Enuresis secundaria en niños y niñas: síntomas, causas y tratamiento

Veamos las características de la enuresis secundaria tal y como se da en la infancia.

Enuresis secundaria en niños y niñas

La enuresis, también conocida como incontinencia urinaria, podría definirse como la emisión de manera repetida de orina involuntariamente durante el día o por la noche mientras se está durmiendo. Para que esa incontinencia pueda tenerse en consideración para llevar a cabo un diagnóstico y el pertinente tratamiento, debería cumplir una serie de criterios.

Por otro lado, podemos encontrar diferentes tipos de enuresis: diurna o nocturna, primaria o secundaria. La enuresis secundaria en niños y niñas es sobre la que vamos a hablar en este artículo y está caracterizada fundamentalmente por el comienzo de la incontinencia urinaria una vez que hayan pasado al menos 6 meses después de haber aprendido a controlar la vejiga.

En este artículo hablaremos con más detalle acerca de la enuresis secundaria en niños y niñas, pero primero es importante ver en qué consiste el diagnóstico de la enuresis de acuerdo con los criterios diagnósticos y estadísticos de los manuales de referencia a nivel internacional.

El diagnóstico de la enuresis

En los principales manuales diagnósticos, el DSM-5 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría y el CIE-11 de la Organización Mundial de la Salud, podemos encontrar unos criterios para diagnosticar la enuresis bastante similares, tal y como podremos ver a continuación.

Los principales criterios diagnósticos para la enuresis de acuerdo con el manual DSM-5 con los siguientes:

  • Que se produzca en lugares inapropiados una emisión de orina de forma repetida (involuntaria o voluntariamente).
  • La enuresis es significativa a nivel clínico (al menos 2 episodios a la semana durante por lo menos 3 meses).
  • El niño debe tener al menos 5 años de edad para poder realizar el diagnóstico de la enuresis.
  • La enuresis no se debe de manera exclusiva al efecto fisiológico de alguna sustancia ni tampoco a una enfermedad médica.
  • Se debería especificar si la enuresis es solamente diurna, nocturna o ambas.

Por otro lado, en el CIE-11 la enuresis se encuentra dentro de la categoría de los “trastornos de eliminación”, siendo los criterios diagnósticos los siguientes:

  • Micción de orina repetida en la cama y/o en la ropa, ya sea durante el día o durante la noche.
  • El niño debe tener al menos 5 años de edad.
  • Normalmente la micción se produce de manera involuntaria.
  • La enuresis no se explica por condiciones de salud que interfieren con la continencia o por alguna anomalía en el tracto urinario.
  • Especificar: nocturna, diurna, o ambas; sin especificación.

Dichos criterios sirven para realizar el diagnóstico a nivel general; sin embargo, para poder hacer el diagnóstico de la enuresis secundaria en niños y niñas hacen falta algunos criterios añadidos como veremos en el siguiente apartado.

¿En qué consiste la enuresis secundaria en niños y niñas?

Ahora que ya hemos visto cuáles son los criterios diagnósticos de la enuresis de acuerdo con el DSM-5 y el CIE-11, es el momento de especificar en qué consiste la enuresis secundaria en niños y niños. Posteriormente veremos cuáles serían las posibles causas de esta afección que causa este tipo de incontinencia urinaria, cabiendo destacar que la enuresis secundaria es bastante menos común que la primaria.

La enuresis secundaria se caracteriza principalmente por el comienzo de la incontinencia urinaria, de manera involuntaria normalmente, una vez que hayan pasado al menos 6 meses después de que el niño o niña haya aprendido a controlar la vejiga (puede que incluso hayan pasado años desde que el niño comenzara a controlar su vejiga).

Enuresis

Ante ello es importante que se busque ayuda de un profesional para que pueda evaluar el caso, buscar las posibles causas y llevar a cabo el tratamiento más apropiado en función de cada caso particular.

Posibles causas de esta alteración

La enuresis secundaria con bastante frecuencia suele deberse a ciertas causas emocionales y/o psicológicas, siendo en este tipo de casos importante que se busca ayuda profesional con el fin de abordar esos problemas y favorecer el bienestar del niño y de sus progenitores. A continuación veremos cuáles serían las posibles causas emocionales y psicológicas de la enuresis secundaria.

1. Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

Una de las principales causas que podría llegar a causar el desarrollo de la enuresis secundaria en niños y niñas es la vivencia de un acontecimiento altamente estresante o traumático que desencadene en el desarrollo de un TEPT y, por consiguiente, una enuresis secundaria. Entre las principales causas del posible desarrollo de un TEPT podemos destacar las siguientes: sufrir un accidente de tráfico, haber tenido que estar hospitalizado durante un tiempo, sufrir algún robo con violencia, desastres naturales, guerras, la muerte de una familiar, etc.

2. Problemas familiares y/o interpersonales-sociales

Otra de las causas del desarrollo de este tipo de enuresis podría ser el hecho de estar sufriendo algunas problemas familiares (p. ej., alcoholismo, negligencia, abusos, peleas entre los progenitores o el divorcio de estos) o tener otros problemas a nivel interpersonal (p. ej., sufrir bullying en la escuela). Por desgracia, este tipo de problemas se suelen tapar o tratar de ocultar, de manera que resulta más difícil detectar la raíz del desarrollo de la enuresis secundaria en niños y niñas.

3. Cambios importantes en su vida

A lo largo de la vida e incluso desde edades tempranas, las personas pueden llegar a sufrir diversos cambios de gran importancia, pudiendo conllevar una serie de dificultades y problemas. Entre ellos, podría darse el caso de que un cambio importante llegara a causar una enuresis secundaria. Algunos de esos cambios podrían ser los siguientes: cambio de domicilio, vivir con un solo progenitor tras el divorcio, tener que cambiar de escuela, el nacimiento de un hermano, etc.

Por estos motivos y algunos más, es importante que si los padres detectan que su hijo está padeciendo incontinencia urinaria acudan a un especialista para que pueda encontrar un solución y, lo más importante, encontrar las causas de esta enuresis secundaria, ya que el problema que podría haber causado esta situación quizás sea más grave y requiera que se brinde apoyo psicológico y/o médico lo antes posible.

Otros factores que pueden influir en el desarrollo de la enuresis secundaria en niños y niñas

Además de los factores psicológicos que podrían llegar a causar el desarrollo de una enuresis secundaria en niños y niñas hay que destacar que también existen otros factores que podrían llegar a provocar esta afección. Entre ellos, vamos a destacar a continuación los más comunes en este tipo de casos.

1. Problemas de vejiga

Una de las posibles causas de la enuresis es el hecho de tener una vejiga pequeña que no pueda contener una cantidad mayor de orina. Además, hay niños que podrían llegar a necesitar hacer una gran cantidad de orina por la noche. Por otro lado, otros niños podrían llegar a sufrir ciertos espasmos musculares causando que su vejiga no pueda retener una cantidad normal de orina.

Otro de los posibles problemas de vejiga causantes de la enuresis es la “vejiga hiperactiva”. Este problema se caracteriza por el hecho de que algunos niños necesiten orinar con mayor frecuencia de lo común para su edad. En este tipo de casos es bastante común que tengan que ir corriendo para poder llegar a tiempo al baño y, con bastante frecuencia, pueden llegar a mojar sus pantalones.

2. Un trastorno del sueño

Otros de los factores que podría desencadenar este tipo de enuresis son algunos trastornos del sueño o ciertos problemas relacionados con el descanso y el sueño. Entre ellos cabe destacar que algunos niños duermen de forma muy profunda, de manera auge no son capaces de despertarse a tiempo y orinan en la cama mientras están dormidos. Por otro lado, la apnea obstructiva del sueño, a pesar de que es poco frecuente, también podría llegar a causar enuresis secundaria.

3. Problemas médicos y/o factores hereditarios

Por último, cabe destacar entre los posibles factores asociados al desarrollo de una enuresis secundaria en niños y niñas la existencia de diversos problemas médicos (p. ej., alguna enfermedad neurológica, ciertos problemas a nivel hormonal, etc.) o factores hereditarios (p. ej., el hecho de que alguno de los progenitores hubiera sufrido enuresis durante la infancia).

Tratamientos frente a la enuresis secundaria en niños y niñas

Entre los principales tratamientos frente a la enuresis secundaria en niños y niñas, pudiendo servir también para la primaria, cabe destacar una serie de tratamientos farmacológicos y psicológicos que se van a explicar brevemente a continuación.

1. Método de alarma

El método de alarma, también conocido como “pipí-stop” o “alarma ante la orina” (AO), es el tratamiento psicológico de primera elección al poseer mayor eficacia y eficiencia que otros tratamientos.

El objetivo fundamental de este bético es instaurar 2 respuestas para la continencia nocturna:

  • El impedimento de la emisión involuntaria de la orina y para ello se debe conseguir contraer adecuadamente el esfínter.
  • Que el niño sea capaz de despertarse ante el estímulo de que la vejiga se encuentra llena y debe ir al baño.

Este método, además, busca que el niño se despierte con el fin de que el procedimiento de este método pueda surtir efecto. Para ello, se debe usar un dispositivo sobre el que el niño debe colocarse al dormir y, al detectar cualquier escape de orina hará sonar una alarma para que el niño se despierte y así se propicie la conexión entre la necesidad de ir al baño a orinar y despertarse. En caso de que el niño sea capaz de despertarse ante la alarma, deberían despertarle sus padres para asegurarse de que es consciente realmente de lo que está ocurriendo y de lo que debería hacer.

2. Entrenamiento en cama seca

Este tratamiento sería la alternativa al método de alarma que acabamos de ver, siendo menos utilizado debido a que requiere más esfuerzo para la familia del niño afectado que el tratamiento anterior. El entrenamiento en cama seca está fundamentado en el uso de los principios del aprendizaje operante.

El componente principal de este tratamiento para la enuresis es el uso de una arma que se debe programar para despertar cada hora de la noche al niño durante la primera noche de entrenamiento con el fin de que vaya a orinar al baño. Los padres deben reforzar positivamente las retenciones de orina y las camas secas; mientras que si se produce un escape de orina, debe haber una reprimenda verbal y después el niño debería llevar a cabo un entrenamiento en limpieza y una práctica positiva.

3. Tratamiento farmacológico

Este sería otro de los tratamientos empleados para abordar la enuresis, siendo la desmopresina uno de los fármacos que más se utilizan frente a este tipo de casos. Con una función antidiurética actúa frente a la posible sobreproducción de la orina en aquellos casos en los que exista una insuficiencia de la hormona antidiurética de forma natural.

Por otro lado, podemos encontrar la imipramina. Este medicamento puede facilitar el despertar y además produce una serie de fechos anticolinérgicos y también antiespasmódicos que ayudan a disminuir la contabilidad vesical. Por otro lado, este tipo de medicamentos ayudan con la continencia urinaria gracias a sus propiedades adrenérgicas.

Otro medicamento muy utilizado es la “oxibutinina” que actúa de manera directa sobre el músculo de la vejiga, siendo el más adecuado para la enuresis diurna o aquellos tipos de enuresis en los que haya una inestabilidad vesical.

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  • Taborga, E. & García, V. M. (2014). Manejo y Diagnóstico de la Enuresis Infantil. Madrid: IMC.

Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

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