¿Habías oído hablar alguna vez de los indoeuropeos? Quizá no sabes que, si tu lengua nativa es el castellano, el inglés o el alemán, estás hablando una lengua indoeuropea.
Y es que prácticamente todas las lenguas europeas (y algunas de la India y el Irán) tienen su origen en la antigua lengua hablada por este misterioso pueblo. Y ¿por qué decimos misterioso? Porque los indoeuropeos no han dejado rastro alguno en la historia; solo intuimos su existencia en las raíces comunes que poseen las diversas lenguas a las que hemos hecho referencia.
En este artículo, os proponemos un viaje al pasado; un viaje al origen de nuestros ancestros, los pueblos indoeuropeos.
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El descubrimiento de los indoeuropeos
Un pueblo que no deja huellas está condenado al olvido, y los indoeuropeos lo estuvieron durante milenios. En la Antigüedad, no parece que ni griegos ni romanos se dieran cuenta de las similitudes que tenían sus lenguas, no solo entre sí, sino también con la de los celtas o los persas.
Y, un poco más tarde, en la Edad Media, siguió ignorándose esta similitud asombrosa. La multitud de lenguas habladas en el mundo se explicaba como el castigo de Dios impuesto a la soberbia del ser humano, tal y como recoge el pasaje de la Torre de Babel de la Biblia.
Pero a partir del siglo XV y, más concretamente, del XVI, algo empieza a cambiar. Es la época de los grandes descubrimientos y de los grandes viajes. Así, algunos mercaderes que viajan a Oriente empiezan a darse cuenta del gran parecido que tienen algunas lenguas orientales con el latín y el griego. Sin duda, este descubrimiento les debió dejar atónitos. ¿Cómo podía ser que unas culturas tan alejadas entre sí tuvieran tantos puntos de unión?
En 1686, Andreas Jägger publica su De Lingua Vetustissima Europae, es decir, "De la lengua más antigua de Europa". En esta obra, Jägger señala el Cáucaso como lugar de origen de una lengua ya extinguida, pero que seguía viva en las lenguas que se hablaban en Europa. Sin saberlo, el autor estaba realizando el esbozo de la primera idea sobre los pueblos indoeuropeos.
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¿Quiénes eran los indoeuropeos?
Pero ¿quién era este pueblo enigmático? ¿De dónde provenía? **¿Cuáles eran los orígenes, tanto geográficos como étnicos, de los indoeuropeos? **
Y... ¿Era verdad que se expandieron por Europa y Asia durante la Prehistoria y dejaron huellas tanto en las lenguas como en la estructura social de griegos, latinos, germanos e indios, entre otros?
Arrojemos, pues, un poco de luz sobre estos antepasados tan misteriosos.
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¿Cuál era el lugar de origen de los indoeuropeos?
Por desgracia, y a pesar de las numerosas investigaciones al respecto, no se puede asegurar a ciencia cierta cuál es la patria originaria de los pueblos indoeuropeos. Históricamente, se han propuesto cuatro lugares posibles: India, Lituania, la zona del Danubio y, finalmente, las estepas del sur de Rusia.
Fue en el siglo XIX cuando se empezaron a perfilar los estudios relacionados con los pueblos indoeuropeos. En aquellos años, y con el marco de la pasión que cualquier tema oriental suscitaba en Europa, se señaló la India como lugar de procedencia de estas tribus. Los que así lo aseguraban se basaban en la existencia del sánscrito, que durante milenios se ha usado en el subcontinente indio como lengua de cultura. Para estos investigadores, el hecho de que, de las lenguas derivadas del indoeuropeo, el sánscrito fuera la más antigua, era razón suficiente para considerar la India como la cuna de esta cultura.
Sin embargo, a medida que pasaban las décadas, esta teoría fue perdiendo adeptos. A finales del XIX se señaló la zona del Báltico y, en concreto, Lituania, como la cuna de los pueblos indoeuropeos, localización que entró en conflicto con la que señalaban otros eruditos, partidarios de la zona del Danubio como patria de los indoeuropeos.
Un poco más recientemente, investigadores como la arqueóloga Marija Gimbutas señalaron como lugar de procedencia más que probable las estepas del sur de Rusia.
En concreto, defendió el hallazgo de los restos de una cultura prehistórica en esa zona, conocida como cultura de los kurganes. Según Gimbutas, esta cultura había gozado de una enorme expansión por Europa a partir del V milenio a.C, expansión que se podía demostrar con los hallazgos arqueológicos. Para reforzar la teoría existía el hecho de que la cultura de los kurganes era seminómada, por lo que sus migraciones constantes quedaban justificadas.
Se han seguido proponiendo teorías, pero ninguna consigue la aceptación unánime de los expertos. Por el momento, la tierra original de los indoeuropeos queda sumida en las sombras.
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¿Cómo era la sociedad indoeuropea?
Como ya hemos apuntado anteriormente, los indoeuropeos eran un pueblo seminómada. Ello no quiere decir, sin embargo, que no disfrutaran de asentamientos más o menos estables en época de bonanza. De hecho, en las excavaciones de la cultura de los kurganes (presuntamente el lugar de origen de los indoeuropeos), se han encontrado restos evidentes que atestiguan la existencia de fortificaciones en lugares altos para facilitar la defensa.
Este tipo de construcción implica la existencia de un entorno más o menos hostil, con enfrentamientos o guerras frecuentes, por lo que los indoeuropeos debían ser buenos jinetes y mejores guerreros. Por otro lado, los enterramientos europeos del I milenio a.C muestran ricos ajuares funerarios, repletos de elementos relacionados con la guerra, por lo que tiene consistencia la teoría de que los indoeuropeos eran sociedades de guerreros fuertemente jerarquizadas.
La sociedad tripartita indoeuropea (los gobernantes-sacerdotes, los guerreros y los productores) está presente en muchas de las culturas que son hijas de la cultura indoeuropea. Así, encontramos ejemplos en el mundo griego (en La República de Platón, el filósofo propone una estructura idéntica como sociedad ideal), así como en la Edad Media, cuya sociedad estamental basada en los oratores, bellatores y laboratores es casi un calco de la jerarquía social indoeuropea. Tampoco podemos olvidarnos de la India, cuyo sistema de castas también es un fiel reflejo de esta primitiva jerarquización de los pueblos indoeuropeos.
¿Cuál era la religión de los indoeuropeos?
Por supuesto, y al igual que muchos otros aspectos de su cultura, la religión indoeuropea nos es desconocida. Sin embargo, contamos con numerosas pistas, puesto que esta religión arcaica dejó huella en mitologías tan aparentemente dispares como la griega, la germana o la hindú.
Así, se presupone que los indoeuropeos tenían un dios supremo, el dios del cielo, que podría haberse llamado Dieus (en base a las raíces comunes que la palabra dios tiene en todas las culturas descendientes de la indoeuropea). Efectivamente, el dios indio Dyaus, el romano Júpiter (Iovis, en su forma original latina) o el griego Zeus son divinidades que provienen de este dios ancestral. En su magnífico ensayo Tratado de Historia de las Religiones, Mircea Eliade propone que este dios indoeuropeo primigenio estaba relacionado con el cielo y, posteriormente, con los fenómenos atmosféricos. Y, efectivamente, tanto el Júpiter romano y el Zeus griego como el dios germánico Tyrzio son dioses celestes, señores del cielo.
Tal y como sostiene Francisco Villar en "Los indoeuropeos y los orígenes de Europa", tiene sentido que los indoeuropeos, un pueblo proveniente de la estepa rusa, tuviera como dios principal al dios del cielo, del trueno y de la lluvia, pues la vida en la estepa implicaba estar a merced de los elementos.
Tampoco es de extrañar que adoraran a otros dioses relacionados con otros fenómenos; entre ellos, el fuego, cuyo culto encontramos extendido desde la India hasta el extremo occidental de Europa. Y siguiendo de nuevo a Villar, es más que probable que estos pueblos indoeuropeos no tuvieran templos, sino que practicaran su culto al aire libre. Un culto que, por cierto, estaba basado en el sacrificio de animales, algo natural en un pueblo seminómada de pastores y que vemos replicado en culturas como la romana o la griega.
Y ¿qué lengua hablaban?
A pesar de que, como ya hemos comentado, en muchas de las lenguas euroasiáticas conservamos muchas raíces que provienen de esta lengua ancestral, nos es absolutamente imposible reconstruir el idioma de los indoeuropeos, y tan solo podemos hacer suposiciones.
Las palabras más comunes (como las relativas a la familia o a la naturaleza) han dejado, efectivamente, huellas en las lenguas actuales. Veamos algunos ejemplos:
- La palabra madre: en latín, mater; en griego, μήτηρ (méter); en sánscrito, matar; en inglés, mother; en alemán, mutter; en ruso, мать (mat); en gaélico, mathair.
A partir de la raíz común, se ha podido aventurar cómo era la palabra madre en indoeuropeo: mater.
Como los pueblos indoeuropeos eran ganaderos, abundan en su léxico palabras relativas a los animales. Así, en castellano tenemos la palabra oveja, que en las otras lenguas de origen indoeuropeo es:
- En latín, avis; en sánscrito, ávi; en lituano, también avis; en irlandés, oi; en griego antiguo, ὄϊς (oïs); en búlgaro antiguo, ovi-ca; en inglés antiguo, eowu.
Una vez más, a partir de la raíz en común, se ha reconstruido la palabra indoeuropea original, hewi.
En este segundo ejemplo vemos, nuevamente, hasta qué punto nuestras lenguas europeas están impregnadas de raíces indoeuropeas, y cómo influyó esta desaparecida cultura en nuestro hablar actual.
Los pueblos indoeuropeos siguen siendo un misterio para los estudiosos. A pesar de que se ha podido reconstruir parte de su cultura, aún estamos muy lejos de conocerla en profundidad. Sin embargo, su lengua aún late en muchas de las lenguas presentes en el mundo: esta es la herencia que ha pervivido de los indoeuropeos, un pueblo cuyos orígenes se remontan nada menos que 7.000 años atrás.
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