¿Qué significa que el Género es un Constructo Social?

¿El género es natural o adquirido? Muchos enfoques lo consideran parte de una construcción social.

¿Qué significa que el Género es un Constructo Social?

Es posible que alguna vez hayas escuchado que el género es una construcción social; no es algo tangible. Esto suele generar mucho debate, ya que hay muchas opiniones al respecto. Es importante ser consciente de la variedad y diversidad de perspectivas en relación a la teoría de género y no desmerecer aquellas con las que no estés de acuerdo.

Que el género sea un constructo social quiere decir que las diferencias sexuadas se han diferenciado mediante la construcción social a través de la historia de un conjunto de creencias, rasgos, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades. Básicamente, el constructo género hace referencia a la construcción social del hecho biológico de ser hombre o mujer. Su principal aportación es cuestionar la jerarquización y desigualdad de poder que existe entre hombres y mujeres; además de poner de relieve la reproducción de estas desigualdades en distintos ámbitos de la vida social.

¿Qué implica que el género sea un constructo social?

En este artículo haremos un repaso sobre lo que significa el sexo, el género y sus diferentes componentes, además de comentar algunas perspectivas teóricas que han dado fuerza a considerar el género como una construcción social. Empecemos con algunas definiciones básicas.

El sexo biológico o sexo asignado al nacer es la etiqueta atribuida al nacer según factores médicos relacionados con los genitales, cromosomas y hormonas. A la mayoría de personas se les asigna el sexo masculino o femenino, hombre o mujer, como queda registrado en nuestro certificado de nacimiento. También existe la intersexualidad; personas cuyos cuerpos no siguen la anatomía de los patrones sexuales masculinos o femeninos.

El sexo asignado al nacer surge de factores que comienzan con la fertilización del óvulo por parte del espermatozoide. La diferenciación sexual se da según la carga cromosómica de espermatozoides y óvulos; una persona con cromosomas sexuales XX tendrá órganos reproductivos y sexo femeninos, y una persona con cromosomas XY los tendrá masculinos.

Por su parte, el género es un concepto más complejo y amplio que el sexo. Hace referencia a las expectativas de la sociedad y las personas sobre comportamientos, pensamientos y características que se presupone que corresponden al sexo asignado al nacer de las personas.

También se considera el género como una categoría social y legal que nos identifica ante la ley y burocracia como niños, niñas y hombres o mujeres. Se habla del género como uno de los principios estructuradores básicos de nuestras sociedades; en base a lo que entendemos por género podemos entender lo que es apropiado para hombres y mujeres.

Si diferenciamos sexo de género y haciendo una propuesta más simplificada; el sexo biológico hace referencia al cuerpo, a lo físico (biología, anatomía, cromosomas…), mientras que el género se compone de expectativas, estándares y creencias sociales sobre qué deberían ser, hacer y sentir hombres y mujeres.

Dimensiones y componentes del género

Dentro del abanico de todo lo que engloba el género, podemos encontrar diferentes conceptos relacionados. Es importante conocerlos y comprenderlos para llegar a entender realmente el concepto de género y por qué se dice de él que es una construcción social.

1. Identidad de género

La identidad de género es la percepción subjetiva que tiene una persona sobre su propio género. Es un concepto apartado y diferenciado del sexo biológico y de la orientación sexual. Básicamente, la identidad de género se considera la identificación personal, íntima y psíquica que una persona tiene sobre el género al que siente que pertenece. Por ello, esta identidad de género es independiente del sexo biológico; una persona puede tener un sexo biológico masculino, pero una identidad de género femenina, por ejemplo.

El género es una convención social

De la misma manera que en el caso del género, se habla de la identidad de género como una construcción social durante, normalmente, la infancia temprana. En ella hay influencias externas, por ejemplo, por parte del cuidado parental y del refuerzo social; y también influencias internas, el cuestionamiento del género es una etapa importante en nuestro desarrollo.

Normalmente, se suele hacer la distinción de tres identidades de género:

1.1. Cisgénero

La identidad de género coincide con la asignada al nacer, coincide con el sexo.

1.2. Transgénero

En estas personas, la identidad de género no coincide con la esperada normativamente según el sexo asignado al nacer.

1.3. Identidad no-binaria

Esta identidad de género no está asociada ni al género masculino ni femenino; se concibe como una diferenciación del binarismo hombre-mujer que normalmente se impone en la sociedad.

2. Roles de género

Otro concepto asociado al género es el de los roles de género. Estos incluyen todas las pautas de comportamientos sociales asignados a hombres y mujeres y que resultan componentes principales y estructurales de las relaciones entre ambos. Los roles de género atribuyen a hombre y mujeres diferentes valores, responsabilidades e incluso, trabajos.

Por ejemplo, normativa e históricamente en nuestra sociedad, se ha atribuido el rol de cuidado a las mujeres. Por ello, en muchas ocasiones, puede generar la obligatoriedad de tener hijos en algunas mujeres y, además, la responsabilidad exclusiva de su crianza en el caso de tenerlos.

En estas actitudes no hay una base biológica o una explicación mediante el sexo, provienen de una historia y una cultura concreta que ha fomentado la aparición de estas actitudes y las ha reforzado con el tiempo y de forma intergeneracional.

3. Estereotipos de género

Los estereotipos de género guardan relación con los roles de género, pero no hacen tanta referencia a las tareas o funciones de hombres y mujeres en la sociedad, sino que suponen una perspectiva simplista de la realidad, reproduciendo imágenes o ideas fijas sobre lo que es apropiado para cada género o identidad.

Básicamente, los estereotipos se basan en ideas dicotómicas, polares y excluyentes. Son discriminatorios e impiden el pleno desarrollo de las oportunidades de cada persona. Un estereotipo de género es, por ejemplo, asociar a las mujeres con una emocionalidad más elevada que los hombres, o, en el caso contrario, relacionar los hombres con una resistencia emocional y física mayor.

Los estereotipos contribuyen a interiorizar las normas de género que han sido construidas e interiorizadas en nuestras culturas, reforzando sus valores desde la infancia y educándonos en lo que es adecuado sentir o experimentar según el género con el que nos identifiquemos.

4. Socialización de género

La socialización de género hace referencia al proceso de aprendizaje mediante el cual se hace transmisión de estas creencias, valores y comportamientos dominantes de una sociedad. Mediante este, se construyen las relaciones de género y se asignan papeles diferenciales a cada género; generándose así los roles y los estereotipos.

Es a partir de esta socialización y aprendizaje cómo se da la interiorización de, por ejemplo, la división de las tareas, y se van construyendo los roles de género que perpetúan la práctica y la discriminación de esta diferenciación.

La perspectiva de género y el género como convención social

La perspectiva de género se define como una “nueva” teoría crítica que busca desvelar las desigualdades de género y, analizar las instituciones sociales y culturales que las sustentan. Surge como una crítica a los enfoques pensadores dominantes. En toda investigación científica es importante tomar perspectiva de género, no solo para aumentar la presencia de mujeres en la investigación, sino también para crear una cultura científica inclusiva y que integre la dimensión de género en nuestras realidades.

Vamos a comentar las ideas de dos teóricas integradas en la perspectiva de género que dan valor a considerar el género como una construcción social.

Monique Wittig: el pensamiento heterosexual

Monique Wittig dedicó gran parte de su investigación a desmitificar “lo femenino”, con la intención dejar de considerar a las mujeres sobre la base del sexo. Analizando la dicotomía hombre-mujer desde el punto de vista de opresor-oprimido, propone que la discriminación de las personas se da cuando su comportamiento no coincide con lo esperado de ellas por parte de la sociedad.

Lanza la idea del pensamiento heterosexual como causante de la construcción, con implicaciones sociales, subjetivas y materiales, de relaciones sociales fundamentadas en el dualismo sexual, siento la única función de estas la de construir posiciones de control y subordinación entre hombres y mujeres.

Judith Butler: ruptura con lo binario

Por su parte, Judith Butler, pionera de la teoría queer, propone una ruptura con las categorías generales respecto a las ideas que tenemos en cuanto al sexo y al género. Plantea la necesidad de desnaturalizar ciertos conceptos interiorizados y que “nos vienen dados” para romper con las dicotomías impuestas del género y sexo y poder desplegar la temática del género en otras dimensiones.

De hecho, Judith Butler no solo critica el género como construcción social, sino que también propone romper con el binarismo de género; dejar de entender únicamente lo masculino y lo femenino. Defiende que este binarismo es el principal perpetuador del modelo heteronormativo de la sociedad; modelo que impone dos opciones a los cuerpos; ser mujeres u hombres, comportarse femenina o masculinamente y desear al sexo opuesto.

La importancia de reflexionar

A lo largo de este artículo hemos comentado diferentes componentes en relación al binomio sexo-género para entender las perspectivas que defienden el género como una construcción social. El género es así considerado algo social, cultural e histórico, que, siguiendo con los patrones normativos y binarios de la sociedad, perpetúa los roles y estereotipos ligados a cada género.

Consideramos importante concluir pensando en qué pasa con las personas que quedan excluidas del binarismo social del género. Las personas trans y las personas no binarias, ¿dónde quedan? ¿Es interesante pensar en la ruptura del sistema sexo-género binario, como propuso Butler, para fomentar la inclusión de todas las personas, independientemente de su identidad de género? Es importante reflexionar y ser crítico/a con estos temas, ¡os motivamos a hacerlo!

  • Butler, J. (2003). Critically queer. In Performance studies (pp. 152-165). Palgrave, London.
  • Wittig, M. (2006). El pensamiento heterosexual. El pensamiento heterosexual y otros ensayos, 45-57.

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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