En 1943, el director de una mina de estaño situada en la meseta de Jos, en África Occidental, llevó al entonces administrador de la ciudad una extraña cabeza que un minero había encontrado y había estado usando como espantapájaros. Aunque en ese momento no se sabía, se acababa de hallar una de las primeras manifestaciones de la cultura Nok, la más antigua conocida de África central y occidental.
¿Quién era ese misterioso pueblo que fabricaba esas estatuillas de terracota tan refinadas y exquisitas? Unos años antes, en la década de 1920, se habían hallado los primeros vestigios y, en 1932, el primer grupo de figurillas de terracota relacionadas con esta cultura. Pero no fue hasta la década de 1940 cuando Bernard Fagg, el administrador que había quedado maravillado con el “espantapájaros” y que también era arqueólogo, excavó concienzudamente en la zona para desentrañar los misterios de esta civilización perdida.
Acompáñanos a descubrir qué era la llamada cultura Nok, la más antigua y una de las más refinadas de África Occidental.
La cultura Nok: la civilización más antigua de África Occidental
El estupor que había producido el hallazgo de las estatuillas de terracota aumentó cuando el equipo de Fagg realizó las primeras dataciones mediante la técnica de la termoluminiscencia. La datación situaba a la cultura que había realizado esas extraordinarias obras de arte entre el 500 a.C y el 300 d.C., aunque algunas estatuillas tenían más de 3000 años de antigüedad, lo que atestiguaba que la presencia de los Nok en África se debió iniciar a principios del I milenio a.C.
Si la datación era correcta, los expertos estaban ante la primera gran civilización de África Occidental, con una clara jerarquización social y una sofisticada producción de objetos artísticos. No solo eso; con el avance de las investigaciones, se descubrió en la zona de los Nok una cantidad nada desdeñable de hornos de hierro, lo que todavía dejó más estupefactos a los especialistas.
Porque, si de verdad la cultura Nok poesía la antigüedad que parecía tener (y las posteriores pruebas de carbono-14 no dejaban lugar a dudas), significaba que, mientras que el resto de las poblaciones de la zona se encontraban todavía en la Edad de Piedra, los Nok ya conocían y explotaban la metalurgia de hierro, sin mediar previamente ninguna fase de cobre ni de bronce. Los misterios alrededor de esta civilización se espesaban.
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¿Cuáles son los orígenes de la cultura de Nok?
La sofisticación de la cultura Nok y su extraordinaria antigüedad motivaron algunas teorías ahora ya completamente obsoletas, como la que sostenía que era un pueblo que procedía de los antiguos egipcios. Los que esto afirmaban se basaban en la idea de que su expresión cultural era demasiado refinada y sin parangón en el resto del continente, con la excepción de Egipto.
Sin embargo, en la actualidad esta hipótesis está ya abandonada. Primero, porque carece de evidencias científicas que la avalen; no hay prueba de ningún contacto entre los Nok y Egipto y, además, este pueblo hablaba, con toda seguridad, una lengua de la familia Níger-Congo, que nada tiene que ver con la lengua egipcia antigua. Segundo, la teoría de la ascendencia egipcia representa un menosprecio a las capacidades autóctonas de los pueblos subsaharianos y, además, sigue la tradición difusionista del siglo XIX, según la cual “toda” la civilización proviene de Oriente, una teoría que se descartó hace tiempo.
De esta forma, estaríamos hablando de una cultura completamente autóctona, que se originó en algún momento del I milenio a.C. en lo que ahora es Nigeria y terminó misteriosamente alrededor del año 300 d.C. ¿Cómo pasó este pueblo de fabricar utensilios de piedra a fabricar herramientas de hierro, sin pasar por ninguna etapa de cobre ni de bronce? ¿Por qué se extinguieron?
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Un arte refinado y exquisito
Los vestigios que nos quedan atestiguan que la cultura de Nok poseía una estructura social bastante avanzada. Para empezar, la fabricación de figurillas de terracota requiere de un grupo social encargado de esta tarea, lo que nos da una pista sobre la jerarquización de esta civilización.
Además, se ha descubierto que la arcilla con la que se producían estas figurillas proviene una única fuente, lo que apunta a un poder central fuerte y a una casta poderosa que tenía el control de las materias primas. Esto ha originado la teoría, sostenida por especialistas como Peter Breunig, de la Universidad Goethe, en Frankfurt, de que la cultura Nok era, realmente, una civilización, una especie de “estado” en el corazón de África.
Por otro lado, las estatuillas de terracota muestran figuras humanas muy variadas, desde lo que parecen ser líderes hasta lo que se ha interpretado como representaciones de sacerdotes o reyes. Pero, sobre todo, lo que más llamó la atención de los investigadores es su extraordinaria ejecución.
Las estatuillas representan figuras masculinas y femeninas muy estilizadas y en actitudes diversas, con una cabeza muy grande en proporción al resto del cuerpo. Lo más característico del “estilo Nok” son los ojos, muy grandes y almendrados, así como los lujosos y detallados tocados y peinados que portan las figuras.
La enorme profusión de joyas que lucen las figuras hace pensar en la existencia de estatus privilegiados y poderosos, así como en una producción de metal muy avanzada.
Una de las estatuillas Nok de terracota más famosas es el llamado “Pensador”, la representación de un hombre barbado que apoya pensativamente la barbilla en la rodilla plegada. En la cabeza luce una especie de diadema, mientras que en cuello, muñecas y tobillos se pueden apreciar varias vueltas de joyas de metal. La obra se conserva actualmente en el Palacio de Santa Cruz de Valladolid, España, y forma parte de la colección de la Fundación Alberto Jiménez-Arellano Alonso.
La mayoría de las terracotas Nok están muy erosionadas (e incluso directamente mutiladas) como consecuencia del arrastre por agua, lo que ha dificultado enormemente encontrar una figurilla completa. Sin embargo, fueron precisamente los elementos orgánicos vegetales adheridos a su superficie los que permitieron, mediante la técnica del carbono-14, precisar el auge de la cultura Nok y situarlo entre el 500 a.C. y el 300 d.C. En concreto, la figurilla del “Pensador” de la que hablábamos fue datada hacia el 298 a.C.
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La cuestión de la Edad del Hierro
Pero una de las cuestiones fundamentales y que más debate ha despertado entre la comunidad científica es el tema de la Edad del Hierro de la cultura Nok. Ya hemos comentado que, mientras que las poblaciones de alrededor todavía fabricaban en exclusiva objetos de piedra, la civilización Nok conocía la metalurgia de hierro y, además, sin pasar por las fases previas del cobre y el bronce. ¿Cómo puede ser?
Dejando de lado que la Edad de Hierro no siempre pasa por unas fases previas de cobre y bronce (esto no es más que una clasificación arbitraria de los eruditos del siglo XIX), tenemos la cuestión de cómo llegó la metalurgia del hierro a un lugar tan apartado de Europa como la meseta de Jos, en la actual Nigeria. Algunas teorías apuntan a una emigración masiva de pueblos del norte de África, que trajeron con ellos el arte de fabricar objetos de metal. Por otro lado, no son pocos los expertos que han barajado la posibilidad de un intercambio fluido no sólo con el norte de África, sino con Oriente Próximo, especialmente con civilizaciones como Egipto y Cartago.
En todo caso, el hierro y su uso en la fabricación de objetos ya se conocía en la zona de los Nok en el siglo III a.C., puesto que se han encontrado numerosísimos hornos metalúrgicos en el poblado de Taruga (Nigeria), que datan aproximadamente del 280 a.C., y los expertos no descartan que pueda haber otros vestigios muchos más antiguos.
¿Cómo fue el fin de la cultura Nok?
Otro de los grandes interrogantes sobre la cultura Nok es cómo y por qué terminó. Muchos especialistas barajan la hipótesis de una epidemia o una hambruna que minara la población de la zona.
Otras teorías apuntan al auge de otra civilización, en este caso en el área del Chad, que habría absorbido la cultura Nok o bien la habría conquistado y eliminado. El florecimiento de esta nueva civilización coincide, precisamente, con el declive de los Nok, en el I milenio d.C., aunque la expresión cultural de estos últimos se puede rastrear hasta el siglo IV.
Sea como fuere, la cultura de Nok influyó poderosamente en las expresiones artísticas de los pueblos que surgieron después de ella. Podemos encontrar vestigios de su extraordinaria producción en las máscaras que siglos más tarde se popularizaron en el reino de Yoruba, con capital en Ifé-Ifé, (que tuvo su esplendor en el siglo X), así como en Benín.