Los psicópatas acostumbran a ser mostrados en series y películas como personajes que solo actúan obedeciendo a su sed de crueldad y sadismo.
Piensan de manera fría, no muestran empatía y muchas veces no solo son violentos, sino que además se involucran en actividades consideradas aberrantes. En definitiva, están en las antípodas de lo que podría considerarse un compañero o compañera con la que compartir una relación amorosa.
Sin embargo, las personas con un alto grado de psicopatía que habitan el mundo real son conocidas justamente por su capacidad de seducción, de modo que es fácil llegar a sentir enamoramiento por ellas. ¿Por qué ocurre esto?
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El carácter manipulador de los psicópatas
Las personas que destacan por su nivel de psicopatía no tienen por qué sentir la necesidad de matar o dañar gente, pero hay algo en ellas que casi siempre se cumple: manipulan a los demás, incluso sin darse cuenta de ello. Y, además, son muy buenas en esta tarea.
Esto se debe a dos motivos. Por un lado, los psicópatas cosifican a las personas, lo cual significa que no las perciben tanto como seres con una vida mental propia con la que se puede empatizar, sino más bien como robots muy complejos o personajes de un videojuego. Esta característica está presente en diferentes intensidades según el psicópata: algunos de ellos cosifican totalmente a los demás, mientras que otros tan solo lo hacen en un grado significativamente mayor que la media de la población.
Por otro lado, la cosificación hace que no se sienta ningún reparo al mentir y manipular. La única preocupación a la hora de hacerlo será que no se descubra que se está haciendo algo mal visto socialmente, pero más allá de esto apenas existirán limitaciones morales que hagan que el comportamiento del psicópata que manipula o miente parezca inseguro a causa de una lucha interna.
Dicho de otro modo, en las personas con un grado alto de psicopatía las mentira pueden fluir como el agua, y decir algo que no es cierto puede llegar a suponer los mismos retos morales que chasquear los dedos.
Esto hace que los psicópatas tengan un rango de actuación muy amplio a la hora de aparentar algo que no son, lo cual significa que tienen más ventajas a la hora de seducir y conseguir que alguien se enamore de ellos mediante el engaño. Todo esto, además, sin necesidad de entrenarse en la mentira.
Detectando las debilidades de los demás
Además de tener la capacidad de ofrecer una cara totalmente irreal de ellos mismos, los psicópatas tienen otro as en la manga a la hora de navegar por el mundo de las relaciones amorosas haciendo trampas: son muy hábiles detectando las vulnerabilidades psicológicas en los demás.
Eso significa que esta clase de personas tienen una capacidad sorprendente a la hora de saber qué clase de acciones e iniciativas pueden ser apreciadas por alguien, ya sea debido a ciertas carencias o por miedos e inseguridades.
Por ejemplo, en una investigación se pudo comprobar que las personas que obtenían puntuaciones altas en una escala de psicopatía eran capaces de detectar intuitivamente quién había sufrido abusos sexuales en el pasado... simplemente fijándose en cómo caminaban. Esto no ocurría en las personas que no obtenían niveles significativamente altos en ese test.
De este modo, los psicópatas parten con un tipo de información privilegiada acerca de las debilidades de los demás que pueden utilizar en su propio beneficio ofreciendo elementos que los demás necesitan y que raramente encuentran en otras potenciales parejas. Aunque suene cruel, utilizar información íntima para resultar más deseable puede ser algo que funciona a la hora de seducir.
La hibristofilia
Hasta ahora hemos visto el potencial seductor que los psicópatas son capaces de ofrecer a través de una máscara que oculta su propensión la manipulación; es decir, en los casos en los que la pareja no es totalmente consciente de las singularidades psicológicas de su amante.
Sin embargo, incluso en los casos en los que la persona con un alto grado de psicopatía se ha acostumbrado a actuar de forma violenta, es posible sentir atracción por este hecho. Cuando la agresividad es articulada de forma racional persiguiendo un fin, puede aparecer la hibristofilia, que es la atracción sexual por las personas violentas dispuestas a cometer crímenes.
Especialmente si la persona con rasgos psicopáticos es varón, el encaje entre esta agresividad y los roles de género masculinos contribuye a que esta tendencia a dañar a los demás sea vista como una expresión de hombría y de autonomía.
Sin embargo, la hibristofilia es muy poco frecuente y desde luego no se da en todas las personas. Eso no significa, sin embargo, que ciertos grados de hostilidad y agresividad no puedan servir para encontrar pareja.
La dark thriad y el amor
Incluso si la agresividad y hostilidad no llegan a plasmarse en forma de crímenes, para muchas personas pueden resultar más atractivas que el carácter pacífico; de hecho, un concepto conocido como dark thriad, que muchas veces ha sido relacionado con un patrón de preferencia sexual por hombres narcisistas, manipuladoras y con tendencia a la psicopatía.
¿Por qué ocurre esto? Es difícil encontrarle una lógica racional más allá de la posibilidad de que ciertas personas puedan estar predispuestas a sentirse atraídas por gente extremadamente individualista, cuyo paradigma son los psicópatas.
Desde una perspectiva evolucionista, es razonable suponer que los genes de algunos individuos los predisponen a buscar la compañía de esta clase de personalidades, dado que en ciertos contextos tener descendencia con personas de esta clase puede aumentar las posibilidades de transmitir los genes exitosamente.
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