El onirismo o delirio del sueño es una alteración de la consciencia que suele producirse a causa del abuso de sustancias psicoactivas o de trastornos orgánicos cerebrales como la epilepsia y las parasomnias. Su característica principal es la aparición de alucinaciones similares a las que tienen lugar cuando soñamos, pero en este caso se dan en estado de vigilia.
En este artículo describiremos las características, los síntomas y las causas principales del onirismo. Para ello es necesario que nos detengamos en otros conceptos y trastornos asociados a los delirios del sueño, como el de “trastorno productivo de la conciencia”, el de “parasomnia” o el propio término “alucinación”.
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¿Qué es el onirismo o delirio del sueño?
El onirismo, también conocido como delirio del sueño, es un estado psicológico caracterizado por la presencia de alucinaciones similares a las que tienen lugar durante los sueños pero que se producen durante la vigilia. Las dos nomenclaturas hacen referencia a este hecho, puesto que la palabra griega “oneiros” se puede traducir como “sueño” o “ensoñación”.
Este fenómeno se asocia al consumo abusivo de determinadas sustancias, como productos tóxicos o el alcohol y otras drogas, así como a alteraciones fisiopatológicas del cerebro. Sin embargo, en otras ocasiones el onirismo no tiene un componente patológico, sino que también puede ser el resultado de factores biológicos normales, como la deprivación de sueño.
El delirio del sueño forma parte del conjunto de alteraciones que conocemos como “trastornos productivos de la conciencia”, en el que se incluyen también el delirium (muy frecuente en ancianos hospitalizados y en alcohólicos con síndrome de abstinencia), la despersonalización, la desrealización o el síndrome del miembro fantasma.
El aspecto común que une a este grupo de trastornos es que en todos ellos aparecen alucinaciones a causa de alteraciones que afectan a la conciencia. Hablamos de alucinación cuando una persona percibe algo por cualquier canal sensorial (auditivo, visual, etc.) sin que exista un estímulo que lo justifique, especialmente si cree que tal percepción es real.
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Síntomas y manifestaciones principales
En el caso del onirismo, y como tiende a suceder cuando hay presentes alteraciones orgánicas del cerebro o cuando se consumen sustancias con efectos psicoactivos, las alucinaciones son principalmente de carácter visual. No obstante, en ocasiones también se identifican alucinaciones táctiles y en menor medida auditivas, olfativas y gustativas.
Las alucinaciones no siempre se dan en una única modalidad sensorial, sino que pueden ser multimodales; por ejemplo, oír una voz amenazante y sentir el aliento de alguien en la oreja sería una alucinación multimodal. Algunos autores usan el concepto “delirio del sueño” sólo cuando las alucinaciones son de este tipo, mientras que “onirismo” sería un término más amplio.
Como la mayoría de trastornos productivos de la conciencia, el onirismo se asocia con frecuencia a la pérdida del contacto con la realidad, ya sea de forma completa o parcial. En ocasiones la persona puede llegar a perder la conciencia de ella misma o a percibir el entorno en el que se encuentra de forma alucinatoria.
Lo más habitual es que los delirios del sueño tengan una naturaleza transitoria, íntimamente relacionada con factores biológicos puntuales, y que no repercutan de forma significativa en el estado psicológico de quien los sufre a largo plazo. Otra característica del onirismo es que suele iniciarse de forma súbita, en cuestión de horas o como máximo de días.
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Causas de los delirios del sueño
El onirismo surge como consecuencia de distintos factores orgánicos que afectan al cerebro. El más habitual es la intoxicación por abuso de determinadas sustancias, pero cualquier alteración cerebral transitoria o crónica tiene el potencial de causar estos síntomas, especialmente las que afectan a los procesos relacionados con la vigilia y el sueño.
1. Abuso de sustancias psicoactivas
La causa más común de los delirios del sueño es el consumo excesivo de alcohol, fármacos antidepresivos e hipnótico-sedantes (especialmente los barbitúricos) y drogas con efectos alucinógenos, entre las que destacan los hongos alucinógenos o psilocibina, la mescalina, que se encuentra en el peyote, y el ácido lisérgico o LSD.
La intoxicación por determinados tipos de veneno y otras sustancias que resultan tóxicas para el organismo humano también se asocia con la aparición de episodios de onirismo.
2. Parasomnias
Las parasomnias son un conjunto de trastornos del sueño que se caracterizan por la aparición de comportamientos, percepciones o emociones anormales en los periodos de transición entre el sueño y la vigilia. El onirismo es especialmente habitual en los trastornos de la fase REM del sueño, durante la cual los sueños son muy vívidos y el tono muscular se eleva.
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3. Alteraciones orgánicas
La epilepsia, en la cual se dan episodios de actividad cerebral anormal que provocan con frecuencia convulsiones, es una de las alteraciones orgánicas crónicas más relacionadas con el delirio del sueño. Otros procesos orgánicos relevantes incluyen los estados febriles, las infecciones, las hemorragias gastrointestinales y las enfermedades degenerativas cerebrales.
4. Factores no patológicos
Las personas sin trastornos orgánicos relevantes y que no están bajo los efectos de una sustancia de las que hemos mencionado también pueden tener delirios oníricos de baja intensidad. Entre los factores no patológicos que predisponen al onirismo cabe destacar la fatiga intensa, la deprivación de sueño, la indigestión y los estados de ansiedad marcada.