La vivencia de neurodivergencias y trastornos psicológicos y emocionales ha sido estigmatizada a lo largo de toda la historia. Tras tanto tiempo en la sombra, las enfermedades y condiciones mentales han sido rodeadas de desconocimiento y estigmas. En definitiva, la población general mantiene falsas creencias y mitos alrededor de la enfermedad mental que promueven estos estigmas y hacen la inclusión social de estas personas más compleja.
El autismo ha sido también estigmatizado, prejuzgado y subestimado, estableciendo en el imaginario colectivo social diferentes creencias y mitos sobre lo que significa esta condición mental y convivir con ella. Mantener estas creencias hace que las personas con autismo se sientan juzgadas y aisladas socialmente, haciendo que su normalización sea casi imposible y teniendo que enfrentarse diariamente a estigmas que no les representan ni identifican.
Es importante fundamentar la información que tenemos y compartimos con otras personas sobre el conocimiento científico; con más urgencia aún si hablamos de temas relacionados con la salud y las condiciones psicológicas o neuronales. En este artículo, nos centraremos en desmontar seis mitos relacionados con el autismo, que han sido alimentados durante mucho tiempo y promoviendo mentiras y falsas creencias sobre esta condición.
¿Qué es el autismo?
El autismo, también conocido como trastorno del espectro autista (TEA), es una condición neurológica que afecta el desarrollo del cerebro y se manifiesta en la infancia temprana. Se caracteriza por dificultades en la comunicación, interacción social, y patrones de comportamiento repetitivos o restrictivos. Es importante destacar que el autismo es un espectro, lo que significa que hay una amplia variabilidad en la forma en que se presenta y en la gravedad de los síntomas entre las personas afectadas.
Las características del autismo pueden manifestarse de muchas maneras diferentes. Algunas personas autistas tienen dificultades para comprender y responder a las señales sociales, lo que puede llevar a problemas en la comunicación no verbal, como el contacto visual y el lenguaje corporal. Otros pueden tener intereses o actividades repetitivas y mostrar sensibilidad sensorial a estímulos como el sonido, la luz o el tacto.
A pesar de estas dificultades, las personas autistas también tienen muchas fortalezas y habilidades únicas. Algunas pueden tener un pensamiento visual y creativo excepcional, mientras que otras tienen una memoria detallada o una capacidad para enfocarse intensamente en áreas de interés específicas. Es importante reconocer que el autismo no define a una persona en su totalidad; es solo una parte de quiénes son.
El diagnóstico temprano y el apoyo adecuado son fundamentales para que las personas autistas desarrollen todo su potencial y vivan una vida plena y significativa. Con comprensión, aceptación y acceso a recursos y servicios adecuados, las personas autistas pueden alcanzar sus metas y contribuir de manera valiosa a la sociedad.
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6 mitos sobre el autismo (y sus realidades)
A continuación y a lo largo del resto de este artículo, comentaremos diferentes mitos y falsas creencias alrededor del autismo, proponiendo también las verdades y realidades que los desmontan y generan conocimientos derivados de la ciencia y la verdad.
1. El autismo es causado por vacunas
Uno de los mitos más persistentes y peligrosos sobre el autismo es la creencia de que está relacionado con las vacunas. Esta idea surgió a partir de un estudio fraudulento publicado en 1998, el cual fue posteriormente retractado y desacreditado por la comunidad científica. Numerosos estudios exhaustivos han demostrado de manera consistente que no existe una conexión entre las vacunas y el autismo.
La Academia Estadounidense de Pediatría, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han respaldado la seguridad y eficacia de las vacunas como una medida crucial para prevenir enfermedades graves y proteger la salud pública. La perpetuación de este mito puede tener consecuencias graves, ya que desalienta la vacunación, poniendo en riesgo la salud no solo de los niños autistas, sino de toda la comunidad.
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2. Las personas con autismo no tienen empatía ni pueden relacionarse con otras
Este es un mito que surge de una malinterpretación de las señales sociales que pueden presentar algunas personas autistas. Es importante comprender que la capacidad de experimentar empatía y establecer relaciones sociales puede manifestarse de manera diferente en las personas autistas. Si bien algunas pueden tener dificultades para comprender las señales sociales convencionales, esto no significa que carezcan de empatía o deseen relaciones significativas con los demás.
De hecho, muchas personas autistas tienen una empatía profunda y una conexión emocional con los demás, aunque puedan expresarla de manera diferente. Pueden ser sensibles a las emociones de los demás y tener un deseo genuino de ayudar y apoyar a quienes los rodean. Es importante desafiar este mito y reconocer la riqueza y diversidad de las experiencias humanas, incluidas las de las personas autistas.
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3. El autismo es una enfermedad que necesita cura
Las raíces de este mito surgen de una percepción errónea del autismo como una enfermedad que debe ser tratada y "curada". En realidad, el autismo es una condición neurodivergente que forma parte de la identidad de una persona. No es una enfermedad que necesite ser erradicada, sino una variación natural en el funcionamiento cerebral. Si bien es cierto que algunas personas autistas pueden enfrentar desafíos en áreas como la comunicación y la interacción social, estas dificultades no invalidan su valía como individuos.
En lugar de centrarse en encontrar una "cura" para el autismo, es más importante proporcionar apoyo y recursos adecuados para ayudar a las personas autistas a desarrollar habilidades, alcanzar su máximo potencial y vivir vidas significativas y satisfactorias. Debemos promover la aceptación y la inclusión de la neurodiversidad en lugar de buscar una "cura" para una condición que es parte integral de quienes son las personas autistas.
4. Todas las personas autistas tienen habilidades extraordinarias
Esta falsa creencia surge de la representación estereotipada del autismo en los medios de comunicación, donde se enfatizan las habilidades excepcionales de algunas personas autistas, como la memoria fotográfica o el talento musical. Sin embargo, es importante reconocer que el autismo es un espectro y que cada persona es única, con sus propias fortalezas y desafíos.
Si bien algunas personas autistas pueden tener habilidades excepcionales en áreas específicas, muchas otras no tienen habilidades sobresalientes. En cambio, pueden tener intereses y talentos similares a los de cualquier persona neurotípica. Centrar la atención únicamente en las habilidades extraordinarias de algunas personas autistas puede perpetuar estereotipos y dificultar la comprensión de la diversidad dentro del espectro autista. Es fundamental reconocer y valorar las habilidades y contribuciones de todas las personas autistas, independientemente de si tienen habilidades excepcionales o no.
5. Las personas autistas no podrán tener nunca una vida independiente o exitosa
Este mito se basa en una visión limitada y poco precisa del potencial de las personas autistas. En realidad, muchas personas autistas llevan vidas independientes y exitosas en una variedad de campos y profesiones. Con el apoyo adecuado y las oportunidades adecuadas, las personas autistas pueden alcanzar sus metas y contribuir significativamente a la sociedad.
Es importante reconocer que el éxito y la independencia pueden definirse de manera diferente para cada persona. Para algunas personas autistas, el éxito puede significar tener un trabajo satisfactorio, vivir de manera independiente, establecer relaciones significativas o simplemente ser felices y saludables. En lugar de limitar las expectativas de las personas autistas, debemos proporcionarles el apoyo necesario para desarrollar sus habilidades, superar obstáculos y perseguir sus sueños, permitiéndoles vivir vidas plenas y significativas.
6. El autismo es solo un trastorno infantil
Estas falsas creencias se centran en la idea errónea de que el autismo es una condición que solo afecta a los niños y que desaparece a medida que crecen. En realidad, el autismo es una condición que afecta a las personas a lo largo de sus vidas. Aunque es cierto que el autismo generalmente se diagnostica en la infancia, las características y desafíos asociados con el autismo pueden persistir en la adolescencia y la edad adulta.
Las necesidades y desafíos de una persona autista pueden evolucionar con el tiempo, pero el autismo es una parte integral de su identidad y puede influir en sus experiencias a lo largo de la vida. Es importante reconocer y apoyar a las personas autistas en todas las etapas de su desarrollo, brindándoles las herramientas y recursos necesarios para prosperar y alcanzar su máximo potencial en cada etapa de la vida.
Conclusiones
En resumen, los mitos sobre el autismo pueden llevar a malentendidos y estigmatización. Es crucial desafiar estas ideas erróneas y promover la comprensión y aceptación de la neurodiversidad. El autismo no es una enfermedad que necesite ser curada, sino una parte integral de la identidad de una persona.
Cada individuo autista es único, con sus propias fortalezas y desafíos. Al proporcionar apoyo adecuado y oportunidades inclusivas, podemos ayudar a las personas autistas a alcanzar su máximo potencial y contribuir de manera significativa a la sociedad. La aceptación y el respeto son fundamentales para construir un mundo más inclusivo y compasivo.