, la música va volviéndose en más animada.
Con el ritmo de la música los asistentes empiezan a bailar catárticamente. Cierto que se ha venido a honrar al fallecido y ¿qué mejor manera que hacerlo sintiendo alegría porque esté en un lugar mejor? Los muertos se reúnen con el creador, y los vivos deben aprovechar que siguen estándolo, y bailar es uno de esos placeres de la vida que nos recuerda lo vivos que estamos.
Referencias bibliográficas:
- Long, T. G. (2009). Accompany Them with Singing: The Christian Funeral. Louisville, KY: Westminster John Knox Press.
- Roach, M. (2004). Stiff: The Curious Lives Of Human Cadavers. Penguin. ISBN 978-0141007458.