En febrero de 2015, una joven universitaria fue asesinada en Turquía tras resistirse a una agresión sexual. Su cuerpo fue encontrado quemado. No hace mucho hubo una oleada de violaciones hacia menores en la India, de las cuales muchas aparecieron muertas posteriormente. En diferentes países africanos numerosas mujeres son violadas con la intención de transmitir temor a la población local.
Estos y otros numerosos casos son ejemplos de situaciones en que se ha forzado el mantenimiento de relaciones sexuales, es decir casos en que se ha cometido una violación. Y no hace falta irse tan lejos para encontrar casos: Un caso conocido dentro de nuestras fronteras ocurrió durante el año pasado cuando una joven fue violada por varios individuos durante las fiestas de San Fermín.
No se trata de un fenómeno infrecuente: ya solo en nuestro país, se calcula que una mujer es violada cada ocho horas. Es por ello que desde la psicología y otras ciencias se ha intentado elaborar un perfil psicológico del violador, encontrando rasgos comunes que permitan trabajar sobre los elementos que pueden desembocar en una agresión sexual. En este artículo vamos a intentar encontrar una serie de doce rasgos en común entre los violadores y veremos los patrones psicológicos que constituyen el perfil del violador.
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¿A qué llamamos violación?
Si bien todos sabemos de manera aproximada de qué hablamos cuando oímos la palabra violación, entender algo es un paso necesario para encontrar formas de hacer que no se repita, de modo que conceptualizar el término violación es un paso útil para entender qué hace un violador y poder identificar su perfil psicológico.
Se entiende como violación a aquella agresión de índole sexual a través de la cual un individuo mantiene relaciones sexuales no consentidas con otro. Estas relaciones se llevan a cabo en oposición directa de la persona víctima de agresión, empleando para ello la coacción, la fuerza o elementos que nublen el juicio de la víctima, como las drogas. Si bien generalmente se piensa que la violación incluye penetración, esto no es necesariamente así.
Además de ello, se considera violación el acto carnal con sujetos que no tienen suficiente comprensión o capacidad de juicio para valorar la situación (como personas con deficiencias o problemas psíquicos que nublen su capacidad de juicio, menores de edad o incluso seres de otras especies animales) o que no se hallan en condiciones de dejar clara su posición al respecto (personas dormidas, en coma o drogadas).
La mayor parte de violaciones son llevadas a cabo por varones, si bien también hay casos en que las agresoras son mujeres. Aunque hay casos en que la víctima es un varón adulto (sea el agresor hombre o mujer), por lo general las víctimas suelen ser mujeres, personas con dificultades físicas o psíquicas o menores. Es además frecuente que el violador conozca a la víctima de antemano, no siendo extraño que pertenezca a la familia o al círculo cercano.
Las principales secuelas de la agresión sexual
Si la violación es vivida con violencia, es frecuente que la víctima presente evitación de situaciones y lugares que le recuerden al suceso, además de flashbacks, síntomas depresivos y disociativos y otros síntomas, siendo uno de los motivos más frecuentes y estudiados de trastorno por estrés postraumático.
En muchos casos esto provoca que la persona atacada tenga miedo de denunciar el abuso, sea porque se resiste a aceptar lo que ha vivido, o bien porque considera que no va a ser comprendida o incluso que va a ser culpada de la situación.
Es por ello que es necesaria la concienciación a nivel social y el trabajo psicológico en relación a prevenir, detectar y tratar casos de violación u otras agresiones (afortunadamente cada vez más casos denuncian a sus agresores).
Tipos de agresor sexual
Una vez entendido el concepto de violación, podemos pasar a intentar definir un perfil psicológico común a todos los violadores.
Sin embargo, los diferentes estudios y expertos que han tratado el tema se han encontrado con un problema: existe una muy amplia diversidad de motivos y maneras por las que un sujeto decide forzar a otro a mantener relaciones. Algunos tipos de agresores sexuales son los siguientes.
1. Violador circunstancial, ocasional o oportunista
Se trata de sujetos que se valen de una situación o acontecimiento con el fin de realizar la violación. Es el caso de violaciones durante fiestas y eventos. No suele tratarse de agresiones planificadas de antemano.
Es posible que actúen bajo el efecto de alcohol o drogas, o que se aprovechen de que la víctima las ha consumido para actuar y forzar la consumación del acto sexual.
2. Violador explosivo
Este tipo de violador busca someter a su víctima fruto de un impulso violento de dominación. Tiene marcado el objetivo de realizar una agresión sexual, siendo indiferente quién es la víctima. Para él, la violación es claramente un acto de poder y violencia, y no tanto uno sexual (si bien esto se da también en el resto de tipos de violadores, si bien no de un modo tan evidente).
3. Violador furioso
Este sujeto utiliza la violación como acto de castigo contra alguien a quien considera representante del género, grupo social o colectivo que le ha producido algún tipo de perjuicio (real o imaginario). Es decir, que experimenta la violación a través de un claro sesgo basado en estereotipos y en ocasiones contenidos políticos.
4. Violador en búsqueda de confianza o compensación
Se trata de un tipo de violador que tiene una percepción distorsionada de la relación entre el agresor y el agredido. El agresor considera que su actuación hará disfrutar a la víctima y acercará a la persona objeto de su deseo, pudiendo llegar a establecer una relación romántica.
4. Violador sádico
En este tipo de individuos se observa una vinculación entre la excitación sexual y la agresividad. El inicio de una interacción que el sujeto considera excitante puede provocar que la agresividad del sujeto aumente y experimente impulsos agresivos hacia su víctima, forzándola. No es infrecuente que presenten trastorno antisocial y la parafilia conocida como sadismo sexual, y que en el caso de la violación se expresa de forma directa, sin filtros.
6. Violación como mecanismo de control
Algunas violaciones son llevadas a cabo con un propósito independiente de la satisfacción sexual y de poder del agresor. Es el caso de algunas violaciones sistemáticas llevadas a cabo durante guerras, en las que se emplea la agresión sexual como método de humillación y control de la población y para disminuir la moral del país enemigo. Se trata de un uso estratégico de este tipo de violencia, gacias a locual lograr objetivos más allá de esta acción en sí misma.
El perfil del violador y sus características
Si bien es cierto que debido a la elevada diversidad de variables que influyen en la perpetración de un acto de este tipo no se puede hablar de un único perfil de violador, es posible localizar una serie de variables que si bien no se aplican en todos los casos son muy comunes entre los diferentes tipos de agresores sexuales.
Es importante remarcarlo: no hay un único prototipo de violador, y las siguientes características si bien pueden ser comunes no identifican a todos los violadores.
1. No tienen por qué tener una personalidad extraña
La mayor parte de las personas no cometen violaciones. Esto puede hacer pensar que un perfil típico de violador ha de ser la de alguien con enormes particularidades, características que no tienen la mayoría de las personas y que hacen que en su día a día sean personas solitarias y sin contacto normal con la sociedad. Si bien en algún caso concreto esto puede llegar a ser cierto, en general esto no es verdad.
Una gran mayoría de violaciones son llevadas a cabo por sujetos con una personalidad dentro de lo “normal” y que tienen amigos, familia y trabajo. De hecho muchos de ellos son personas con pareja, con la cual generalmente mantienen relaciones de forma convencional.
2. Poder, no sexo
Una de las características más comunes de la mayor parte de violadores es que el objetivo real de su acción no es obtener gratificación sexual.
En su mayoría, las personas que cometen una violación sabiendo qué están haciendo buscan y se ven atraídos por la idea de ejercer dominación, de hacer que otras personas hagan algo en contra de su voluntad y obedeciendo al interés del agresor. Dicho de otro modo, en una violación lo que se busca no es únicamente sexo, sino que también y especialmente lo que se busca es el ejercicio del poder.
3. Tienden a buscar víctimas que consideran más débiles
Si bien se han dado casos en que la víctima es alguien físicamente más fuerte que el agresor, por norma general los individuos que cometen agresiones sexuales buscan víctimas que consideran físicamente más débiles que ellos o de las que conocen puntos débiles a aprovechar.
En cualquiera de los dos casos, la elección de víctima está vinculada a la posibilidad de ejercer el poder o bien sobre alguien a quien creen que pueden someter o bien sobre alguien que consideran por encima y a quien quieren ver humillado/a y por debajo de sí mismos.
4. Sentimientos de inferioridad y frustración vital
Otro de los elementos que comparten la mayoría de violadores es la presencia de un elevado sentimiento de frustración e inferioridad que puede llegar a ser expresado mediante explosiones de violencia.
Si bien no tienen por qué demostrarlo en la mayor parte de las facetas de su vida diaria e incluso pueden llegar a actuar de forma prepotente, estos sentimientos de inferioridad pueden provocar una reacción en forma de deseo de dominar al otro, un deseo que en algunas personas puede desembocar en una agresión sexual.
5. Poca capacidad de empatía
Se produzca la agresión sexual por el motivo que sea, en general los violadores tienen una capacidad de empatía muy limitada o inexistente. Así, el agresor sexual no puede, no le importa o elige no pensar en qué supone la violación para la víctima, o bien que llega a considerar que la satisfacción de su deseo de poder y sexo merece el sufrimiento de la víctima. Esto es visible en muchos de los casos que indican que la víctima en realidad sí quería mantener relaciones o que en fondo disfrutó de la situación.
6. No anticipación a las consecuencias
Se ha observado que muchos violadores nunca pensaron en qué podría pasar después de cometer el acto, si el caso sería investigado o si serían encontrados y detenidos. Este refleja un cierto déficit a la hora de anticipar las consecuencias de sus propios actos, sean éstas para sí mismos o para otros. Este factor no sería determinante para las personas que lo que en realidad buscan son la consecuencia en sí del acto más que el propio acto per se.
7. Posible historia de abusos o aprendizaje de una sexualidad coercitiva
Al igual que ocurre con la violencia de género muchas personas que en la actualidad cometen delitos sexuales han sido a su vez abusados o maltratados en la infancia, o bien han sido testigos de abusos hacia otros familiares significativos.
Esto provoca que a la larga puedan llegar a identificar la coerción como un modo normal de proceder, y que aunque sepan que socialmente está mal visto puedan sentir el impulso de acometer el acto.
8. Consideran que tienen derecho a cometer la agresión
En un gran número de casos los individuos que cometen violaciones consideran que tenían derecho a forzar a la víctima, en ocasiones por razones culturas. Así las agresiones sexuales son más frecuentes en personas y regiones en las que aún persiste una cierta consideración de superioridad del hombre ante la mujer, o bien consideran que sus necesidades están por encima de los demás.
9. No se trata de enfermos mentales
Si bien la imagen típica de violador es la de un psicópata o alguien que padece un trastorno mental, considerar que los agresores sexuales son personas con un trastorno mental sería falso y reduccionista.
Es posible encontrar que algunos trastornos de personalidad como el antisocial pueden facilitar una actuación de este tipo y es cierto que se pueden hallar casos de violaciones durante estados psicóticos, maníacos o realizados por personas con discapacidad intelectual pero por norma general los agresores sexuales son capaces de juzgar correctamente la situación y saben qué están haciendo.
10. En su mayoría son plenamente imputables
Una consecuencia del punto anterior. Dado que en su mayoría los sujetos que cometen este tipo de actos tienen plena consciencia de que su actuación es dañina y está penada por la sociedad, por lo general los violadores son judicialmente imputables.
11. Evaden responsabilidad
Una característica común en muchos de los casos en los que no se presenta psicopatía o psicopatología es el intento de evadir su responsabilidad en el acto. Es frecuente justificar la conducta por el uso de sustancias o pretender sufrir una psicopatología para evadir el castigo. A nivel informa, más allá de los procesos judiciales, es habitual que culpen a la víctima.
12. Culpabilizan a la víctima
Parte de los sujetos que cometen violaciones suelen indicar que la culpa de la situación es de la propia víctima. Frases como “iba provocando”, “en el fondo quería” y variantes de ellas son frecuentes en agresores sexuales que han sido detenidos, evitando hacerse cargo de la situación y excusándose.
Referencias bibliográficas:
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Burguess, A. G.; Burguess, A.W.; Douglas, J. & Ressler, R. (1992). Crime Classification Manual. Lexington Books.
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Cáceres, J. (2001). Parafilias y violación. Madrid: Editorial Síntesis.
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González, E.; Martínez, V.; Leyton, C. & Bardi, A. (2004). Características de los abusadores sexuales. Rev. Sogia; 1(1): 6-14.
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Marshall, W. (2001). Agresores sexuales. Estudios sobre la violencia. Ed. Ariel. p. 107.
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