La salud mental ha sido definida por la OMS, la Organización Mundial de la Salud, como la obtención de un estado de completo bienestar a nivel físico, mental y social. No se puede considerar como la ausencia de enfermedades o trastornos únicamente.
A raíz de la popularización del concepto de salud mental, también han surgido una cantidad considerable de prejuicios y creencias erróneas que complican la inclusión social de las personas con problemas de salud mental.
Los principales mitos sobre la salud mental
La problemática de la salud mental no es una cosa poco común. En datos del Ministerio de Sanidad, el 6,7% de la población española tiene trastornos de ansiedad, 4,1% trastornos depresivos, 5,4% trastornos del sueño y 1,2% trastornos psicóticos. El 34,3% de las mujeres y el 17,8% de los hombres de más de 40 años en España ha consumido alguna vez medicamentos antidepresivos, ansiolíticos o sedantes.
Por ello, es de vital importancia que se construyan discursos y narrativas que dignifiquen la salud mental y den valor a las experiencias de las personas que ven dañada la suya. En este artículo vamos a comentar 10 mitos sobre la salud mental y explicaremos por qué son falsos.
1. Tener problemas de salud mental es muy inusual
Como ya hemos presentado, los datos sobre salud mental en España nos hacen darnos cuenta de que las problemáticas de este tipo no se pueden considerar casos aislados ni minorías sociales. Añadiendo un dato más, el suicidio es la primera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años; no debemos considerar los problemas de salud mental de forma aislada.
Datos de la Organización Mundial de la Salud predicen que 1 de cada 4 personas, es decir, el 25% de la población mundial padecerá un trastorno mental en algún momento de su vida. Además, la Organización Mundial de la Salud también pone de manifiesto que los problemas de salud mental no tienen relación con el género ni la edad; pueden afectar a cualquier persona.
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2. Las personas con problemas de salud mental se vuelven agresivas
Esto es un mito completamente falso. Los estudios demuestran que las personas con un problema de salud mental no son violentas, sino que tienen las mismas probabilidades de experimentar episodios o momentos de violencia que cualquier otra persona. De hecho, las personas con problemas de salud mental tienen mayores probabilidades de ser víctimas de violencia en comparación con el resto de la población.
Mantener esa falsa creencia de que las personas con trastornos mentales son violentas únicamente incrementa la dificultad de inclusión social de estas personas, y aumenta el estigma que existe hacia ellos y sus vivencias.
3. Las personas con problemas de salud mental no pueden vivir en sociedad
El hecho de que las personas con problemas de salud mental se vean aislados de la sociedad no es más que un reflejo de la victimización y exclusión social que sufren por el hecho de sufrir los trastornos que sufren. Evidentemente, tener problemas de salud mental no se aíslan de la sociedad; es la propia sociedad la que, al no aceptar estas vivencias y calificarlas como raras o extrañas, acaba empujando a estas personas hacia la exclusión. Estas personas son perfectamente capaces de vivir en sociedad y no tienen por qué tener afectadas sus capacidades o habilidades sociales.
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4. Los problemas de salud mental son para toda la vida
Efectivamente, existen los trastornos mentales crónicos y que sí acompañarán a las personas que los padece durante toda la vida. Esto no es el caso de todos los trastornos, pero así debemos comprender que la acción de tratamientos psicológicos y farmacológicos es reducir al máximo posible las implicaciones de los trastornos mentales en las vidas diarias de las personas afectadas. Esto quiere decir que, con correctos tratamientos, las personas con problemas de salud mental suelen poder tener vidas adaptadas en la norma.
5. Los niños y niñas no tienen problemas de salud mental
Tendemos a pensar que la infancia es implacable y que los niños y niñas no pueden sufrir problemas. Esto es falso, la realidad es que los menores también tienen problemas, y esto incluye a los de salud mental. La Organización Mundial de la Salud apunta que la mitad de trastornos mentales comienzan a los 14 años, pero en la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan, lo que alarga su problemática y puede llegar a cronificarla.
Por ello, es importante visibilizar y entender estas realidades para que se extienda el conocimiento sobre los trastornos en la infancia y aumenten las capacidades y posibilidades de detectarlos y tratarlos.
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6. Los problemas de salud mental solo afectan a las personas más débiles
Un carácter más débil o no tan resistente como otros no tiene relación o influencia en la posibilidad de desarrollar problemas de salud mental. Las variables de personalidad suelen considerarse ajenas a las problemáticas mentales. Sin embargo, sí que se suelen tener en cuenta la influencia o herencia genética, la vivencia de experiencias traumáticas o muy estresantes y la funcionalidad de los vínculos familiares, por poner algunos ejemplos.
7. Las personas con problemas de salud mental deberían estar ingresadas
Este mito tiene su origen en la extensión y popularización durante la historia de los manicomios o instituciones de salud mental; conocidas por el aislamiento y experiencias de violencia que experimentaban las personas ingresadas en ellas. Hoy en día, los centros de salud mental suelen estar destinados a episodios de gravedad temporales.
Los objetivos de estos tratamientos son los de la inclusión social y en la vida cotidiana de las personas con problemas de salud mental; no para aislar y excluir del resto de las personas a aquellas que padezcan algún trastorno mental.
8. Para tratar los problemas de salud mental solo sirve la medicación
Se suele pensar que la única medida para solucionar los problemas de salud mental es el uso de medicamentos. Se ha tendido a medicalizar extremadamente los trastornos mentales y las personas que lo padecen; llegando a considerarles únicamente funcionales si toman la medicación que deben y tienen un control de la psicofarmacología adecuada para ellos y ellas.
Sin embargo, el tratamiento para la salud mental que más apoyo empírico y resultados ha recibido a lo largo del tiempo es el de la combinación de los tratamientos farmacológicos junto con la terapia psicológica. Además, hay trastornos para los que no hay farmacología o no es indispensable tomarla para una recuperación. Por ello, es importante para las personas con trastornos mental tener acceso a terapia psicológica y poder, de la mano de la psicología, solucionar poco a poco estos problemas que ponen en peligro su salud mental.
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9. No podemos ayudar a las personas que tienen trastornos mentales
Pensar que la única ayuda que pueden recibir las personas con trastornos mentales o el único recurso útil para ellos y ellas es la terapia psicológica o farmacológica es erróneo. Cualquier persona puede ayudar a personas con trastornos mentales de la misma forma que puede ayudar a personas que no los tienen.
El apoyo social es un componente fundamental para la recuperación de cualquier trastorno o problemas de salud mental, además de ser un indicador clave para alcanzar el bienestar emocional y psicológico en todos sus aspectos. El apoyo social básicamente hace referencia al acompañamiento social a través de los problemas, brindando la ayuda emocional que cualquier persona pueda necesitar en su recuperación.
Por otro lado, también puedes colaborar con cualquier causa relacionada con la salud mental que te interese, actuando como voluntario o voluntaria en alguna organización que esté a tu alcance. Hay muchísimas formas de ayudar y mejorar la vida de las personas con problemas de salud mental que puedan estar sintiéndose en procesos de exclusión social.
10. Ir al psicólogo/a no sirve de nada
La terapia psicológica ofrece un enfoque profesional y estructurado que permite abordar los problemas de salud mental y promover al máximo el bienestar emocional. Los resultados de la terapia psicológica pueden variar según cada individuo, pero generalmente, buscar ayuda profesional siempre será un importante paso hacia la mejorar de la salud mental. Seguro que recibir terapia psicológica será más efectivo para tu salud mental que no recibir ningún tipo de cuidado o atención.
Muchas personas piensan y extienden la idea de que ir a terapia no sirve para nada. Esto se ha extendido principalmente por el estigma social asociado a las enfermedades mentales, las posibles experiencias negativas propias o ajenas relacionadas con la terapia psicológica, la falta de conocimiento sobre las funciones de un psicólogo/a y las expectativas poco realistas que se pretenden conseguir mediante la intervención psicológica.
Como hemos comentado, experimentar trastornos o problemas de salud mental es más común de lo que pensamos, y estos tienen un importante impacto en la calidad de vida de las personas implicadas. La terapia psicológica, en especial la Terapia Cognitivo-Conductual, ha demostrado tener un importante impacto en la calidad de vida de las personas; concretamente para el tratamiento de la depresión, la ansiedad y los trastornos del estrés postraumático, entre otros.