A medida que aumenta la sensibilización acerca de las necesidades que presentan los pequeños en los primeros años de su desarrollo, la intervención psicológica y sanitaria en el ámbito de la infancia es un servicio que ofrecen cada vez más profesionales procedentes tanto del mundo sanitario como de la Psicología en general. La idea de que los niños son tan solo versiones pequeñas de los adultos ya ha quedado descartada, y hoy sabemos que presentan características cualitativamente diferentes, no tan solo falta de experiencia y de conocimientos.
En el ámbito de la intervención sanitaria en niños pequeños, la atención temprana es la disciplina más demandada y la que se encarga específicamente de atender a niños de 0 a 6 años que puedan presentar algún tipo de problema o déficit en su desarrollo a nivel emocional, madurativo, en el lenguaje o en sus capacidades motoras.
Este tipo de intervención ofrece grandes satisfacciones a los profesionales encargados de atender a las necesidades de los niños y requiere un gran nivel de formación, así como algunos requisitos específicos. Si quieres dedicarte a la atención temprana y quieres conocer los principales requisitos para lograr tus objetivos profesionales, consulta el artículo que presentamos a continuación.
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¿Qué es la atención temprana?
La atención temprana es la disciplina especializada en brindar la atención sanitaria, psicológica, en logopedia, o en cualquier otro ámbito del desarrollo bio-psico-social que puedan necesitar los niños y niñas de 0 a 6 años.
Más concretamente, los profesionales de la atención temprana son expertos en ofrecer un tratamiento asistencial y/o preventivo en niños con problemas de desarrollo o con riesgo de padecerlos.
Así mismo, estos problemas pueden tener también diversas causas, y estas pueden ser de origen prenatal (originadas antes del parto), perinatal (originadas durante el parto o inmediatamente después del parto) o postnatal (originadas después del parto y hasta los 6 años).
Las intervenciones en atención temprana son realizadas de manera multidisciplinar por un equipo de profesionales especializados trabajando de manera coordinada, entre los que destacan tres tipos de perfiles: los psicólogos, los logopedas y los fisioterapeutas.
Además de eso, la intervención de la familia del niño o la niña resulta también esencial, ya que el apoyo tanto de padres como de hermanos u otros familiares cercanos, puede funcionar como elemento terapéutico de gran utilidad durante la intervención, aunque no adopten roles profesionalizados.
Pero veamos con más detalle cuáles son los requisitos para dedicarse profesionalmente a la atención temprana.
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Requisitos principales para trabajar en un centro de atención temprana
Aunque la atención temprana puede ser una disciplina aparentemente heterogénea, que puede realizarse de una forma u otra según el background del profesional que haga cada intervención, en el caso de España existen algunos requisitos esenciales que son necesarios para trabajar en un centro de atención temprana.
1. Perfiles básicos
Como se ha indicado, los equipos de atención temprana están formados por unos profesionales esenciales que trabajan de manera conjunta y coordinada y que provienen de las ciencias de la salud y la Psicología.
Estos perfiles son los del psicólogo especialista en atención temprana, el logopeda y el fisioterapeuta, y cada uno de ellos ofrece un servicio crucial para atender aquellos déficits que pueda presentar el pequeño en su desarrollo.
En este equipo multidisciplinar, el psicólogo atenderá aquellos déficits emocionales, alteraciones psicológicas, problemas de desarrollo madurativo o trastornos cognitivos; el logopeda atiende los déficits de desarrollo del lenguaje en una etapa de la vida en la que es fundamental para relacionarse con los demás y no tener problemas en los primeros años de la escuela, y el fisioterapeuta se encarga del ámbito físico trabajando en la prevención y detección de alteraciones que afecten a la psicomotricidad y a la postura. En los tres casos, hay que pasar por carreras universitarias de 4 años de duración, y luego formarse en especializaciones.
Cada uno de estos profesionales especializados se encargan de atender un ámbito del desarrollo del niño y para lograr el éxito en su intervención es necesario que cuenten con la formación y la experiencia adecuadas.
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2. Formación especializada
Para convertirse en un profesional de la atención temprana es necesario especializarse con alguno de los muchos másters y estudios de posgrado que se ofrecen en nuestro país y también en Internet de manera online. De este modo, se obtiene una formación actualizada y más adaptada hacia los aspectos prácticos del día a día atendiendo niños y familias.
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Otros profesionales
Además del equipo clásico de profesionales de atención temprana, existen otros perfiles complementarios que son especialistas en desarrollo infantil y ponen sus conocimientos a disposición de la intervención con el niño o la niña pequeño/a.
Estos otros perfiles profesionales pueden ser demandados por la institución determinada en la que se solicite el servicio o bien por la administración pertinente, y los más habituales son los graduados en Educación Infantil, graduados en Educación Primaria, Pedagogos y Psicopedagogos.
Intervención adaptada
Otra de las características principales de la intervención en atención temprana es que esta debe ser adaptada en todo momento a las características de cada niño o niña, atendiendo siempre a sus necesidades y su bienestar.
Esto significa que los profesionales de la atención primaria deben trabajar siempre en función del nivel de desarrollo del niño, de sus necesidades particulares, de su entorno sociocultural y de su situación familiar. Por eso resulta de gran importancia trabajar también con la familia del paciente.
El trabajo con la familia es clave
Como se ha indicado anteriormente, el trabajo con la familia en la intervención en atención primaria debe ser constante y cercano, ya que la familia del niño o de la niña representa un apoyo muy importante para el cliente.
En estos casos, el profesional de la atención temprana es quien diseña los programas y estrategias de intervención, pero la familia del paciente también puede opinar sobre el tipo de intervención y es quien la pone en práctica durante el día a día.
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