En la actualidad, es necesario contar con un buen repertorio de habilidades comunicativas para desempeñarse en cualquier profesión. Cuando una empresa u organización conduce un proceso de selección de personal, los reclutadores cada vez tienen más en cuenta la capacidad de un candidato para resolver conflictos interpersonales, expresarse con claridad, y desenvolverse en el medio social con fluidez. Eso sí: existen algunas profesiones que dependen especialmente de la eficacia de una persona a la hora de utilizar habilidades comunicativas.
El resultado de una jornada laboral podría balancear hacia un desempeño positivo o regular de acuerdo al ejercicio (o no) de habilidades comunicativas. Tal es el caso del psicólogo clínico, que debe ser capaz de manejar la relación terapéutica con sus pacientes, día tras día, desde el momento en el que los recibe en el consultorio. Por tal motivo, en este artículo desarrollaremos cuáles son las habilidades comunicativas imprescindibles para el ejercicio de la labor del psicólogo.
¿Por qué un terapeuta debe contar con habilidades comunicativas?
Aunque a medida que transcurre el tiempo surgen en el ámbito ‘psi’ nuevas modalidades para brindar atención psicoterapéutica, como el acompañamiento telefónico o la psicoterapia online, el trabajo del psicólogo clínico jamás deja de depender del uso de la palabra. No obstante, el quehacer dentro de la clínica no se trata solamente de usar la palabra para psicoeducar, transmitir un saber, notar alguna conducta del paciente o hacer una intervención. La palabra “neta” o “en bruto” puede tener poco o ningún efecto en el paciente si no se hace un uso correcto del cómo, es decir, si no se contempla que hay que prestar igual atención a las formas más eficaces para transmitir cierta información que al contenido.
No da igual puntualizar una conducta disfuncional o un patrón comportamental específico en un momento que en otro. Tampoco es lo mismo hacerlo con las palmas de las manos sobre el regazo y la mirada relajada que con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Ante la expresión emocional de un paciente muy vulnerable, no da igual responder con una seña de asentimiento, con una palabra que denote empatía, o con un silencio prolongado.
Incluso, podría suceder que, del otro lado, un paciente se muestre hostil o agresivo con el terapeuta. Éste debe contar con las habilidades comunicativas para lidiar con este amplio campo de posibilidades, ya que se trata de una labor enmarcada siempre en y para las relaciones humanas.
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Las 7 habilidades comunicativas que necesita un psicólogo
Las habilidades comunicativas necesarias para desenvolverse en el ámbito clínico son diversas. Hay algunas personas que, debido a sus historias de aprendizaje, sus rasgos de personalidad y los entornos familiares y culturales en los que se han criado, entre otros factores, han desarrollado un alto grado de destreza en estas habilidades de forma espontánea. Sin embargo, esto no quiere decir que sean facultades innatas ni que sean imposibles de adquirir en la adultez. Una persona que necesita mejorar sus habilidades comunicativas podría hacerlo si es que desea ejercer una profesión que dependa del uso de dichas habilidades. Existen múltiples programas de intervención para potenciarlas, y, además, pueden ser trabajadas dentro del encuadre de un proceso psicoterapéutico.
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Las habilidades comunicativas clave del psicólogo
Las principales habilidades comunicativas que necesita un psicólogo son las siguientes.
1. Reconocer emociones y pensamientos
Los psicólogos deben desarrollar la capacidad de ayudar al paciente a desmenuzar sus emociones. A veces, los pacientes son capaces de detectar ellos mismos sus propios estados emocionales, pero solo de una manera general e inespecífica. La habilidad comunicativa que debe emplear el psicólogo allí es ser capaz de dirigir al paciente a detectar, según sus signos, expresiones y palabras, qué podría haber detrás de esa amalgama caótica de emociones. Al enfado de una persona podría subyacer una combinación de vergüenza y miedo, por ejemplo.
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2. Escuchar al paciente activamente
“Tenemos dos oídos y una boca para escuchar más y hablar menos”, reza el dicho. Aunque el terapeuta no es un lienzo en blanco, ajeno e impersonal, que simplemente debe permanecer en silencio mientras el paciente se dirige hacia él, sí es cierto que debe tener la habilidad para escuchar de forma abierta y atenta aquello que el paciente tiene para decir acerca de su situación personal. El terapeuta debe cuidarse de no presentar hipótesis tentadoras aunque apresuradas, ni de hacer interpretaciones innecesarias acerca de los pensamientos, emociones, valores e intenciones del paciente.
3. Aceptar las críticas
Muchas veces, en el consultorio se presentan situaciones para las que la formación académica no ha preparado al terapeuta. Es posible que el psicólogo reciba una crítica por parte del paciente en relación a algún aspecto del tratamiento. Esto no tiene por qué ser negativo, ya que la retroalimentación, si bien no es una condición necesaria para que sea eficaz un proceso terapéutico, sí puede ser un indicador útil para el profesional, puesto que podría brindar información sobre la cual hacer ajustes o modificaciones de cara al futuro.
4. Tener una mirada compasiva
Es fundamental que un terapeuta posea la habilidad de aproximarse al paciente desde una perspectiva compasiva con su dolor y su sufrimiento. La compasión no supone intentar anular o bloquear el malestar del paciente, sino comprender que el dolor es parte de nuestra condición humana, aceptarlo como tal, y darle la bienvenida dentro del consultorio. La compasión le permite al psicólogo reconocer que tanto su paciente como él tienen defectos, cometen errores y se enfrentan a situaciones que les sobrepasan. En última instancia, la compasión permite validar al paciente, hacer de la terapia un espacio seguro y fortalecer el vínculo psicólogo-paciente.
5. Regresar al momento presente durante sesión
En línea con la habilidad de la compasión, no es menor notar que un terapeuta, al ser humano y por definición imperfecto, puede tener dificultades para sostener la atención en el discurso del paciente. El psicólogo puede tener la intención de permanecer atento durante toda la sesión y, aún así, por momentos perderse en el discurso de la persona u olvidar detalles importantes incluso cuando el paciente los acaba de mencionar. Por lo tanto, la habilidad de regresar al momento presente no supone conseguir permanecer la hora que dura la sesión sin dispersarse ni una sola vez.
Por el contrario, regresar al momento presente supone adoptar una actitud compasiva con uno mismo mientras se tiene la intención de escuchar con la mayor atención posible al paciente, quien está teniendo el coraje de abrirse con el terapeuta. Algunas estrategias útiles para conseguir regresar al momento presente durante una conversación es mirar a la otra persona a los ojos, anclarse en la propia respiración u observar los gestos —manos, labios, mirada— del otro cuando está hablando.
6. Ser asertivo al expresarse
La asertividad es una forma de comunicarse que se fundamenta en ser capaz de expresar una opinión o necesidad de forma clara, sin tener que recurrir a estrategias agresivas o pasivas. Es fundamental en todo intercambio comunicacional que acontezca durante la sesión. Sin embargo, es especialmente útil en aquellos casos en los que el psicólogo debe comunicar información administrativa al paciente que podría evocar una reacción muchas veces inesperada, a saber, aumentos en los honorarios, cambios de disponibilidad o puntualizaciones acerca de las faltas a sesión.
La asertividad le permite al psicólogo expresar su necesidad o punto de vista de forma transparente mientras que acepta la posibilidad de que el paciente esté en desacuerdo. Esta actitud denota que el terapeuta está en posición de negociar y/o sostener su posición desde la honestidad y la empatía.
Formación Mensalus
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7. Presentar una buena comunicación no verbal
Por último, una buena actuación no verbal es una habilidad interpersonal muy importante para un terapeuta. Hacer que los propios gestos se condigan con lo que se intenta expresar brinda a la comunicación un sentido de coherencia que hace más eficaz el diálogo entre ambas partes. La comunicación no verbal abarca el contacto visual, la expresión facial, la gesticulación, la modulación de la voz, etcétera.
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