Las personas con hipersexualidad o adicción al sexo, antiguamente conocida como ninfomanía en mujeres y como satiriasis en hombres, sienten la necesidad de obtener gratificación sexual continuamente. No obstante, no lo hacen tanto buscando placer como intentando aliviar la tensión y el malestar emocional que sienten.
En este artículo analizaremos las causas, los síntomas y los tratamientos de la adicción al sexo. Además delimitaremos este concepto y su relación con otros cercanos: hipersexualidad, ninfomanía y satiriasis.
- Artículo relacionado: “Hipersexualidad: ¿qué ocurre en el cerebro de un adicto al sexo?”
Ninfomanía, adicción al sexo e hipersexualidad
Se define la hipersexualidad como el incremento frecuente, excesivo e incontrolable del deseo y de la actividad sexuales. Si bien el término no está recogido por las clasificaciones diagnósticas, ‘hipersexualidad’ es el concepto oficial para hacer referencia a las alteraciones de este tipo. También se conoce la hipersexualidad como ‘adicción al sexo’.
Las adicciones son alteraciones conductuales y/o cerebrales que consisten en la búsqueda compulsiva de estímulos recompensantes o que provocan alivio del malestar emocional. Esta compulsión llega a ocupar la mayor parte de la vida en detrimento de otros aspectos, como el funcionamiento social y el laboral.
"Ninfomanía" es una palabra arcaica que se utilizaba para denominar específicamente la hipersexualidad femenina pero ha pasado a ser un sinónimo coloquial de ‘adicción al sexo’. En el caso de los hombres se usaba principalmente el término ‘satiriasis’. La CIE-10 aún recoge estos dos términos dentro de la categoría ‘Impulso sexual excesivo’. En el DSM-5 no se incluyó la hipersexualidad por falta de evidencia científica.
Se considera que una persona es hipersexual o adicta al sexo cuando su preocupación por la actividad sexual le provoca malestar o interfiere con su funcionamiento normal. Se calcula que entre un 3 y un 6% de la población tiene algún grado de adicción al sexo.
Causas
Si entendemos la ninfomanía o hipersexualidad como una adicción al sexo, podemos explicar el desarrollo de este trastorno a partir de la actividad dopaminérgica cerebral. La dopamina es un neurotransmisor implicado en el placer y el refuerzo; nuestro organismo la secreta cuando comemos, cuando consumimos algunas sustancias o cuando tenemos un orgasmo.
El componente biológico de las adicciones se atribuye a la búsqueda de las sensaciones asociadas a la dopamina. Cuando una persona se vuelve adicta a una conducta o estímulo, adquiere una dependencia de tipo físico y/o psicológico y desarrolla también tolerancia al objeto de adicción; esto significa que para obtener el mismo efecto fisiológico requiere una dosis cada vez mayor.
La hipersexualidad también puede darse como consecuencia del consumo de fármacos agonistas de la dopamina, como los que se usan para tratar la enfermedad de Parkinson, así como de lesiones en los lóbulos frontal y temporal del cerebro, que se ocupan de regular el impulso sexual.
En muchos casos la ninfomanía aparece como un síntoma secundario de otros trastornos psicológicos. En particular destacan las demencias, el trastorno límite de personalidad, el autismo, el trastorno bipolar y los síndromes de Klüver-Bucy y de Kleine-Levin. La adicción al alcohol y otras drogas también puede facilitar el desarrollo de hipersexualidad.
- Quizás te interese: "Adicción: ¿enfermedad o trastorno de aprendizaje?"
Síntomas de la adicción al sexo
Al no ser considerada oficialmente un trastorno, la adicción al sexo no tiene criterios diagnósticos propios. No obstante, los expertos han identificado diferentes signos y síntomas característicos de la hipersexualidad.
La masturbación y la práctica de sexo excesivas son el síntoma principal de la adicción al sexo. La persona ocupa la mayor parte de su tiempo en la búsqueda de gratificación sexual, por ejemplo visitando páginas pornográficas e intentando encontrar parejas sexuales (incluyendo profesionales de la prostitución), y es incapaz de abandonar estas actividades a pesar de que lo intente en múltiples ocasiones.
Las personas con ninfomanía descuidan sus obligaciones y responsabilidades en favor de su adicción, y mantienen sus conductas compulsivas a pesar de las consecuencias negativas que estas tienen para su vida; entre otras, es habitual que quienes tienen hipersexualidad sean infieles de forma repetida a sus parejas o que les resulte difícil conectar de forma íntima con ellas.
La adicción al sexo facilita la aparición de parafilias, es decir, la obtención de placer sexual a partir de fuentes atípicas (como el dolor u objetos específicos), y de conductas clasificables como acoso, sobre todo si el deseo sexual se focaliza en personas concretas.
Intervención y tratamiento
El tratamiento de la ninfomanía es similar al que se realizaría en adicciones de otro tipo, tanto conductuales como relativas a sustancias. Así, el foco principal es la abstinencia, al menos de forma temporal, así como la adquisición de hábitos saludables.
1. Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual es la orientación dominante en el tratamiento psicológico de las adicciones. Se centra en la interrelación entre la conducta, el pensamiento y la emoción. En los casos de adicción, la TCC consiste sobre todo en aumentar la motivación para el cambio y en el desarrollo de actividades gratificantes alternativas.
- Artículo relacionado: "Terapia Cognitivo Conductual: ¿qué es y en qué principios se basa?"
2. Terapia Dialéctica Conductual
La terapia dialéctica conductual, desarrollada por Marsha Linehan, es uno de los tratamientos que conocemos como ‘terapias cognitivo-conductuales de tercera generación’. Se diferencia de la TCC clásica en su énfasis en las emociones y en la meditación mediante Mindfulness, así como en el entrenamiento en habilidades de manejo de los problemas.
- Artículo relacionado: "Terapia Dialéctica Conductual: teoría, fases y efectos"
3. Grupos de apoyo
Este tipo de terapia grupal es dirigida por expertos, que pueden ser psicoterapeutas o bien adictos recuperados. Los grupos de apoyo son muy útiles para las personas hipersexuales o con adicciones de otro tipo porque les ayudan a compartir sus problemas y posibles estrategias para manejarlos. Son especialmente eficaces para que la persona confronte sus negaciones y racionalizaciones con respecto a la adicción.
Muchos de estos grupos se basan en el esquema de los 12 pasos desarrollado por la comunidad Alcohólicos Anónimos, que fue uno de los primeros grupos en identificar la hipersexualidad como trastorno adictivo.
4. Terapia de pareja y marital
En casos de adicción al sexo, la terapia de pareja puede ser muy beneficiosa para mejorar la comunicación, la confianza y la satisfacción sexual entre la persona con ninfomanía y su compañera o compañero.
5. Medicación
Los fármacos antidepresivos pueden ser eficaces para reducir la hipersexualidad derivada del malestar emocional. Si la ninfomanía se da como consecuencia del trastorno bipolar o de alteraciones hormonales, en ocasiones se recetan estabilizadores del estado de ánimo y terapias hormonales (en particular antiandrogénicas), respectivamente. Sin embargo, el uso de fármacos solo debe ser iniciado por indicación médica.