Cualquier persona a lo largo de su vida ha pasado por situaciones complicadas (p. ej., la pandemia que comenzó en 2019 a causa del coronavirus) y, aún así, millones de personas han conseguido mantenerse fuertes y motivadas para salir adelante, lo que podría denominarse como “resiliencia”, que es la capacidad de las personas para salir adelante de después de pasar por momentos traumáticos.
Ante las situaciones difíciles, hay dos perspectivas muy distintas de afrontarlas, la autocompasión y el victimismo; por ello, es importante que conozcamos cuáles son las diferencias entre la autocompasión y el victimismo.
Una manera resiliente de salir fortalecido de las situaciones difíciles está relacionado con la “autocompasión”, que es esa capacidad para reconocer que se está pasando por un mal momento y esto genera malestar, pero sin martirizarse, ya que de ser así estaríamos hablando de un término conocido como “victimismo”; y es que frecuentemente se han llegado a relacionar, aunque en realidad sean muy diferentes.
En el presente artículo explicaremos cuáles son las principales diferencias entre la autocompasión y el victimismo.
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Las diferencias clave entre el victimismo y la autocompasión
A continuación veremos 10 diferencias que permiten diferenciar la autocompasión y el victimismo analizadas desde el campo de la psicología y el Mindfulness.
1. La actitud de la persona
Una de las principales diferencias entre la autocompasión y el victimismo es que la autocompasión lleva consigo una actitud activa, ya que la persona se muestra motivada hacia la mejora, hacia el cambio o hacia la búsqueda de soluciones ante la difícil situación que está viviente. Cuando una persona toma una perspectiva de una situación complicada desde la autocompasión se permite distraerse, evadirse con actividades sanas y placenteras como leer, escribir o incluso expresar sus propias emociones, incluso llorando si realmente lo necesita para desahogarse; pero evita quejarse sin hacer nada.
En cambio,** el victimismo implica una actitud pasiva, que lleva consigo un anclaje emocional** debido a que la persona no hace nada con el fin de encontrar soluciones, mejorar en algún aspecto que permita que la persona se sienta impotente. Cuando una persona adopta una visión ante una difícil situación desde el victimismo suele mostrarse triste, quejarse por la situación que le ha tocado sin hacer nada para mantenerse ocupado en algo que le llene realmente y dejar de lamentarse.
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2. La finalidad de cada una
Una de las notables diferencias en la autocompasión y el victimismo es que la autocompasión permite a la persona tener una sensibilidad consigo misma cuando está viviendo una complicada situación, dándose tiempo para expresar y comprender lo que está sintiendo, y así buscar lo que necesita en esos momentos, cuidando de esta manera de sí misma siendo esta la principal finalidad de la autocompasión.
Por otro lado, el victimismo lleva consigo una finalidad en muchas ocasiones de llamar la atención de las personas más allegadas con el fin de que le presten atención y, una vez conseguido, puede darse el caso de que sigan mostrando sus quejas ante ellos, lo que podría retroalimentar que tome una actitud desde el victimismo ante cualquier problema futuro, sin intentar hacer nada por sí mismo para llevar mejor esa situación y salir adelante.
3. Posibilidades que nos puede brindar cada una
La autocompasión, tal y como se concibe en la psicología y en el Mindfulness, fomenta el autoconocimiento, ya que permite al sujeto tener una visión desde la introspección en momentos difíciles, de manera que puede saber qué sentimientos le genera y cuáles son las medidas que considera que necesita tomar y qué es lo que debe permitirse para su autocuidado. Esta perspectiva permitirá a la persona un aprendizaje muy valioso sobre sí misma.
Sin embargo, otra de las diferencias entre la autocompasión y el victimismo, es que cuando el sujeto afronta una situación desde el victimismo, en realidad no lo estaría afrontando directamente, sino que más bien estaría esquivando la situación debido a que no opta por la introspección y el autoconocimiento con el fin de conocer qué sentimientos le generan realmente. Esta perspectiva fomentará que el sujeto eche la culpa a factores externos y no examine cómo se siente realmente y qué es lo que está en su mano para salir adelante de una situación adversa que le está generando malestar.
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4. Posibilidades de adaptación
La autocompasión posibilita que la persona pueda adaptarse y salir fortalecida de situaciones complicadas, es decir, que enfoca la situación desde la resiliencia; mientras que el victimismo, dificulta que la persona se adapte a la situación y, por ende, podría llegar a sentir un mayor grado de malestar a medida que pasa el tiempo.
Esta es otra de las principales diferencias entre la autocompasión y el victimismo; además, cuando termina esa etapa complicada, la persona que afrontó esa situación desde el victimismo necesitará más tiempo para recuperarse y salir adelante.
5. El diálogo interior que se da en la persona
El diálogo interior que se produce en una persona desde la autocompasión suele estar relacionado con la comprensión de lo que está viviendo desde una perspectiva compasiva, lo que le lleva a hablarse a sí mismo dentro de sus pensamientos de forma positiv y constructivaa. Esta es otra de las diferencias entre la autocompasión y el victimismo, puesto que en este último el diálogo interno iría enfocado desde una visión negativa, de forma que la persona se martiriza con lo que le está pasando, en lugar de reproducir la situación desde una perspectiva resiliente.
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6. Grado de sufrimiento
Otras de las diferencias entre la autocompasión y el victimismo suele ser el grado de sufrimiento que genera cada una ante la misma situación complicada.
Desde la autocompasión, al tomarse una actitud de serenidad, autocuidado y consuelo hacia uno mismo, la visión es más optimista por lo que se suelen llevar a cabo actos que permitan ir encaminados en la orientación adecuada, por lo que el grado de sufrimiento suele ser menor y siempre suele estar el consuelo de pensar que se está yendo por el buen camino y la mala situación vivida será pasajera.
Por el contrario, desde el victimismo, al tener un actitud derrotista y optar por quejarse de lo que está pasando, pudiendo incluso llegar a echarle la culpa a otras personas, el grado de sufrimiento no solamente no cesa, sino que podría prolongarse a medida que los lamentos continúan.
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7. Resultados obtenidos
Una de las más importantes diferencias entre la autocompasión y el victimismo son los resultados obtenidos al optar por afrontar las situaciones difíciles o las vicisitudes desde cada una de ellas.
Desde la autocompasión, al afrontar una situación complicada de una forma activa, optando por buscar actividades hacia la mejora o la búsqueda de soluciones por lo que se logrará un mayor grado de bienestar y de autorrealización; mientras que desde el victimismo la persona se queda estancada en las quejas y en el sufrimiento, de forma que tiene más dificultades para salir fortalecido frente a las adversidades.
8. Generosidad vs. Egoísmo
Una de las diferencias entre la autocompasión y el victimismo es que la autocompasión, tal y como se concibe en la Psicología y en el Mindfulness, conlleva tener una visión de generosidad hacia uno mismo y más aún cuando se está atravesando momentos difíciles, de manera que se optar por el autocuidado y la búsqueda del bienestar.
En cambio, desde el victimismo, en ocasiones podría adoptarse una actitud egoísta cuando la persona, además de hacerse la víctima por lo que le está pasando, puede llegar a culpar a otras personas de lo que le sucede.
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9. Autenticidad vs. Manipulación
Desde el Mindfulness, la autocompasión es vista como una visión genuina, de gratitud y de generosidad hacia uno mismo. Por el contrario, el victimismo puede llevar a la persona a exagerar el sufrimiento con el fin de llamar la atención de otras personas, pudiendo llegar a la manipulación de estas para obtener algún beneficio, y aquí encontramos otra de las grandes diferencias entre la autocompasión y el victimismo.
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10. Grado de resiliencia
Después de conocer varias de las principales diferencias entre la autocompasión y el victimismo podemos comprobar que la autocompasión permite a la persona confiere a la persona de una capacidad de resiliencia para afrontar las situaciones complicadas de una forma adaptativa y salir fortalecida de la misma.
En cambio, desde el victimismo, al optar por aferrarse al papel de víctima sin tomar las riendas en búsqueda de la solución de sus propios problemas es muy difícil que adquiera una capacidad de resiliencia y salga fortalecida.
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Cómo evitar tener una visión desde el victimismo frente a los momentos difíciles
Ahora que ya hemos visto las principales diferencias entre la autocompasión y el victimismo, pasamos a contar breve decálogo de pautas para evitar caer en el papel de víctima frente a las situaciones difíciles:
- Tomar consciencia de la situación y analizar las sensaciones y los pensamientos que nos genera.
- No obsesionarse con el origen, ya que a veces es más útil buscar soluciones que obcecarse con el pasado.
- Evitar quejas y optar por ver el lado positivo, analizando qué es lo que podemos hacer para salir adelante.
- Evitar dar lástima a los demás con el fin de atraer su atención.
- No echar la culpa a los demás de todo lo que nos ocurre.
- Analizar y reconocer cuál ha sido la responsabilidad de uno mismo en esa situación complicada.
- Asumir todas nuestras responsabilidades como adultos y ponernos en marcha.
- Tomar las riendas frente a nuestra propia situación y actuar hacia la solución de los propios asuntos.
- Fijarse una serie de objetivos realistas y alcanzables, e ir hacia ellos paso por paso.
- Agradecer y aprovechar lo que se tiene, en lugar de quejarse continuamente por lo que se desea.