Un tornillo perdido, una camiseta que ya no nos viene bien, un tablón de madera…
Muchas personas guardamos en alguna ocasión objetos y cosas que, si bien en ese momento sabemos que no los vamos a utilizar, por un motivo u otro (sea porque nos trae recuerdos o porque creamos que en un futuro pueden ser necesarias) decidimos guardar y conservar.
Es algo normal y que en principio no supone ningún problema en nuestra vida. Pero en las personas con síndrome de Diógenes este fenómeno se vuelve una tendencia habitual y problemática producto del autoabandono, pasando a acumular una gran cantidad de objetos y residuos sin utilidad alguna y provocando un gran deterioro tanto personal como social en sus vidas.
Síndrome de Diógenes: características básicas
El síndrome de Diógenes es un trastorno caracterizado porque quienes lo padecen recolectan y guardan una gran cantidad de pertenencias y posesiones, generalmente desperdicios, en su hogar. Tienen una gran incapacidad para deshacerse de ellas, de manera que van acumulando cada vez más.
Los objetos guardados por los individuos con este trastorno pueden ser muy diversos, desde objetos de gran valor a desperdicios y restos, no siendo el valor real o simbólico del objeto lo que produce su conservación. Al igual que en el trastorno por acumulación la persona con síndrome de Diógenes tiene una gran dificultad para desechar sus posesiones, necesitando mantenerlas consigo y experimentando ansiedad y malestar ante la idea de perderlas. Si se les pregunta respecto al porqué de dicha conservación, las personas con síndrome de Diógenes no suelen saber dar una explicación al respecto.
Algunos autores proponen que el síndrome de Diógenes suele darse en tres fases. En un primer momento destacaría la actitud de autoabandono, empezando a generar residuos que no se eliminan y empiezan a acumularse. Posteriormente y según el número de desperdicios va en aumento, el individuo pasa a una segunda fase en que la profusión de basura y desperdicios hace que sea necesario empezar a organizar (que no necesariamente ordenar) el material y espacio del que dispone, mientras se agrava el deterioro de los hábitos. En una tercera y última fase el individuo no sólo no se desprende de sus residuos, sino que empieza a recoger elementos del exterior de forma activa.
Derivando en falta de higiene y autoabandono
A la larga, la conducta acumulativa de estas personas provoca que los objetos recolectados ocupen una gran parte del domicilio del individuo, organizándose de forma desordenada y expansiva a lo largo de toda la vivienda. Este problema lleva al punto de que se limita la funcionalidad del hogar, no siendo posible el acceso a zonas determinadas como la cama o la cocina. Además, el desorden y la falta de limpieza producidas por la acumulación causa graves problemas de higiene que pueden llegar a comprometer la salud del individuo.
Este síndrome produce un elevado nivel de deterioro en múltiples ámbitos, especialmente a nivel social al provocar problemas de convivencia. Quienes lo sufren poco a poco se van recluyendo del mundo, aislándose y reduciendo al mínimo el contacto con otros, debiéndose esto tanto a un aumento de conflictos interpersonales debido a su estado como al tiempo dedicado a almacenar y acumular cosas. También empiezan a abandonar algunos de los principales hábitos de higiene, tanto del hogar como personal.
Es frecuente que estos casos sean detectados en fases avanzadas, debido a denuncias de vecinos y familiares a causa de la insalubridad del hogar del afectado, el olor y los insectos y roedores atraídos por los objetos.
Asimismo es frecuente que quienes padecen síndrome de Diógenes terminen teniendo graves problemas de alimentación, presentando patrones alimentarios alterados y comiendo poco, mal y a destiempo. Pueden llegar a consumir alimentos en mal estado (derivado de la falta de higiene en el hogar o a una indiferencia a su caducidad). Esto junto a los problemas de salud derivados de una pobre higiene y la evitación del contacto con otros puede debilitarlos hasta al punto de tener que ser hospitalizados, e incluso que un elevado porcentaje de ellos fallezca a los pocos años del inicio del síndrome..
Posibles causas
Si bien la causa de la conducta acumulativa en los casos de síndrome de Diógenes no es fija ni totalmente conocida, en su mayoría quienes lo padecen son personas de más de 65 años de edad, jubiladas y frecuentemente viudas.
Así, una de las características más comunes es la presencia de soledad ya antes de iniciarse la acumulación. Sea por el deceso de la pareja o por el abandono, esta soledad puede inducir a que desaparezca progresivamente la preocupación por la higiene, la alimentación y el contacto con otros, apareciendo además rigidez comportamental y afectiva que favorece la perseveración de la acumulación. Sienten una gran inseguridad y medio que suplen mediante la acumulación. Suele haber un suceso estresante que desencadena el inicio de los síntomas.
Una gran parte de los sujetos con síndrome de Diógenes presentan además un trastorno mental o médico previo, siendo muy frecuente que estén inmersos en procesos de adicción a sustancias, demencias o en depresiones mayores, a menudo con características psicóticas. Existe pues un probable deterioro a nivel cognitivo que causa que la persona deje de preocuparse de la salubridad y del mantenimiento del estado de salud, alimentación e higiene.
Tratamiento del síndrome de Diógenes
El síndrome de Diógenes es un trastorno complejo que requiere de tratamiento desde diferentes abordajes. Las personas con este trastorno no suelen acudir a terapia por voluntad propia, siendo derivados por servicios médicos o judiciales o presionados por sus familias.
La intervención multidisciplinar se debe a que es necesario actuar tanto sobre las ideas y creencias del individuo como sobre sus hábitos, dado que la acumulación de basura llega a ser parte del día a día de la persona y es complicado romper esa dinámica. Justamente por eso hay que actuar también sobre el lugar en el que se vive: centrar la atención solo en la persona no sirve.
En muchos casos las autoridades, alertadas por las denuncias de vecinos y conocidos, acuden al domicilio de estos individuos y se termina por limpiar y desinfectar el lugar. Si bien esto puede acabar temporalmente con la basura acumulada, no soluciona el problema que padece el sujeto ni le ayuda a afrontar las situaciones de otra manera, con lo que si la actuación externa termina ahí el sujeto volverá a recaer.
Evaluación e intervención
A nivel de tratamiento resulta prioritario evaluar el estado de salud del sujeto y subsanar las complicaciones derivadas de la falta de alimentación e higiene. En los casos en que este síndrome es producido o se ve agravado por otros trastornos como la depresión o algún trastorno psicótico, será necesario aplicar las estrategias más apropiadas para tratar el trastorno en sí, tanto a nivel psicológico como farmacológico. Es frecuente el uso de antidepresivos como los ISRS para mejorar el estado de ánimo.
En lo que respecta al tratamiento psicológico sería preciso en primer lugar hacer ver la existencia de un problema y la necesidad de darle solución, dado que la mayor parte de los afectados ignora o no reconoce su padecimiento. También resulta imprescindible realizar un entrenamiento en las habilidades y pautas de comportamiento higiénico y alimenticio.
Dado que en una gran mayoría de los casos existe un elevado nivel de inseguridad este aspecto ha de ser trabajado en terapia, así como la pasividad existencial de la que en su mayoría hacen gala esta clase de pacientes. También se hace necesario restablecer el contacto de la persona con el mundo, a través de entrenamientos en habilidades sociales y la participación en actividades comunitarias. Esto contribuye a combatir la soledad y la ansiedad que esta causa. Se ha de trabajar asimismo el desprendimiento de los objetos y residuos y qué piensa el paciente de conservación.
Al igual que en la inmensa mayoría de los trastornos mentales el apoyo social y familiar es un factor imprescindible para la recuperación y/o mejora de la calidad de vida. La psicoeducación del entorno más cercano es algo necesario de cara a hacer comprender el estado del paciente y a su seguimiento, siendo importante vigilar sus patrones de actividad y que no vuelva a un estado de aislamiento.
Diferencia con trastorno por acumulación
Las características del síndrome de Diógenes se asemejan en gran medida a otro trastorno con el que frecuentemente es confundido, el denominado trastorno por acumulación o hoarding.
Ambos problemas tienen en común la acumulación de una gran cantidad de objetos y posesiones de los que les cuesta deshacerse por parte de quienes los padecen, junto al hecho de que esta acumulación produce graves problemas en el uso del espacio personal doméstico. En ambos casos puede presentarse anosognosia, o incluso una ideación delirante según la cual la acumulación no resulta perjudicial a pesar de haber pruebas de lo contrario (si bien resulta mucho más común la ausencia de reconocimiento de la existencia de un trastorno en el síndrome de Diógenes).
Además, en ambos trastornos suelen aparecer problemas en diversos dominios vitales, especialmente en lo que se refiere a las relaciones interpersonales, rehuyendo en muchos casos el contacto cercano con la gente.
Sin embargo, en el caso del trastorno por acumulación o hoarding la acumulación es totalmente intencional y suele tener una razón concreta para querer mantenerla. Se trata de un trastorno vinculado a características obsesivas.
En el caso del síndrome de Diógenes, la acumulación suele deberse más a un proceso de deterioro, siendo común que exista un proceso demencial en curso, y la acumulación suele deberse más a elementos pasivos no intencionales (si bien en muchos casos también recogen y acumulan desperdicios como mecanismo de protección emocional).
Además, mientras que en el síndrome de Diógenes se presenta en gran medida un deterioro de los hábitos de higiene personal y la alimentación, en el trastorno por acumulación no suelen darse estas características, siendo su comportamiento relativamente habitual fuera de lo respectivo a la recolección.
Referencias bibliográficas:
- American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Quinta edición. DSM-V. Masson, Barcelona.
- Gómez, I., Prieto, F. (2008). Formas clínicas del síndrome de Diógenes. A propósito de tres casos. [Versión electrónica]. Psiquiatría Biológica, 15 (3), 97-9.
- Marcos, M. & Gómez-Pellín, M.C. (2008). A tale of a misnamed eponym: Diogenes syndrome. International Journal of Geriatric Psychiatry, vol. 23, 9.
- Saiz, D., Lozano García, M., Burguillo, F., Botillo, C. (2003). El síndrome de Diógenes: a propósito de dos casos. [Versión electrónica]. Psiquiatría. com, 7 (5).