Las rupturas de pareja son, en la mayoría de los casos, una experiencia emocionalmente dolorosa, incluso si nosotros somos la persona que ha decidido dar por terminada esa relación; es por ello que no son pocas las personas que deciden asistir a psicoterapia pocas semanas después de haber pasado por ello.
Sin embargo, algo que se suele pasar por alto es que esta clase de vivencias no son tan solo algo que nos hace sentir mal y que debemos resignarnos a atravesar cuando se da esta circunstancia; también es una experiencia de la que podemos aprender y que, incluso, nos puede aportar elementos para crecer como personas y relacionarnos mejor con nosotros mismos. Por eso, aquí hablaremos acerca de cómo podemos hacer que el proceso de superar una ruptura de pareja sea, además, un proceso de mejora de la autoestima.
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¿Qué relación hay entre las relaciones de pareja y la autoestima?
Empecemos definiendo el concepto de autoestima. La autoestima es la combinación de patrones de pensamiento que nos llevan a vernos a nosotros mismos de un modo determinado y a sentirnos de una manera concreta con esa concepción del “Yo” que creamos en nuestra mente a partir de ello. Es decir, que la autoestima es la combinación de ideas y creencias desde las que componemos una imagen de nuestra propia identidad, y el conjunto de emociones y sentimientos que asociamos a esa identidad. Por lo tanto, tiene una parte que puede ser expresada en palabras, y otra que es de naturaleza emocional y solo experimentamos de manera directa nosotros mismos.
¿Cómo interactúa nuestra autoestima con el hecho de experimentar una relación de pareja? A través de estos procesos psicológicos:
- La relación en pareja reordena nuestras prioridades y nuestros valores (para adaptarnos a la vida en común con otra persona importante para nosotros).
- Nuestra autoestima se nutre de las comparaciones que realizamos entre nuestras acciones y los valores que tenemos como referencia.
- El hecho de convivir o de interactuar mucho con nuestra pareja hace que la visión que esta tiene sobre nosotros influya en cómo nos vemos, aportándonos ideas, observaciones sobre nuestro aspecto y manera de comportarnos, etc.
- La vida en pareja nos lleva a adoptar un estilo de vida algo distinto al que llevaríamos si no tuviésemos pareja, y esta manera de vivir influye en lo que hacemos y lo que aprendemos sobre nosotros mismos.
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Un vínculo psicológico con mucho potencial
Tal y como hemos visto, la autoestima no es un elemento psicológico que surja en nosotros de manera aislada de lo que nos rodea; se trata del fruto de un proceso de interacción entre nosotros y el resto del mundo, y en el que tienen especial influencia las personas más importantes para nosotros, las ideas que hemos interiorizado a través de la educación, la información transmitida mediante los mass media e Internet, etc. Y, por supuesto, eso implica que nuestras relaciones de pareja también tienen un efecto significativo en cómo nos vemos y cómo nos sentimos con nuestra propia identidad, para bien o para mal.
De este modo, el hecho de tener una pareja que nos dé su apoyo, nos ayude a ser conscientes de nuestras cualidades positivas y nos haga ver cómo podemos aprender de nuestros errores, será un factor que equilibre nuestra autoestima.
Y, por el contrario, si nos involucramos en una relación de pareja dañina, la exposición constante a ese tipo de críticas injustas y/o a la influencia de alguien que solo destaca nuestras imperfecciones y no nuestros logros, hará que seamos también demasiado duros a la hora de valorarnos a nosotros mismos.
Por no hablar de los casos en los que se produce un auténtico maltrato psicológico durante meses o años, algo que produce estragos en la salud mental de las personas: por ejemplo, los intentos de manipulación emocional a través de lo que se conoce como gaslighting lleva a muchas víctimas a poner en duda su propia capacidad para entender lo que ocurre a su alrededor en su día a día (algo que es aprovechado por el maltratador o maltratadora para alimentar una dinámica de dependencia y tener siempre la autoridad en la relación).
Pero afortunadamente, la existencia de esa conexión entre la autoestima y las relaciones de pareja significa que incluso cuando se ha salido de un noviazgo o un matrimonio muy dañino, podemos aprovechar la crisis que supone la ruptura para reconstruir el modo en el que nos vemos y nos valoramos… Llegando incluso a disfrutar de una autoestima más equilibrada y estable que la que teníamos antes de iniciar esa relación. Veamos cuáles son los pilares psicológicos en los que se sustenta este proceso.
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Las claves de la mejora de la autoestima a partir de una ruptura
Estas son las principales ideas desde las que se parte en psicoterapia para ayudar a las personas que, además de estar pasando por un mal momento a causa de una ruptura, sienten cómo su autoestima se encuentra en un estado de vulnerabilidad.
1. Más espacio para construir nuestra propia narración de lo ocurrido
La ruptura hace más fácil elaborar nuestra propia interpretación de lo que hemos vivido, sin exponernos constantemente a las opiniones y puntos de vista de la otra persona (que no tienen por qué estar equivocados, pero parten de un marco de referencia y de unos valores diferentes a los nuestros). Esto os ayuda a comprender mejor nuestras propias acciones, nuestras emociones y sentimientos presentes tanto en la relación como en la ruptura, y ser más comprensivos con nosotros mismos.
Pero hay que tener en cuenta que el simple hecho de no tener pareja y disponer de tiempo no nos asegurará que aprovechemos este potencial; hay que aplicar estrategias y ejercicios de autoconocimiento, como por ejemplo la rutina de ir tomando notas en un diario de emociones.
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2. Una apreciación renovada por el aquí y ahora
La ruptura de pareja supone dejar de contar con la participación de una persona importante para nosotros en nuestro día a día, al menos tal y como lo teníamos planteado durante el tiempo que duró la relación. Sin embargo, esto también significa que disponemos de más tiempo para nosotros mismos y, en concreto, para conectar con el momento presente sin estar sujetos a las tensiones de determinados planes de futuro en pareja, ciertas expectativas y requisitos para que la vida en común sea sostenible, etc.
Esto nos ayuda a re-sintonizar con nuestros intereses y desarrollar habilidades y aficiones que nos permiten ver mejor aquello que se nos da bien, pero además, nos permite aprovechar esta etapa para dejar de pensar tanto en el futuro y comprender cómo hemos llegado a ese momento, lo cual permite aprender de los errores, en vez de limitarte a sufrir sus consecuencias sin entender lo que ocurre.
En este sentido, el Mindfulness es un recurso muy valioso, porque nos ayuda a centrar nuestra atención en el momento presente, dejando ir pensamientos recurrentes, preocupaciones que hemos estado alimentando de manera involuntaria durante días o semanas, y nos ayuda a centrarnos en lo que nos ocurre sin darle más importancia de la que realmente tiene. Este proceso de “reset” psicológico nos ayuda a encarar nuestros problemas y necesidades de una manera mucho más constructiva.
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3. Nos da la oportunidad de dejar de sentirnos tan vulnerables aprendiendo de los errores
Incluso si hemos pasado por una relación de pareja dañina, esta fase post-ruptura nos ayuda a echar la vista atrás e identificar esas “red flags” que estaban asociadas al comportamiento problemático de la otra persona y/o de nosotros mismos; señales de que lo que estaba ocurriendo tan solo contribuía a empeorar la relación. El hecho de saber que somos capaces de identificar estos inicios en sus primeras manifestaciones y prevenir su influencia puede ser experimentado como un gran avance personal (y en muchos casos nos hace conscientes de que estamos más preparados para conocer a otras personas).
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4. Notar cómo somos capaces de procesar el malestar es en sí un refuerzo para la autoestima
Si bien en un inicio es muy común la sensación de fuerte angustia y de vértigo por notar que esa relación ha llegado a su fin, el hecho de darnos cuenta de cómo somos capaces de afrontar y gestionar ese malestar es, si lo hacemos bien, una experiencia de mejora de la autoestima: lo que antes parecía imposible ha pasado a ser algo que hemos integrado en nuestra identidad y que, si bien puede generar cierto dolor durante los primeros meses, sabemos que cada vez se nos da mejor aceptarlo e incorporarlo en nuestros recuerdos, lo cual es una muestra de nuestra capacidad para afrontar crisis.
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Soy psicóloga con más de 12 años de trayectoria profesional en el sector, y ofrezco sesiones individualizadas de manera presencial u online por videollamada. Además, también podemos trabajar desde los cursos de 8 semanas de Mindfulness MBSR para la mejora de la autoestima y el autoliderazgo.
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